Con el 96,12 por ciento de las mesas escrutadas, la fórmula integrada por Vidal y el radical Daniel Salvador lograba 3.455.806 votos, contra 3.078.196 del kirchnerismo, mientras que Felipe Solá y Daniel Arroyo del frente UNA quedaban en tercer lugar con 1.681.885 sufragios, el 19,22 por ciento.
Lejos quedaron los resultados del 9 de agosto: en las primarias el Frente para la Victoria con Fernández-Martín Sabbatella había obtenido 40,2 por ciento, Cambiemos el 30 por ciento y UNA 19,6 por ciento, con un nivel alto nivel de votos en blanco.
Con estos resultados, el jefe de Gabinete, candidato de la Casa Rosada a la gobernación, pierde casi 5 puntos en relación con lo que obtuvo su fuerza en conjunto en las primarias del 9 de agosto: muchos de los que votaron al FpV en la interna Fernández-Julián Domínguez migraron a otras zonas políticas, en un rechazo abierto al hombre de Quilmes.
Más atrás, lejos de los lugares de protagonismo, se ubicaba la Alianza Frente de Izquierda y de los Trabajadores en cuarto lugar, con Néstor Pitrola y Rubén Sobrero como candidatos, que lograban el 3,74 por ciento.
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En tanto, la Alianza Progresistas se ubicaba quinta, con la postulación de Jaime Linares y Juan Carlos Pugliese, llegaba al 2,37 por ciento, con 7,66 por ciento de votos en blanco.
La provincia de Buenos Aires, en la que no hay balotaje, representa el 37 por ciento del padrón con 12 millones de electores y los comicios son clave para marcar el mapa en el que los candidatos presidenciales del FpV y Cambiemos, Daniel Scioli y Mauricio Macri, llegarán a la segunda vuelta de noviembre.