El filme argentino "Las noches son de los monstruos", dirigido por el experimentado productor Sebastián Perillo y que se estrena este jueves en salas comerciales con el protagónico de Luciana Grasso, ronda el cine de género y fantasía apoyado en un coming of age con fuertes personajes femeninos.
"Hay indicios de que en los personajes femeninos hay una coherencia o un hacer consentido. Los personajes masculinos dan un poco de pena en la película", dijo a Télam Grasso, sobre la cinta a la que llegó cuando tenía otro director (Gabriel Medina) y que debió abordar algunos cambios cuando Perillo se puso detrás de cámaras.
"Yo ya tenía un poco el personaje pensado -explicó la intérprete de 28 años- pero después cambió mucho, cambió el enfoque, cambió el guion y bueno, así empezamos 'Las noches son de los monstruos', título que también cambió. Trabajé todo con cierta flexibilidad. Lo que servía en este cambio de foco se mantuvo y lo que no, se modificó".
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Grasso interpreta a Sol, una adolescente en quinto año que deja la ciudad de Comodoro Rivadavia para vivir con su madre (Jazmín Stuart) y el novio de ella (Esteban Lamothe) en un pueblo que es acechado por un puma. Taciturna y ensimismada, conecta fuertemente con una perra con la que construye un vínculo de fantasía.
Este no es el primer trabajo en el cine de género o fantástico de Grasso y, pese a ser un género que no la atrae particularmente, ha construido una carrera en la especialidad con filmes como "Al morir la matiné", "El secreto de Julia" y "Terror 5" o cortos como "Virgen".
"Nunca fui espectadora de cine de género. Me da miedo, no sé, no disfruto a veces, pero por suerte en ninguna me matan (risas). Siempre disfruté mucho cada película que hice. Ésta tiene muchos géneros para incluidos, no se queda solo en uno. Tiene algo de lo vincular todo el tiempo y de lo fantástico, no se encasilla. Eso abre al actor y al equipo a crear", comentó.
T: El tuyo es un personaje de silencios.
LG: Le cuesta decir y accionar, por lo menos hasta la mitad de la película o hasta casi el final. Siempre fue un trabajo en conjunto con Seba, Jazmín, Esteban y Agustín (Daulte), todo el entorno era el que estaba en movimiento y este personaje era el que estaba más paralizado y no se hallaba, a mí misma me sorprendió cuando vi la película.
T: También rompe tabúes sobre la sexualidad femenina. Hay una escena de masturbación, algo poco común en el cine.
LG: A mí me encanta esa escena, fue muy cuidadosa también en la grabación. Habla del descubrimiento, encontrar el placer... tardó un montón de días para poder tener un momento de privacidad o tocarse en esa casa y encima es interrumpido. Me parece que está contado sutil y clave, sin mostrar de más. Es un personaje que empieza a exudar lo hormonal, la sexualidad. Y que no se asusta ella misma de eso, lo experimenta. Me parece clave que podamos contar eso de esta manera también y no solamente para mostrar cuerpos. Al trabajar en un rol femenino importante en la película está bueno que haya otra mujer que lo vaya viendo y Seba recibió muchas opiniones constantemente, es una persona que escucha mucho también. Eso te habla de un director que no se queda en su rol masculino o de lo que tenía pensado nada más, abre al grupo y a quien esté haciendo la película, a tu familia, eso fue muy importante.
T: ¿Este tipo de películas o este tipo de contextos pueden llegar a abrir hacia los roles de los personajes femeninos?
LG: Estamos en esa apertura. De hecho, yo trabajé el año pasado en dos películas que las dos eran dirigidas por mujeres, "Vera", de Romina Tamburello y Federico Actis, y "Miranda de viernes a lunes", de Victoria Menis. En la primera, interpreto a la hija de una dueña de inmobiliaria, que le saca un departamento para usarlo de telo. En la otra, los personajes femeninos también tienen un rol muy activo. Hay una apertura que la necesitamos como espectadores y como hacedores.
T: ¿Creés que eso es un cambio de época o tiene que ver con quien dirige?
LG: No, yo creo que es un conjunto de todo. Hay una necesidad de época. Es como una transformación y en esa transformación, además de la existencia de leyes, creo que hay más ganas de gestionar una idea hecha por mujeres o un guion escrito por una mujer o un guion que le dan a una mujer para hacer.
Con información de Télam