El gobierno chino evalúa lanzar un paquete de medidas para estabilizar el mercado de acciones de ese país, que en el caso de la bolsa de Hong Kong (Hang Seng) lleva una caída de 30,35% y de 15,11% en la de Shanghai.
Los funcionarios se encuentran considerando inyectar cerca de US$ 278.000 millones provenientes de las cuentas offshore de las empresas estatales a un fondo de estabilización que comprará acciones domésticas a través del Hang Seng, indicaron fuentes vinculadas con Beijing a la agencia Bloomberg.
De estas formas, las autoridades buscan evitar que continúe la venta de papeles que llevó esta semana al CSI 300 de Shanghai al menor nivel de cinco años.
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La creación de un fondo de estabilización ya viene siendo contemplada, desde al menos, octubre último.
Algunos inversores aún dudan de su eficacia pues los intentos de rescate previos de Beijing no siempre funcionaron, y piden por medidas de estímulo más forzosas.
La crisis en el mercado inmobiliario, la falta de demanda interna, la caída de la inversión externa y la poca confianza en las firmas locales están ejerciendo una gran presión en la economía china y en sus mercados.
Este potencial paquete de ayuda podría detener las caídas en el corto plazo y estabilizar los mercados hacia el Año Nuevo Lunar (el próximo 10 de febrero), pero la compra de acciones del Estado históricamente tuvo un éxito limitado en cambiar la confianza del mercado si no es acompañado por otras medidas, analizó el estratega de activos especialista en Asia, Marvin Chen.
Las fuentes manifestaron también que los funcionarios chinos están evaluando otras opciones y que podrían anunciar algunas de ellas tan pronto como esta semana, si son aprobadas por la cúpula del gobierno.
Luego de alcanzar un pico en 2021, el valor de mercado de las bolsas de China y Hong Kong cayó en más de US$ 6.000 billones, signo de la pérdida de confianza en el país asiático.
En la misma línea que Chen, Vey-Sern Link, directora en el banco Union Bancaire Privée (UBP), evaluó que un paquete de rescate, por sí solo, podría ser insuficiente para estimular al mercado, en términos del valor inyectado, pero ciertamente ayudará a disipar la idea de que al gobierno no le importa.
Además de factores macroeconómicos, la confianza resultó impactada en los últimos años por las políticas de Beijing sobre el sector privado, incluyendo los avances hacia los grandes gigantes tecnológicos.
Los bancos internacionales, que planteaban una gran expansión en el país, ahora moderaron sus planes.
Cuando se mira a este paquete o a cualquier esta medida habría que ver si cambia la confianza, si le da a la gente razones para creer de forma positiva en el futuro de la economía, indicó Kevin Sneader, presidente de Asia-Pacífico en el banco Goldman Sachs.
Según el economista de China de dicho banco, Hui Shan, la venta de acciones en los mercados bursátiles amenaza con exacerbar el pesimismo en el país, lo cual afectará al crecimiento de la economía real.
Si bien China cumplió el año pasado con su meta oficial de crecimiento de alrededor del 5% al expandirse 5,2% -uno de los peores resultados en las últimas tres décadas-, Shan consideró que repetir esas cifras este año será muy complicado.
Goldman Sachs estima que, al menos, 2 puntos porcentuales del 5,2% de 2023 son resultado del rebote provocado por la reapertura tras el fin de las restricciones impuestas por la pandemia.
En ese sentido, prevé, al momento, una expansión de 4,8% para este año.
Los funcionarios tienen un montón de trabajo para hacer para llegar cerca del 5% este año, comentó Shan.
Para la analista, la política fiscal será más importante que la monetaria este año, pues si bien pueden ayudar los recortes en las tasas y la inyección de liquidez en el sistema financiero, estos no son esenciales para el crecimiento.
Otro punto clave serán los movimientos en la geopolítica y el rol que tendría China en un posible segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos, quién propuso colocar un arancel de 10% en todas las importaciones.
Con información de Télam