- Bienvenidos a Facebook, el lugar donde fingimos que nos interesa la opinión ajena.
- En los sesenta se decía "a coger que se acaba el mundo". Eran tiempos urgentes, y la supervivencia estaba en peligro. En los ochenta se decía "a bailar que se acaba el mundo"; las expectativas eran quizás más hedónicas, y más modestas. En esta década todos gritamos "A POSTEAR QUE SE ACABA EL MUNDO". Escribir se ha convertido en nuestro modo de retrasar a ese apocalipsis que se aparece todos los días en dosis homeopáticas. El futuro no nos encontrará unidos ni dominados: nos encontrará escribiendo.
- Donde se dice "te tengo de amigo en Facebook" se debería decir "de vez en cuando, en la pantalla de mi PC se abre un recuadro con tu nombre y tu foto, y al rato desaparece." La verdad es que nadie tiene a nadie, y siempre fue así. No es Facebook, cariño: es la vida.
- Agradezcamos a las personas que nos agregaron a su lista de amigos. Quizás no sea como para hacer una fiesta (el afecto en Facebook solo un afecto de palabras, o, menos aún, de bits y caracteres) pero es un afecto al fin, y antes de Facebook ni siquiera teníamos eso.
- Liberemos a Facebook de la función de entendernos. No fue hecho para eso sino para malentenderse. Facebook está hecho de lenguaje. Y mientras haya lenguaje -decía Roland Barthes- no puede haber verdad.
- Soy tu amigo de Facebook. Podés contar con mi indignación para cualquier cosa que necesites. Sabelo.
- De vez en cuando alguien anuncia con alegría sádica que va a borrar contactos de su lista de amigos de Facebook. Nos corre frío por la espalda. Alguien que nos borra de su lista de amigos nos hace existir un poquito menos.
- ¿Queremos un Facebook más amigable, menos polémico, más constructivo? Propongamos que una de las cláusulas de admisión en Facebook sea "me comprometo a no tener razón siempre".
- En Facebook, el relato de nuestros logros y nuestros golpes de suerte despiertan algunas tímidas felicitaciones. Pero el relato de nuestras desgracias -una faringitis, una demanda judicial, una ruptura amorosa- atraen a montones de lectores compasivos. Facebook, es un barrio-llorón-friendly.
- Pasamos mucho tiempo acá dentro viendo lo que hacen los otros y esperando halagos. Pero no es que antes de Facebook nuestra vida social haya especialmente esplendorosa.
- "Cuando no existía Facebook, ¿cómo hacían ustedes para enojarse con todas las cosas?" se preguntarán los historiadores del futuro. Gracias a Facebook sabemos más cosas acerca del mundo. Tenemos más letra. Y nos indignamos más que nunca. Quién hubiera dicho que la consecuencia de la sabiduría era el enojo.
Vida en el planeta Facebook: un resumen.
07 de agosto, 2015 | 13.19
Trending
Las más vistas
3.