Escenario complejo para un año de Mundial

A solo seis meses de que comience un Mundial con 48 selecciones y tres países, la AFA y el Chiqui Tapia aparecen asediados por diversas causas en la Justicia. Mientras tanto, otros recortes en el deporte no generan tanto impacto mediático.

29 de diciembre, 2025 | 20.01

Entramos en año de Mundial. Un Mundial inédito de 48 selecciones, tres países, 104 partidos y con base en el Estados Unidos “Rocky Horror Show” de Donald Trump. Y, en el medio de Black Mirror, nuestra ilusión. La selección de Lionel Scaloni abocada a la defensa del título, pero Leo Messi que aún no definió su (segura) presencia y Chiqui Tapia cada vez más acosado por gobierno, justicia y la prensa más poderosa, un escenario impredecible, impensable dos meses atrás, pero que ahora, tal la dinámica que va tomando el caso, abre el debate sobre si el hombre de Barracas Central logrará llegar firme al Mundial como presidente de la AFA. Faltan solo seis meses para que comience la Copa.

El ruido de la pelota, su dominio habitual (potenciado por el Mundial), sirve además para omitir el debate sobre el nuevo ajuste que sufrió el deporte todo tras la aprobación del nuevo presupuesto. Hay más recortes, pero sin atletas ni dirigencia en las noticias. Todo es recorte (además de la entrega de represas hidroeléctricas a amigos del poder, como cuenta en El Destape el colega Diego Genoud). Se trata de dineros públicos (no privados como el de la AFA) pero que no generan sin embargo el escándalo mediático que implica a la dupla Tapia-Pablo Toviggino, tesorero todopoderoso.

Cruzados de moral selectiva no dudan. Afirman en las redes que habrá que resignar la participación de la selección en el Mundial si ese es el precio a pagar a cambio de “limpiar” a nuestro fútbol. No quieren lo que llaman un “Qatar II”, como si la máxima fiesta popular de los cinco millones de personas en las calles fuera indiferente. A ese sentimiento se abrazan otros sectores a los que sí les interesa el fútbol, pero no como parte de nuestra cultura y alegría popular, sino como botín. Una eventual debacle de la AFA, más la fuerza renovada del gobierno, ayudarán a empujar por fin el negocio hasta ahora siempre derrotado de las SAD.

Ese es, justamente, el argumento defensivo de la AFA ante tanto escándalo. “Nos atacan porque quieren las SAD, por la TV, porque quieren que el negocio del fútbol sea suyo”. Manipulaciones e intereses asumidos, es un argumento que sin embargo ya no alcanza como excusa. Las filtraciones sobre propiedades, autos de lujo, testaferros y cuentas bancarias exigen otra clase de explicación. ¿La pedirán los clubes que conforman a la AFA o se mantendrá el bloque de apoyo a Tapia con el argumento de que estamos en año de Mundial?

 Allí es cuando algunos sectores alientan el discurso de que “la solución” a los problemas de nuestro fútbol, si no surge del propio riñón, deberá ser entonces impulsada desde “afuera”. Sería una (supuesta) “solución” que, lo dijimos una semana atrás, no sería aprobada por la FIFA si implicara pasar por arriba de los Estatutos de la AFA. Pero, aún así, la FIFA, también fue dicho, de ninguna manera trabaría la presencia de la selección en el Mundial. Argentina es la selección campeona del mundo y es Messi, uno de los rostros centrales de la Copa, más aún tras su coronación como campeón de la MLS con el Inter Miami.

El debate, muy propio de nuestro fútbol, casi omite el juego. Cómo llegará la selección al Mundial, el estado actual de cada uno de los campeones de Qatar, el recambio que acaso no aparece con fuerza, el trabajo de un equipo que, eso sí, mantiene compromiso firme a partir de la seriedad comprobada de Scaloni y su gente. Serán ellos, jugadores y cuerpo técnico, los protagonistas centrales de nuestro deporte en 2026. Aunque los juegos de poder nos propongan otro partido.