¿Quién no ha vivido una crisis personal o colectiva? nadie está a salvo. El libro Cualquiera tiene un plan hasta que te pegan en la cara (Paidós) es una exhaustiva y profesional obra que brinda herramientas para afrontar mejor los golpes que nos dá la vida. Como explica Mario Riorda y Silvia Bentolila hay que estar preparados para el momento en que nos toqué o le toque al que tenemos al lado. Sin dar consejos, este libro reúne protocolos que establecen qué hacer y que no hacer en una situación crítica.
"Conectar, apoyar y proteger", repite la médica especializada en Psiquiatría y Psicología Silvia Bentolila en una charla Ted donde explica cómo accionar cuando estamos frente a una persona que está en crisis. A lo largo de su carrera se ha especializado en el cuidado de las personas que atravesaron situaciones de emergencia o desastres. En una entrevista con El Destape, Bentolila explica por qué es fundamental que aprender cómo darnos apoyo en las crisis.
-¿Cómo damos cuenta que estamos ante una situación de estrés cotidiano?
-Tenemos que diferenciar las situaciones de estrés cotidiano de una situación de crisis, hay una cuota de estrés que es normal, esa ansiedad frente a lo nuevo, o un examen, o conocer a alguien. Muy distinto es lo que ocurre en las crisis, cuando ocurre una crisis sentimos que se pierde la dimensión del control interno, la situación nos excede y fallan nuestros mecanismos de respuesta habitual, más que moverse el piso, sentimos que no pisamos tierra firme. Al percibirnos seriamente amenazados por una situación, se desencadena automáticamente la respuesta neurofisiológica del estrés, el organismo en su totalidad responde y nos pone en estado de alerta extrema. Hay situaciones que son universalmente amenazantes como una inundación o un incendio. Pero hay otras situaciones, como ser víctima del robo de tu celular o que tu pareja deje de quererte que pueden hacernos sentir vulnerables y amenazados, aunque esto no constituya necesariamente un crisis. Es importante comprender que es la persona quien determina la dimensión emocional, y si una situación le resulta amenazante o no, dependiendo de varios factores. En ese estado de desesperación pueden aparecer reacciones desorganizadas o ilógicas, como salir corriendo y cruzar la calle sin mirar, o volver a entrar en medio de un incendio, por eso es tan importante recuperar la dimensión del control interno. Y allí la sola presencia de alguien que nos acompañe es de gran ayuda.
No todo es una crisis, aunque uno así lo crea. La interpretación subjetiva es determinante en la posibilidad de gestionar su propia crisis. La misma situación puede encontrarnos más o menos vulnerable e impactarnos con mayor o menor intensidad
-Como dice Esteban Bullrich, ¿es posible educar a los niños para que vivan la incertidumbre y la disfruten?
-No tengo conocimiento de lo que dijo, pero atención: no hay que confundir la incertidumbre propia de la vida, porque no es posible controlar ni planificar todo, por eso las crisis nos toman por sorpresa, con un argumento que intente justificar un sistema de capitalismo salvaje, en el que prime el sálvese quien pueda. Los vínculos afectivos personales, las instituciones, incluida el estado tienen que estar presentes para sostener a las personas en los momentos críticos, difíciles, justamente uno de los factores que modula el impacto de una crisis, reconocido hasta por la Organización Mundial de la Salud, es el apoyo psicosocial. Apoyo psicosocial es un concepto pragmático. No es lo mismo estar enfermo y tener un sistema de salud pública que garantice ser asistido, una familia, amigos, que estar librado a tu suerte por ejemplo. Quien esté libre de crisis que tire la primera piedra, a cualquiera nos puede tocar ser víctima de un incidente vial grave en la ruta y necesitar un traslado sanitario.
-¿Qué son las capacitaciones de Primera Ayuda Psicológica (PAP) y por qué deberían enseñarse en las escuelas?
-En la P.A.P. se enseña cómo dar apoyo a quien se encuentra atravesando una situación crítica. Cualquier persona, no importa su edad está expuesta permanentemente a las situaciones de crisis, por eso hay un capítulo del libro que se titula Nadie está a salvo. Si estamos preparados, y aprendimos a comprender un poquito más qué le sucede a una persona en crisis, podremos gestionar mejor las propias crisis, o acompañar a quien la está sufriendo. Se enseña a hacer RCP y primeros auxilios, lo cual es muy bueno y necesario, pero siendo que es infinitamente más probable cruzarse con quien necesite apoyo emocional que una reanimación cardiopulmonar se impone incluir este aspecto en la formación desde pequeños. Es común ver a una persona que ha perdido a un familiar, el trabajo o que ha sido víctima de un incidente de tránsito, o atraviesa una enfermedad severa. Por eso es fundamental saber qué hacer y más importante aún saber qué no hacer para ayudar en esos momentos, sería algo así como un RCP emocional. Siempre recordando que las emociones son también expresiones de lo que nos sucede en el cuerpo.
"Debemos saber como ser esa mano que sostiene cuando la crisis nos hace tambalear", afirma la autora.
-En el libro mencionan protocolos para actuar
-Claro, porque fue escrito desde una ética del cuidado. Cada capítulo es una unidad en si misma, se profundiza en la descripción y comprensión de las crisis, y su impacto a nivel individual, empresarial, en las redes, y hasta en niveles gubernamentales y a su vez se aportan algunas estrategias posibles de intervención, sumada a una enorme cantidad de referencias bibliográficas que el lector puede consultar para ampliar a su criterio. En uno de los capítulos se incluyen tanto los lineamientos básicos de la Primera Ayuda Psicológica (P.A.P.) como otras herramientas para acompañar en las crisis. Su importancia radica en varios planos, entre otros, aporta tranquilidad seguir una guía sugerida por la experiencia acumulada en centenar de países por organizaciones de ayuda humanitaria a nivel mundial y a su vez saber que si somos muchas las personas que aprendimos esto, cuando necesitemos ser ayudadas aumenta la probabilidad de tener alguien cerca que pueda acompañarnos mejor. Yo llevo adelante una especie de evangelización sobre el tema desde hace décadas, estoy convencida que debería incluirse ya desde la enseñanza a nivel de la escuela primaria.
-Ahora que mencionás qué no se debe hacer, ¿Cuál es la interpretación personal de lo que hacen los influencers como Ivana Nadal que dicen que todo se puede curar con amor o positividad?
-Como es un campo de mi especialidad profesional no voy a hablar de mi interpretación personal sino de lo que dicen todos los protocolos internacionales. Está contraindicado dar consejos desde la experiencia personal, cada persona es única, vive una realidad y un contexto diferente. Es necesario escuchar qué le pasa y preguntarle qué necesita, en qué se la puede ayudar. Es muy peligroso e implica un alto riesgo dar consejos masivos e indiscriminados. Hay una película que se llama “Pescador de ilusiones” que muestra como dichos en medios masivos pueden causar tragedias. Una reflexión casi objetiva, los influencers pueden tener millones de seguidores ¿Qué posibilidad tienen de comunicarse en modo reservado, personalizado con cada uno? El peso de las palabras es enorme, pueden ayudar o causar mucho daño, entonces hay que ser tremendamente cuidadosos con las palabras, más aún si mucha gente que te escucha como si fueras su referente y “te sigue”. Las recomendaciones masivas son para cuestiones muy básicas, como podría ser el lavado de manos, sin embargo, hasta esa recomendación puede chocar con la realidad de una persona que vive en condiciones de vulnerabilidad habitacional sin agua potable. Y la genuina P.A.P., que es eminentemente pragmática, sería ayudar a esa persona a conseguir potabilizar el agua.