La Hoguera Tango presenta "Macumba" en el Caff

09 de junio, 2022 | 16.01

La Hoguera Tango, sexteto liderado por el pianista Julián Corach, presentará este sábado a las 21 en el Caff su segundo disco, “Macumba”, grabado en pandemia e integrado por composiciones propias y del que participaron Nicolás Abosky, Natalí Di Vincenzo, Alfredo Guyot y Alfredo “Tape” Rubin, interpretando tangos de su autoría.

“’Macumba’ representa un punto de inflexión desde el punto de vista estético, y, como tal, es a la vez un punto de llegada y de partida; refleja una transformación de nuestra música y adelanta la música que vendrá”, apuntó Corach en charla con Télam.

Tras una pausa de seis años, la agrupación vuelve al ruedo discográfico con este trabajo en el que “cada una de estas composiciones juega con algún aspecto de la tradición: a veces el aspecto armónico, a veces la forma, las texturas, timbres o la orquestación; de modo que en este disco queda claramente expresada nuestra voz, nuestra manera de ver y entender el tango, tanto hacia adelante como hacia atrás”, subrayó el pianista, compositor y director del grupo.

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Javier Yoko y Jaime Granda en bandoneón, Arantza Ghizolfo en violín, Santiago Gil Duarte en violoncello y Nicolás Acosta en contrabajo, completan la formación que en 2016 editó su primer disco, “La Hoguera” junto a Alejandro Guyot, Hernán Fernández y Diego Dimartino.

El músico ahondó en el concepto de este disco que lleva el nombre de uno de sus termas y que para Corach sintetiza de algún modo su búsqueda pensado con “una cabeza bien tanguera” .

El sábado el sexteto compartirá su concierto en el club ubicado en el barrio porteño Almagro con el trío de guitarras Lacruz–Heler-Nikitof,.

Télam: ¿Cómo describirías el espíritu de La Hoguera Tango?

Julián Corach: La Hoguera es un grupo de tango nuevo que, incluso dentro de la escena del tango nuevo, mira para adelante. Conocemos, respetamos y admiramos la tradición tanguera; Pero, con mucha humildad, la tomamos como punto de partida. Nosotros hicimos mucho tango tradicional en el primer disco, pero claro, se trataba de versiones de tangos que habían sido compuestos hace añares, por cabezas que estaban inmersas en una realidad completamente distinta a la nuestra. Dieron lugar a esa música maravillosa que uno escuchaba y quería versionar. Pero en cierto punto hay algo forzado en eso. Por ejemplo, la cadencia propia de esas melodías tira hacia cierto registro expresivo, insinúa ciertas armonías y se presta a ciertos fraseos, orquestaciones y demás. Y ni hablar de las letras. Y por ahí uno, con la mejor intención del mundo, propone otra dirección en su arreglo, que probablemente tenga más que ver con la forma de decir las cosas que tenemos hoy. Y, claro, esa tensión está hablando de la necesidad de composiciones nuevas, pensadas por y para músicos de hoy, que tocan con una gestualidad diferente a la de antaño.

T: En las composiciones se aprecia un singular cruce entre lo tradicional y nuevas sonoridades, además de colores de la música rioplatense y la música académica.

JC: Los músicos de La Hoguera tenemos afinidad por muchos géneros musicales, ya sea porque los tocamos, los escuchamos o los estudiamos. Y hay muchos recursos expresivos en estos otros géneros que me parece que pueden enriquecer nuestro discurso musical, abrir nuevas puertas, en muchísimos aspectos. Y han quedado olvidados.

T: ¿Cómo surge la idea de que intérpretes como Abosky, Guyot, el “Tape” Rubin y Di Vincenzo, canten canciones propias en el disco?.

JC: Me parece que esa idea le da un interés especial a la escucha, porque tiene algo de segunda composición. Es una especie de proceso en tres etapas. Porque seguramente cada compositor imaginó un carácter para su música, con cierto tempo, instrumentación y color. Y luego viene el arreglo, en el cual interviene una cabeza distinta, la de quien escribe el arreglo, que tiene que proponer un arreglo coherente con la letra, música, pero dentro del carácter propio del grupo. Y finalmente la yunta de ambos actores, intérprete-compositor y arreglador, en la cual se producen ciertos acomodamientos: de tempo, de matices, de acentos. Incluso, a veces, de partes. Con cada uno de los cantantes hay una historia especial.

Con información de Télam