Sorpresa por la playa argentina con el agua más cálida y cristalina de todo el verano

Los registros mostraron que las aguas de Mar del Plata están por encima del promedio habitual para esta época. En los últimos días de diciembre, la temperatura del mar llegó a 22 grados.

31 de diciembre, 2025 | 18.03

Mar del Plata es una de las ciudades costeras más elegidas para vacacionar en verano. Su propuesta turística es amplia, pero esta temporada un detalle llamó la atención de los turistas: la temperatura de sus aguas, ya que está por encima del promedio para esta época.

En las últimas horas de diciembre estuvo cerca de los 22 grados. Este fenómeno se produce porque la ciudad balnearia tiene calor en la atmósfera, cielo despejado y una mar plancha. 

La temperatura promedio del agua de mar en el último mes del 2025 es de 18 grados, con un rango que va de una mínima de 15.3 grados Celsius a una máxima de 21.3. Expertos meteorólogos y oceanógrafos coincidieron en que la suba responde a un combo de factores atmosféricos y oceánicos, que van desde el cambio climático hasta las mareas y vientos locales.

Mar del Plata con las aguas más calidas

Cada verano es habitual meterse al agua y enfrentarse al shock del frío cuando llega a la cintura, pero este verano esa sensación no se siente. Ya que por estas horas, hay una variación de un grado y unas décimas, lo que vuelve Mar del Plata en una experiencia completamente distinta.

Según los registros del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), en noviembre ya se advertía el ascenso de la temperatura del agua. El Gabinete de Oceanografía Física del instituto estableció el promedio ese mes en 17°5.

A través de las mediciones semanales que se tomaron en la escollera norte pudo cotejarse con las que registra un termómetro especial instalado en la Estación de Observaciones Costeras del Servicio de Hidrografía Naval, ubicada en el Muelle del Club de Pescadores.

Los índices tomados por el Inidep se usan para saber si el agua está fría o templada y son un elemento clave para estudiar el clima, el ambiente marino y la actividad pesquera de la región.

La temperatura del mar no suele superar los 20 grados en diciembre, pero por estas horas está cerca de los 22. Sin bien dos grados parecen pocos, los turistas notan la diferencia en el agua. 

De mantenerse las temperaturas de ambiente en alza y el agua en calma, la temperatura del agua del mar podría seguir en ascensos y llegar a alcanzar los 23 que tuvo en en 2017 y obtener un tono turquesa.

En diciembre no suele superar nos 20° la temperatura del mar, y hoy esta cerca de los 22°. Aunque parece poco, dos grados son una gran diferencia. Se cree que si se mantienen la temperatura de ambiente en alza y en agua calma, como en los últimos días, la temperatura del agua del mar podría seguir en ascenso y tal vez alcanzar los 23° que marcó en febrero de 2017, y un mar turquesa.

Qué implica este aumento de temperatura del agua del mar

El calentamiento del mar influye de manera directa en la experiencia turística y en la actividad económica de la región. Los especialistas destacan los siguientes efectos clave:

  • Más gente en el agua y por más tiempo: con 18,5°C, la clásica “sensación de agua helada” que caracteriza a Mar del Plata se atenúa. El salto desde los habituales 17°C cambia de forma notable la percepción térmica y se traduce en:
  • Mayor permanencia de los turistas dentro del mar.
  • Crecimiento en la demanda de actividades acuáticas como surf, stand up paddle y paseos náuticos.
  • Extensión de la temporada, ya que el agua tardará más en enfriarse durante marzo y abril.

Sin embargo, no todo es positivo: el récord de temperatura no solo transforma la experiencia turística, también enciende alarmas ambientales. Un mar más cálido puede provocar la migración de especies que necesitan aguas frías, alterando la cadena alimentaria y modificando el equilibrio natural de la zona.

Los especialistas advierten que estas condiciones favorecen la proliferación de algas y microorganismos poco habituales en la costa marplatense, lo que podría afectar a peces, moluscos, aves marinas y otros organismos que dependen de ellos. El fenómeno obliga a las autoridades a monitorear de cerca la biodiversidad, ya que cualquier cambio sostenido en la temperatura puede desencadenar impactos significativos en los ecosistemas del Atlántico Sur.