La administración Milei decidió reducir dos puntos porcentuales de las retenciones a la soja y al trigo mientras que en el caso del maíz fue de tan solo un punto. Esta pequeña digresión apunta a darle una señal a los sojeros de que se podría comenzar a corregir el diferencial de más de 15 puntos en las retenciones heredado de la gestión de Mauricio Macri. En concreto, es una de las presiones de la industria sojera para aumentar el área sembrada de la oleaginosa.
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El diferencial de retenciones entre el maíz y la soja generó una merma en la cantidad de oleaginosa producida con picos de 60 millones de toneladas que llegaron a caer, sin sequía de por medio, en torno a los 40 millones. Para la campaña 2025-2026, la CIARA CEC, la cámara que reúne a las grandes exportadoras, estimó un volumen total de 48,5 millones de toneladas y otros 38 millones para el maíz.
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Otra lectura sobre esta medida apunta a la necesidad del Poder Ejecutivo de reunir dólares de cara al verano con las exportaciones de trigo, una suerte de puente de tiempo hasta el inicio de la próxima cosecha de soja.
En base a datos de la Secretaría de Agricultura, la exportación ya compró a precio 4,06 millones de toneladas y otras 379.000 toneladas fueron contratos con precio a fijar. El saldo estimable por volcar al mercado sería de 11 millones de toneladas, de un total de 18,5 millones. Un año de cosecha record.
Si se tiene en cuenta que para el mercado interno se necesitan 8 millones de toneladas, este año podrían exportarse cerca de 10 millones de toneladas netas de trigo. El precio FOB para este mes ronda los 209 dólares por toneladas. Es decir, podrían ingresar 2090 millones de dólares por la cosecha de trigo.
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La verdadera brecha entre la soja y el maíz
“Este diferencial entre la soja y el maíz arrancó con Macri en 2015 y dejaba un enorme spread a favor del maíz. Esto provocó el declive del cultivo en la Argentina que había llegado a los 62 millones de toneladas. Por ende, existe un fuerte reclamo de la industria que procesa la soja por eliminar el diferencial. Este año probablemente vuelva a caer la superficie de soja en relación al maíz”, explicó el consultor Javier Preciado Patiño.
Los exportadores de maíz y sus derivados son los mismos que exportan granos de soja y sus derivados; ocupan los mismos 10 lugares en el ranking de exportadores alternándose las posiciones. Por ende, cada discusión sobre la cuestión de las retenciones es un debate hacia el interior de los grandes jugadores para ver cuánto más incrementan sus márgenes de ganancia en detrimento de los productores pequeños y medianos (aunque ellos no lo sepan).
La industria oleaginosa pretende que se achica la diferencia entre las alícuotas de maíz y soja para incentivar la producción de aceite y harina con una mayor área sembrada. Hasta ahora, lo que ellos llaman una baja producción en detrimento de otros cultivos lo reemplazan con importaciones de soja, principalmente desde Paraguay.
El acumulado en el periodo enero-octubre de este año fue de 5,2 millones de toneladas de soja importadas, frente a los 6,9 millones de toneladas del período 2024. Las empresas radiadas en el país compran casi la totalidad de la producción de Paraguay, granos que ingresan al país bajo el régimen de importaciones temporarias.
La estratagema detrás de este régimen consiste en considerar como insumo a la oleaginosa que luego será procesada por las mismas exportadoras en su calidad de industria aceitera, en un marco de triangulación comercial entre filiales de las mismas sociedades. El régimen había sido desactivado por Cristina Fernández de Kirchner en 2009, reinstalado por Mauricio Macri en 2016.
Por ende, fue Macri quien estableció ese diferencial de “beneficios” en las alícuotas de retenciones entre el maíz y la soja, al mismo tiempo en que habilitó el esquema de triangulaciones principalmente desde Paraguay. ¿Coincidencia?
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En busca de los dólares perdidos
Entre enero y octubre de este año se fueron del sistema bancario cerca de 30.000 millones de dólares vía compra de billetes sin fines específicos por parte del sector privado. El economista Ernesto Mattos, titular del Instituto de Estudios para el Desarrollo Productivo y la Innovación de la Universidad de J.C.Paz se preguntó cómo hará el equipo económico de Milei para seguir conteniendo semejante fuga: “¿Vuelve el cepo o será con más deuda?”.
Una arista intermedia podría ser el incentivo al sector agropecuario para que vendan de manera adelantada parte de su cosecha. Tal situación requerirá mucho más que una rebaja de dos puntos porcentuales, teniendo en cuenta la experiencia de las retenciones cero por 72 horas, operación que todavía es investigada por la Procuraduría de Investigaciones Administrativas.
En base a datos de la Secretaría de Agricultura, las empresas exportadoras de trigo ya compraron a precio establecido 4,06 millones de toneladas y otras 379.000 toneladas fueron contratos con precio a fijar. El saldo estimable por volcar al merado sería de 11 millones de toneladas, de un total de 18,5 millones. Un año de cosecha record.
Si se tiene en cuenta que para el mercado interno se necesitan 8 millones de toneladas, este año podrían exportarse cerca de 10 millones de toneladas netas de trigo. El precio FOB para lo que resta del mes ronda los 209 dólares por toneladas. Es decir, podrían ingresar 2090 millones de dólares por la cosecha de trigo.
En el caso de la soja, el grueso del poder de negociación de cara al próximo año radica en una nueva cosecha estimada en las 48.5 millones de toneladas, de las cuales quedarían por vender 38,7 millones de toneladas, el 84% de la campaña.
Según los datos de cotizaciones publicados por la Bolsa de Comercio de Rosario, el valor de la soja para marzo se sitúa alrededor de los 410 dólares por tonelada. Esto implica que los agroexportadores dispondrán de granos equivalentes a los 15.867 millones de dólares, lo que les otorga una posición estratégica para presionar por una reducción de las retenciones o una mejora en el tipo de cambio.
En el caso del maíz, con una nueva cosecha en torno a los 38 millones de toneladas, aún quedan por vender ceca de 31 millones de toneladas, el 94% del total de la campaña 2025-2026.
