El Gobierno nacional entró en modo de campaña y vuelve a tomar una medida que criticaba cuando era oposición: el uso de la publicidad oficial como propaganda proselitista. Así se observa en el tremendo aumento de la partida para difusión de actos de gobierno, de un 205% en total.
La cifra, que implica triplicar el dinero gastado del 2016, implica que destina más minutos a spots oficiales. A diferencia de la propaganda de campaña, que está regulada por ley y es gratuita para los frentes electorales, la publicidad oficial de los actos de gobierno no está regulada.
Según consignó el diario La Nación, hasta junio el gobierno ya se comprometió a pagar 1867 millones de pesos en el rubro "prensa y difusión". En el mismo período pero del año pasado, el Gobierno había destinado solo 612 millones.
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Los casi $2 mil millones sirvieron para comprar 1.476.939 segundos de televisión, equivalentes a 485 horas o 20 días completos.
El presupuesto anual destinado a publicidad oficial es 4.130 millones, el doble que el del 2016. A diferencia de otros rubros, la ejecución en este rubro está por arriba del tiempo devengado.
En términos relativos, el presupuesto en publicidad oficial implica la mitad de los fondos que maneja el jefe de Gabinete, cuando esa partida era de solo un tercio del dinero que administró Marcos Peña el año pasado.
La nave insignia fue la campaña "Haciendo lo que hay que hacer", una serie de spots y piezas de comunicación que muestran obras públicas y los beneficios que estas traen para el público en general. Además, se encuentra la promoción de la feria Tecnópolis o el programa El Estado en tu Barrio.
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