El vicesecretario general de Hezbolá, Naim Qassem, dijo el martes que su grupo ha adoptado "un nuevo cálculo" para infligir sufrimiento a Israel, pero al mismo tiempo pidió un alto el fuego.
Israel lanzó el 23 de septiembre una gran ofensiva contra Hezbolá con el objetivo de permitir el regreso a sus hogares de los residentes del norte de Israel, que se habían visto obligados a evacuar durante un año de disparos transfronterizos de cohetes desde Líbano.
"La solución es un alto el fuego, no estamos hablando desde una posición de debilidad", dijo Qassem. "Si los israelíes no quieren eso, continuaremos", añadió en un discurso.
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Qassem dijo que los residentes del norte de Israel podrán regresar a sus hogares cuando se alcance un alto el fuego mediante un acuerdo indirecto.
Sin embargo, amenazó con que más israelíes se verán desplazados si la guerra continúa, afirmando que "el número de asentamientos deshabitados aumentará, y cientos de miles, incluso más de dos millones, estarán en peligro en cualquier momento, a cualquier hora, cualquier día".
Añadió que, puesto que Israel ha atacado en todo Líbano, el grupo tiene derecho a hacerlo en cualquier lugar de Israel.
"Nos centraremos en atacar al ejército israelí, sus centros y cuarteles", dijo.
Los ataques israelíes han causado la muerte de al menos 2.309 personas en Líbano en el último año, principalmente en las últimas semanas, según el Gobierno libanés. Más de 1,2 millones de libaneses han sido desplazados.
Con información de Reuters