Alerta por altas temperaturas: cómo prevenir un golpe de calor, según médicos del Hospital de Clínicas

Médicos del Hospital de Clínicas explicaron qué es un agotamiento por calor y un golpe de calor, qué síntomas da y qué se debe hacer para prevenirlo en verano.

27 de diciembre, 2025 | 11.15

Los golpes de calor y el agotamiento por calor son muy comunes con la llegada del verano. Durante estas épocas, las altas temperaturas obligan a tomar medidas de prevención. Desde el Hospital de Clínicas, los médicos advierten qué hay que hacer en estos días y qué se debe evitar.

Los niños menores de un año, los adultos mayores de 65 años y las personas con enfermedades crónicas se encuentran entre los grupos con mayor riesgo. El médico clínico del Hospital de Clínicas de la UBA, Dr. Diego Sánchez Gelós (MN 117.604), explica que “el agotamiento por calor aparece antes de que se alteren los mecanismos para regular su temperatura", y si no se trata a tiempo, llega el golpe de calor.

Agotamiento y golpe de calor: todo lo que hay que saber

Los síntomas y cómo reconocerlos

Este llamado agotamiento "se manifiesta con sudoración excesiva, cansancio, debilidad, calambres, náuseas, cefaleas, mareos y en los niños se puede manifestar también con irritabilidad, llanto excesivo, inapetencia y piel irritada por sudor excesivo (cuello, axilas y zona del pañal)”, explica el médico.

Cuando el organismo ya no logra regular su temperatura corporal, puede producirse el golpe de calor, una situación más grave. Según detalla Sánchez Gelós, este cuadro se caracteriza por fiebre mayor a 39°C, piel roja, caliente y seca, ausencia de lágrimas, intensificación del dolor de cabeza, apatía, somnolencia, vértigos, confusión y desorientación mental, delirios, pérdida del conocimiento e incluso convulsiones.

Ambas condiciones suelen ser consecuencia de la exposición prolongada a temperaturas elevadas. También pueden presentarse después de realizar esfuerzos físicos intensos en ambientes calurosos y húmedos o en espacios cerrados, donde el cuerpo encuentra mayores dificultades para disipar el calor.

Los grupos de riesgo

El médico remarca que los adultos mayores, muchas veces no perciben la sed de forma adecuada y que en los niños pequeños ocurre algo similar, con el agregado de que no siempre pueden acceder al agua por sus propios medios.

Además, la situación resulta más crítica en personas con enfermedades cardiovasculares, diabetes u otras patologías predisponentes, por lo que es fundamental extremar los cuidados ante condiciones climáticas extremas.

Qué hacer ante un agotamiento o golpe de calor

Ante la aparición de los primeros síntomas, Sánchez Gelós indica que “el manejo implica garantizar descanso en ambientes frescos y secos (usar ventilador o aire acondicionado), aflojar o sacarle la ropa y usar paños húmedos o agua fresca para enfriar el cuerpo.

Darle de tomar agua si la persona está consciente, ofrecer líquidos frescos, preferentemente agua o pecho en lactantes y evitar bebidas azucaradas o calientes también es fundamental.

Además, aclara que “en el caso de los adultos mayores y niños pequeños que se muestran inusualmente calmados, se duermen repentinamente o se desvanecen o si el cuadro empeora es fundamental llamar al sistema de emergencias”.

Recomendaciones para prevenir el golpe de calor

  • Hidratación: ingerir líquidos fríos de manera regular. Los adultos deben consumir al menos dos litros diarios, mientras que los lactantes deben tomar pecho con mayor frecuencia.

  • Ambientes: permanecer en espacios frescos, secos y bien ventilados. Evitar la exposición al sol entre las 10 y las 17 horas y, al aire libre, buscar zonas de sombra.

  • Ropa: optar por prendas sueltas, livianas, claras y de algodón. Se recomienda además el uso de sombreros o gorras para protegerse del sol.

  • Alimentación: priorizar frutas y verduras con alto contenido de agua y evitar comidas abundantes y pesadas.

  • Actividad física: realizar ejercicio preferentemente por la mañana temprano o al atardecer, en espacios abiertos, y mantenerse hidratado antes, durante y después.

  • Cuidado de adultos mayores y niños: garantizar que tengan acceso permanente a líquidos y que permanezcan en lugares frescos, secos y ventilados.