Alessio Rigo de Rigghi: "No sé si soy un cineasta argentino o italiano"

23 de febrero, 2022 | 16.41

(Por Agustín Argento).- Alessio Rigo de Righi, director romano, pero con carrera en Argentina, estrena mañana "La leyenda del Rey Cangrejo", un filme que, en codirección con Matteo Zoppis, narra el mito de un joven italiano, que tras un crimen se escapa de Italia hacia la Argentina de fines del Siglo XIX para hacer su "América", en una historia que mezcla parte de la tradición del cine italiano con la forma "más libre" de filmar en Argentina.

"Nos interesaba marcar la rebeldía en un cambio de época, como esa vuelta al feudalismo y el viaje a América y al nuevo mundo", le dijo De Righi a Télam, a propósito de la cinta que tuvo su estreno en Cannes y pasó por Nueva York y Mar del Plata, entre otros festivales.

En Estados Unidos estudió cine. "Era muy práctico. Nos daban una cámara y salíamos a filmar. Pero cuando terminé los estudios, quise continuarlos en Roma con Literatura".

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En su país -aunque de nacimiento es estadounidense- se inició como asistente de producción, pero rápidamente decidió emigrar a Argentina para colaborar con directores como Matías Piñeiro, atraído por el cine de Lisandro Alonso y Santiago Mitre, entre otros. "No sé si soy un cineasta argentino o italiano", dice, entre risas, tras 15 años de residencia en Buenos Aires, donde tiene esposa y dos hijos.

Los realizadores llegan a su primera ficción de la misma forma que a los documentales: escuchando historias que cazadores italianos les contaron en una cabaña en Veiano, villa de montaña a una hora de Roma

Aquí lo narran por medio de la ficción porque no había material para documentar el hecho. "La primera parte -explicó- está un poco más documentada. Ya en la segunda damos lugar a la fantasía, apoyada más que nada en la literatura de aventuras, como Conrad o Stevenson".

"La leyenda..." cuenta la historia de Luciano (fabuloso debut actoral del artista plástico Gabrielle Silli), un bastardo italiano que tras declararse contra el príncipe y realizar un hecho de vandalismo debe exiliarse en Tierra del Fuego. La primera parte del filme es un drama romántico, con las típicas "canzonettas" italianas, las cabras, sus cencerros y los pastores dando vueltas. La pobreza del campesinado que se doblega ante la prepotencia de la nobleza. Todo, envuelto en un aura poética con rasgos "pasolineanos".

Sin embargo, para la etapa fueguina de Luciano deciden darle rienda al western con una historia de aventuras de buscadores de oro, con actores argentinos (excepto Silli) y un despliegue a la intemperie del fin del mundo, que culmina, como es de esperar, con un regreso a la poesía italiana. Se trata de una pieza hipnótica y melódica, donde la fotografía es tan responsable como la historia.

"Cada lugar tuvo sus inconvenientes. En Italia movilizamos a todo un pueblo. Hubo que reconstruir mucho interior. Y en Tierra del Fuego fue una aventura, con un clima muy adverso con locaciones lejanas. Era complicado a nivel logístico. Es muy fascinante la geografía. Es muy impresionante el cambio de paisaje en tan poca distancia", sostuvo el realizador de familia romana y calabresa y que se sintió cómodo en Argentina por "la forma de hacer cine, menos solemne e industrial que en Italia".

Con Zoppis, amigos desde la infancia, estudiaron cine por separado, pero al reencontrarse, sintieron que sus miradas se complementaban para narrar en el séptimo arte. "El trabajo entre dos enriquece el contenido y baja el ego del director. Las ideas son más sólidas. Hay algo que funciona en esto de que cada uno tenga su idea y chocarlas".

Télam: ¿Cómo fue el rodaje con dos partes bien marcadas en dos países diferentes?

Alessio Rigo de Righi: Se hizo en dos etapas. Es un proyecto de muchos años. Hace mucho fuimos con Mateo a Tierra del Fuego e imaginamos cómo sería el viaje de Luciano. Fueron muchos años de escritura y de búsqueda de financiación Fue un salto muy grande, a nivel de producción, entre "Il Solengo" (ópera prima) y ésta. Filmamos todo durante la pandemia. Hubo buenas decisiones por parte de los productores, que con coraje decidieron filmar la parte italiana entre la primera y segunda ola y después en febrero de 2021 entre la primera y segunda ola de Argentina. Hubo tiempo en el medio para revisar.

T: También dieron el salto a la ficción.

ARR: Fue muy natural. Si bien "Il Solengo" es un documental, tiene muchos elementos de ficción, que fuimos armando con los protagonistas. Desde lo narrativa hasta en la puesta en escena hay una halo de ficción. En esta hay dificultades, distintas, pero lo sentimos bastante natural.

T: ¿Cómo pensaron el diálogo entre dos partes, que desde los géneros se presenta tan diferentes?

ARR: Lo pensamos como si la primera parte fuera la precuela del western, eso que sucede en los personajes antes de que los veas en acción. Pero la historia surgió desde Italia. Nos habían contado de este personajes que había tenido problemas con el príncipe, su padre lo ayudó ante un crimen poco claro y que luego tuvo que exiliarse en Argentina. Siempre quisimos hacer dos partes bien marcadas, con un ritmo que fuera creciendo.

T: Este cambio de género también lo apoyan desde la puesta de cámara, los planos, la iluminación...

ARR: En la primera parte usamos lentes para planos más cortos, con más oscuridad y lugares cerrados para mostrar esa parte íntima de Luciano y la imposibilidad de relacionarse con los demás y vivir en sociedad. Ya en la segunda estaba la idea del hombre solo en la inmensidad de la naturaleza. La apuesta era que esas dos partes dialoguen. En la primera parte, hay un hombre que trata de encontrar un lugar y que en el hacer lo destruye todo. En la segunda, es el individualismo con esa idea de "hacer la América".

T: Pareciera que en la parte italiana están los individuos libres y autorregulados que luchan contra la opresión del Estado, mientras que en la segunda pareciera faltar justamente ese Estado para regular la relación entre los hombres. Es como un diálogo entre John Stuart Mills y Hobbs.

ARR: (Risas) Es muy fascinante pensarlo así. Están esas cosas sembradas, en textos que leísmo y que influyeron en el pensar y el escribir. Pero nosotros nos quedamos con la intimidad del personaje y lo que siente, en esa búsqueda de redención. Hay una culpa que él se carga e intenta recuperar. En la primera parte tiene algo y lo pierde y en la segunda intenta volver a lo que ya tenía y perdió.

T: En una entrevista dijiste que es imposible determinar la verdad sobre un hombre. Esto aplica perfectamente a Luciano, ¿no?

ARR: Se trata de la reflexión de la verdad que nos lleva a los cuentos y a las historias que se pasan de boca en boca y construyen mitos. Eso es lo que nos atrae para contar las historias. También me gusta cuando las películas te dan la libertad suficiente y que vos puedas dejarte llevar. Que es lo lindo del arte: le habla a muchos para hablarle a uno solo.

Con información de Télam