El mismo día que el Gobierno de Estados Unidos advirtió que está listo para tomar más medidas en Paraguay para "combatir la corrupción", el senador republicano Ted Cruz, un referente indiscutido del sector más conservador de los dirigentes de origen hispano de ese país, le pidió al secretario de Estado, Antony Blinken, que anuncie una sanción "anticorrupción" similar a la que impuso al Vicepresidente paraguayo y truncó sus aspiraciones presidenciales a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Su pedido mezcla argumentos que van desde la "agenda geopolítica" de China, Rusia e Irán, hasta la causa de Vialidad, pasando por la muerte del fiscal Alberto Nisman.
En su carta a Blinken, publicada por el portal de noticias El American, Cruz recordó que en lo que va del año el Gobierno de Joe Biden declaró a dos líderes latinoamericanos como parte de redes de "significativa corrupción", una denominación que implica sanciones políticas como la prohibición a entrar a Estados Unidos o hacer negocios con empresas que tengan sede en ese territorio. El primer caso,en marzo, fue el del ex presidente de Ecuador Abdalá Bucaram, y su familia más cercana, y el segundo, este mismo mes, fue el actual vicepresidente de Paraguay, Hugo Velázquez, un dirigente que finalmente no renunció a su cargo, pero sí a su precandidatura presidencial para 2023.
El senador republicano no lo mencionó, pero el Departamento de Estado también sancionó en julio con la misma calificación al ex presidente de Paraguay Horacio Cartes, a solo cinco meses que mida fuerzas con el actual mandatario mario Abdo Benítez para definir quién se queda con el control del Partido Colorado, la fuerza política hegemónica en el país vecino.
"Le escribo -sostuvo Cruz en la carta a Blinken- para llamarle la atención a los actos explícitos y ahora públicos de corrupción de Fernández de Kirchner, al ex presidenta de Argentina y actual Vicepresidenta, quien ha debilitado durante décadas el estado de derecho en Argentina, ha convulsionado las instituciones políticas y ha debilitado los intereses de Estados Unidos en el país e incluso en la región". Acto seguido, el legislador argumentó -sin presentar pruebas- que la Vicepresidenta está "profundamente involucrada en la muete en 2015" de Nisman y destacó los argumentos principales del alegato final de los fiscales federales Diego Luciani y Sergio Mola en la causa conocida como Vialidad, por licitaciones de la obra pública en Santa Cruz.
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Finalmente, el senador estadounidense consideró que la evidencia que sustenta la acusación contra CFK es "creíble" y advirtió, sin dar más explicaciones ni detalles, que "las consecuencias y las amenazas de la corrupción de Fernández de Kirchner se extienden globalmente".
Los gestos mutuos de CFK y el Gobierno de Biden
Este año, en medio de un protagonismo cada vez mayor de la embajada de Estados Unidos en la Argentina, la Vicepresidenta mantuvo un par de reuniones que no pasaron desapercibidas. Primero recibió en su despacho del Senado al embajador Marc Stanley y, luego, en la misma sala, a la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la General Laura Jane Richardson. En ambos casos, este portal pudo saber que los encuentros fueron pedidos por los funcionarios estadounidenses.
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Aunque su relación con Estados Unidos no siempre fue buena, la Vicepresidenta venía destacando coincidencias económicas con el Gobierno de Biden. Por ejemplo, reprodujo una porción del discurso del Estado de la Unión del presidente estadounidense, en la que resaltaba las ganancias extraordinarias de algunas empresas durante la pandemia y cómo no había una carga impositiva acorde para ese incremento."¿Por qué Biden dijo todo esto? También lo explica en forma textual: 'La peor pandemia en un siglo, la peor crisis económica desde la Gran Depresión, el peor ataque a nuestra democracia desde la Guerra Civil.'” ¿Qué cosa, no? Y eso que el FMI no le financió la campaña a Trump", se preguntó en ese momento la Vicepresidenta.
¿Quién es Ted Cruz?
Es hijo de un cubano que dejó la isla en 1957, dos años antes de la Revolución Cubana, para estudiar en Texas. Tras la llegada al poder de Fidel Castro decidió quedarse y obtuvo asilo político. Toda su carrera política estuvo marcada por sus posiciones conservadoras y su interés en la relación entre Estados Unidos y los países de América Latina.
Se hizo conocido como asesor de George W. Bush en su primera campaña presidencial en 2000 y luego, tras su victoria electoral, en subsecretario en el Departamento de Justicia. En 2003, volvió a Texas y comenzó una larga carrera en la Fiscalía General, donde se hizo conocido como un defensor de la mano dura. En 2013, saltó al Congreso federal y desde entonces construye una imagen de hispano conservador, enarbolando las causas más tradicionales de oposición a los Gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Fue un férreo crítico del Gobierno de Barack Obama y, especialmente, de su decisión de comenzar a descongelar la relación con Cuba. Su fuerte retórica lo llevó a tener un alto perfil y, por un momento, algunos analistas lo vieron como una posible estrella en ascenso del Partido Republicano. Por eso, el aún joven senador tejano se animó en 2016 a presentarse a las primarias presidenciales. Perdió con Donald Trump y con el tiempo se fue sumando a su estrategia comunicacional de denuncias y discursos estridentes y agresivos.
Sus posiciones siguen siendo extremadamente conservadoras, especialmente cuando se trata de América Latina. Uno de los ejemplos más recientes es el proyecto de ley que presentó tras la asunción presidencial de Gustavo Petro en Colombia para que las ex FARC, la guerrilla que se desmovilizó y se convirtió en un partido político, vuelva a la lista de organizaciones terroristas, de la que salieron tras la firma del acuerdo de paz en 2016.