Los jueces de Mauricio Macri avalaron una vez más la farsa de los Cuadernos. Los camaristas Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, designados a dedo por Macri por fuera de la ley, ratificaron la decisión del juez Julián Ercolini de no anular los Cuadernos pese a que está comprobado que fueron adulterados y escritos por varias personas (y no sólo por el chofer Oscar Centeno). También confirmaron la declaración del axiliar de fiscalía con asiento en el diario La Nación Diego Cabot, que primero entregó unas fotocopias de los Cuadernos y luego apareció con unos supuestos originales cuando Centeno dijo que los había quemado. Los jueces de Macri son inmunes a cualquier evidencia que frente su objetivo: un nuevo juicio oral donde puedan poner a CFK en el centro.
El pedido de anular los Cuadernos y la declaración de Cabot lo hizo el empresario Armando Loson. Este empresario hizo primero una pericia privada sobre las Fotocopias de los Cuadernos, ya que no le permiten (ni a él ni a ninguno de los involucrados) acceder a los originales. Encontró más de 1.600 irregularidades, entre agregados y tachaduras, sólo en los cuadernos y secciones donde se lo mencionaba. Ante esto el juez Marcelo Martínez de Giorgi, que tuvo a su cargo por unos meses el expediente, ordenó una pericia oficial no de todos los Cuadernos pero sí de las partes que reclamó Loson. El comisario Alejandro Matías Centofani, a cargo de la división Scopometría de la Policía Federal que hizo el peritaje oficial, declaró que fueron escritos de corrido, en un mismo día; el peritaje arrojó además que lo escribieron “varias personas”.
Ante esto Loson pidió la nulidad de los Cuadernos y de la declaración de Cabot. El juez Ercolini, que reemplazó a Martínez de Giorgi, rechazó “in limine” el planteo de Losón, de la empresa Albanesi. Ni siquiera le corrió vista al fiscal Carlos Stornelli. Le respondió que más allá de las “anomalías que se habrían detectado en un estudio pericial” el acusado aparece mencionado en distintas oportunidades en la causa y que su caso está “próximo a elevarse a juicio, por lo cual todo lo aquí expuesto, podrá eventualmente plantearse ante el tribunal oral donde se producirá el debate”. Loson apeló y ahora los camaristas Bruglia y Bertuzzi confirmaron la decisión de Ercolini que, ni lento ni perezoso, se apuró en elevar este tramo de la farsa a juicio oral.
Los camaristas Bruglia y Bertuzzi reconocen que hubo adulteraciones en el texto donde, por ejemplo, se agregó “Armando” (por Loson) pero dicen que igual en el texto de las Fotocopias de los Cuadernos consta que fueron al edificio en Alem 855, sede de la empresa de Loson. Alegan que el juez Ercolini “dejó en claro que aun prescindiendo de las palabras que habrían sido alteradas, las anotaciones conservaban en lo sustancial su sentido”. Pero es falso. En esa dirección hay muchas empresas, es un edificio donde están radicadas muchísimas firmas, no solo la de Loson. Aún si fuera cierto que el chofer Centeno fue a esa dirección no tienen como comprobar que fuera a ver a Loson.
“El magistrado (por Ercolini) analizó el impacto de las alteraciones en el resto del texto y concluyó que las mismas no obstaban a una adecuada comprensión de esos registro”, dicen Bruglia y Bertuzzi. O sea, los Cuadernos fueron alterados pero eso no hace que todo lo que supuestamente no fue alterado no sea real.
Los camaristas de Macri dejan en claro su objetivo: que todo esto se debata en un juicio oral. Necesitan otro juicio con CFK en el centro. Hay elecciones. Lo dicen sin tapujos: “consideramos que el juicio es el ámbito natural donde el autor de las anotaciones podrá eventualmente responder los interrogantes que se le formulen y podrá también la parte hacer valer ampliamente todas las pruebas y defensas que hagan a sus alegaciones. Ese podrá ser el ámbito propicio para reformular cuestiones que ya son superadas en la provisoriedad de esta etapa procesal”. O sea, nunca peritaron las Fotocopias de los Cuadernos que aportó Cabot, no les importó que Centeno dijera que los había quemado y que Cabot apareciera meses después con unos supuestos originales, y ahora dicen que si tienen preguntas las hagan en el juicio pese a que todo fue irregular en la etapa de instrucción.
Hay que recordar los puntos de toda esta farsa:
- El auxiliar de fiscalía Cabot le entregó a Stornelli fotocopias de los supuestos Cuadernos de Centeno.
- Centeno declaró que los tenía guardados, pero cuando fueron a buscarlos junto a Stornelli no estaban
- Centeno cambió su declaración y afirmó que quemó los cuadernos.
- Cabot apareció más de un año después con algunos de los Cuadernos en físico, resucitados de las cenizas.
- El empresario Armando Loson, uno de los acusados y detenidos, denunció más de 1.600 irregularidades en los Cuadernos para involucrarlo en la causa, que incluye sobreescrituras, uso de liquid paper y varias manos en su redacción.
- Una pericia de la Policía Federal confirmó la adulteración de los Cuadernos
- Ahora Comodoro Py dice que hay que hacer el juicio igual
Los primeros 4 puntos no sólo fueron realizados por Bonadio y Stornelli. Todo fue convalidado por los camaristas federales Bruglia y Bertuzzi, designados a dedo por Macri. Y todo a su vez confirmado en la Cámara de Casación por Daniel Petrone y Diego Barroetaveña, designados por Macri. Más clarito…