Redacción El Destape
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Mariano Benedit (32) salió ayer de su casa en su moto Honda Tornad blanca. Llevaba una mochila y minutos antes se había despedido de su mujer y de su pequeña hija, de tan solo diez días de vida. Desde el edificio de la calle Arenales, en Recoleta, salió con destino al centro de la ciudad de Buenos Aires.
A la mujer le dijo que iba a realizar un trámite en una sucursal bancaria de la Avenida Callao y desde allí tenía que ver a un socio y después a un cliente. Ahí comenzó el misterio que terminó casi 30 horas después cuando encontraron el cadáver del joven empresario en la Costanera Sur, cerca del acceso al Astillero Tandanor.
La mochila estaba al lado del cadáver y, cerca de una de sus manos, había una pistola calibre 9 mm. Esto, en principio, fue interpretado como un posible suicidio. Pero con el correr de las horas, los peritos dieron otra versión: pudo haber sido un homicidio y montaron una escena para simular un suicidio, que no fue. Lo dijeron al analizar la ubicación del cuerpo, el trayecto del proyectil y el lugar donde estaba la pistola.
Si es que fue un asesinato como se presume, ¿quién y por qué lo hizo? ¿Fue un delincuente que le robó la moto?, ¿fue una trampa de un socio, exsocio o cliente? Lo cierto es que se trata de un caso muy complejo, con muchos interrogantes.