Tres nuevos exploradores robóticos están a punto de llegar a Marte luego de recorrer millones de kilómetros para llegar al Planeta Rojo y enviar nuevas imágenes desde el espacio exterior. El primero en llegar será el aparato de Emiratos Árabes llamado Al Amal, que significa "Esperanza" en árabe. Luego se acoplará la sonda china Tianwen-1 que ya envío imágenes desde Marte. Una semana después, aproximadamente el 18 de febrero, llegará el explorador Perseverance, de la NASA de Estados Unidos.
Las tres sondas que llegarán a Marte recogerán material de la superficie marciana para investigar si en el Planeta Rojo existió vida y continuar con los históricos trabajos para determinar si el ser humano puede proyectar instalarse en algún otro planeta.
Las sondas Al Amal, Tianwen-1 y Perseverance despegaron hace 8 meses hacia Marte, momento en que la Tierra y el Planeta Rojo se encontraban alineados y facilitaban los lanzamientos dado que la trayectoria era la más corta posible.
Al Amal está buscando una órbita especialmente alta, 22.000 por 44.000 kilómetros de altura, para monitorear el clima marciano y las capas atmosféricas, mientras que la sonda china permanecerá en la órbita hasta mayo, cuando su robot descienda en la superficie de Marte, según consignó el sitio RT. De acuerdo a los planes, China se podría convertir así en el segundo país en aterrizar en Marte luego que Estados Unidos posara sobre el planeta la sonda Curiosity en 2012.
La increíble historia de los "dueños" de Marte
La visión de negocios de algunas personas va más allá de nuestro planeta. Literalmente. El estadounidense ex vendedor de autos Dennis Hope es el "dueño" de la Luna y todos los planetas del sistema solar desde 1980. ¿Cómo puede ser que una persona sea dueña de estos astros? Muy simple, Hope notó que había un vacío legal en el Tratado de Espacio Exterior que estableció la ONU y reclamó en un juzgado que se le adjudicaran como propiedades.
En 1967, dos años antes de que el hombre llegara a la Luna por primera vez, la ONU firmó un Tratado de Espacio Exterior para asegurarse de que ningún país se apropiara de algún planeta o satélite. Hay que tener en cuenta que la Guerra Fría estaba en su apogeo y la carrera espacial aún más. “El espacio ultraterrestre, incluida la Luna y otros cuerpos celestes, no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación, ni de ninguna otra manera” reza el artículo 2 del Tratado, y ahí fue donde Hope encontró el vacío legal para llevar su ambición empresarial a toda la galaxia.