Milei vuela y se despega de los perdedores del modelo

El presidente asocia a los gobernadores mineros y las fuerzas armadas al proyecto de país satélite de Trump. Las alimenticias descargan la crisis del consumo con suspensiones y despidos. Aviones, halcones y buitres sobre el petróleo de Venezuela.

07 de diciembre, 2025 | 00.05

Raul Jalil pasa cada vez más tiempo en Buenos Aires. La relación íntima que tiene con Diego Santilli y las cuestiones familiares lo alejan de su provincia. El fin de semana previo a anunciar su ruptura con el peronismo en el Congreso, el gobernador de Catamarca se instaló en Capital Federal: a la negociación con la Casa Rosada le sumó reuniones con dirigentes de Fuerza Patria a los que les anticipó sus movimientos. 

El gobernador que le dio la primera minoría a La Libertad Avanza tiene una historia larga. Debutó hace un cuarto de siglo como asesor de Luis Barrionuevo en el Senado, fue intendente, artífice de la candidatura presidencial de Sergio Massa en 2023 y ahora socio activo del proyecto de Javier Milei. 

Jalil negoció con Santilli para quedarse con el control total de Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (YMAD), la empresa estatal que Catamarca comparte con la Universidad Nacional de Tucuman y el Estado Nacional. YMAD quedó en el centro de los cuestionamientos y denuncias desde la década del 90, cuando bajo el menemismo original el primer emprendimiento minero de la Argentina, Bajo La Alumbrera, se instaló en Belén. El caso está  contado en primera persona en “El gran despojo”, un libro del ex diputado peronista y ex directivo de YMAD Eduardo Pastoriza. 

Tres décadas más tarde, la historia se reedita. Con su propio RIGI, Jalil acaba de anunciar el reinicio de las operaciones en La Alumbrera por parte de la multinacional Glencore. Con la minería entre los tres rubros de mayor rentabilidad desde que asumió Milei, el gobernador peronista se luce como anfitrión. Hace dos semanas, visitó el proyecto Fénix del gigante Rio Tinto con el embajador britanico David Seldon Cairns. Se trata de la operación de litio más antigua de la Argentina y está ubicado en el Salar de Hombre Muerto, a 4000 metros de altura sobre el nivel del mar.
A tono con el nuevo ciclo de negocios, Jalil espera que Milei le pague la ruptura con UP y le ceda el control de YMAD a su hermano Fernando, un abogado graduado en la UCA que fue presidente del directorio de la compañía y hoy actúa como vocal. No es el único: los gobernadores mineros son socios del presidente y quieren una ley de Glaciares a medida de las multinacionales.

La fuga de Jalil le permitió a la extrema derecha consumar su ascenso meteórico en el Congreso: de 37 diputados que tenía antes del 26 de octubre a 95 por el salto en garrocha de los actores que se pliegan al rumbo de LLA. Además, el karinamenemismo cuenta como propios a los 22 diputados que se mantienen bajo la identidad del PRO, la UCR y aliados. Un paso más allá, en la Casa Rosada también confían en lograr el apoyo del bloque que gira en torno a Provincias Unidas.

El retroceso del peronismo legislativo contrasta con el ascenso de una fuerza que hace 4 años tenía dos diputados. Pero lo más sintomático es la percepción que difunden desde la cúpula de UP: piensan que, dadas las condiciones, el nuevo equilibrio de poder no está tan mal. Como si el peronismo ya estuviera acostumbrado a la doble condición de oposición y minoría. 

En lo que se presume como un diciembre caliente en el Congreso, Milei quiere acelerar con las reformas y cruzar el verano a puro triunfalismo. El regreso a los mercados que anunció Luis Caputo completa un escenario que Milei percibe como el mejor de todos los tiempos. Nadie sabe cuál será la tasa que Argentina deberá pagar finalmente con un riesgo país que no avala el exitismo libertario. Maniobras contables al margen, el gobierno se compromete a pagar los 4200 millones de dólares que vencen en enero y lo hace con legislación local para evitar la discusión en el Congreso que fija la llamada Ley Guzman cuando se toma deuda bajo legislación extranjera. “Tienen una mirada financiera de la macro. Son mesadineristas haciendo macro. Creen que con lo financiero solucionan todo”, dice un economista de diálogo con Caputo. 

Los datos del INDEC muestran que la rentabilidad de los sectores productivos está en niveles de pandemia. La construcción tiene tasas de beneficios inferiores a 2020. No muy distinto es el caso de la industria y el comercio. A eso hay que sumarle el cuarto mes consecutivo de caída de la recaudación. 

La parálisis en la producción que decidió por tres semanas la multinacional Mondelez en su planta de Pacheco, con la suspensión de sus 2.300 trabajadores, confirma la crisis en el consumo y el sector alimenticio. “Hasta enero no se fabrica una sola galletita. Nunca había pasado en los  30 años que llevó acá”, repite Jorge Penayo, el delegado sindical de la fábrica.  

A fines de noviembre, en una reunión que se hizo en el edificio de 5 pisos de Mondelez en Tigre, los directivos de la compañía les dijeron a los representantes gremiales que las ventas de los primeros 11 meses del año estuvieron 13 mil toneladas abajo de lo previsto, una pérdida que duplica la caída de las ventas de 2024.  No solo eso. El gerente de Relaciones Laborales, Alejandro Liporace; la gerenta de Recursos Humanos, Victoria Rey; y el gerente de Operaciones, Germán Lanusse, anticiparon un dato que surge de las consultorías internas de la multinacional: 2026 se perfila como un año todavía peor. 

El miércoles próximo, habrá una nueva reunión entre las partes y los representantes sindicales esperan tener precisiones acerca de las metas de producción para el año que empieza.

Mondelez es una transnacional de capitales estadounidenses que pertenece a bancos y fondos de inversión. La clase media que compraba marcas como Terrabusi, Club Social, Oreo, Pepitos o Cerealitas redujo en forma abrupta sus niveles de consumo y el aumento de las importaciones aceleró una crisis que se generaliza en el sector. 

A 10 minutos de la sede de Mondelez, en Pacheco, Georgalos suspendió a 600 empleados de su planta de Victoria que están cobrando el 80 por ciento de su sueldo. A 30 cuadras de Pacheco, en el Parque Industrial de Garin, Alijor se niega a cumplir con la recomposición del 6% en los salarios que firmó en octubre y está pagando la quincena en 5 cuotas. Además, la empresa cerró el comedor que tenía para sus empleados.  

El panorama se completa con el saldo negativo que las grandes empresas alimenticias que cotizan en bolsa -Arcor, Mastellone y Molinos Río de la Plata- declararon en sus balances en los últimos meses. En pleno vuelo, Milei se desentiende de los perdedores del modelo en una Argentina que profundiza sus contrastes camino a las fiestas y el verano. Sectores con capacidad de ahorro que viajan al exterior vs suspendidos y desocupados de la era libertaria.

La prioridad del presidente es sostener el lazo que lo une a Donald Trump, como lo muestra la recepción del gabinete liberatrio y el arco oficialista al embajador Peter Lamelas. Cubano americano como Marco Rubio y con base en Palm Beach como Trump, el magnate de la salud se mostró exultante en la cena de Amcham en la Mansión del Hotel Four Seasons y se plegó después al show de la llegada de los F 16. Lamelas no habló de las suspensiones en la estadounidense Mondelez, una de las principales accionistas de Amcham, pero dijo que Trump lo había enviado a proteger a su amigo.  

Todo es explícito. A través de una comunicación oficial, Trump reivindicó el lunes último el 202 aniversario de la doctrina Monroe y el control del hemisferio occidental que Estados Unidos ejerce desde hace dos siglos. El llamado corolario Trump de la doctrina, repitió, se basa en la paz a través de la fuerza e incluye restablecer el dominio marítimo estadounidense sobre el continente. 

La ofensiva de LLA se da en todos los planos, como lo sugiere el recambio en la cúpula militar. La jura de uniforme del general Carlos Presti como ministro de Defensa y la puesta en escena por la llegada de los F16 confirman que Milei incorpora a las Fuerzas Armadas a su dispositivo de poder. El desembarco de Presti en el piso 11 del Edificio Libertador tiene impacto en la familia militar y potencia sus ínfulas de autonomía. 

En el gobierno, admiten que Karina Milei no estuvo sola en el vínculo que construyó con los militares. También pesó su amiga Bettina Guardia de Bulgheroni, la presidenta de la fundación de Granaderos a Caballo. Dueña de cada vez más medios y presidenta del Consejo Interamericano de Comercio y Producción (Cicyp), a Bulgheroni le atribuyen un vínculo estrecho con María Laura Renés, la esposa del general retirado Claudio Pasqualini, ex viceministro de Defensa de Petri y ex jefe del Ejército de Mauricio Macri. Hija de un represor que murió en 2024 en el Hospital Militar condenado a perpetua por la masacre de Margarita Belén, Renés reclama la amnistía para los genocidas de la dictadura militar, como pudo comprobarlo Martin Balza, en un tenso encuentro en el Regimiento de Patricios durante el gobierno de Cambiemos.

Aunque su papel marca un giro histórico del que todavía no pueden precisarse dimensiones, Presti es la cabeza visible de un movimiento mayor. En las últimas horas, la asunción de Francisco Adorni como diputado provincial bonaerense dejó a cargo del Instituto de Ayuda Financiera para el Pago de Retiros y Pensiones Militares al brigadier mayor Pedro Girardi, que ya formaba parte del directorio. 

La importancia que Trump le da a su patio trasero en la disputa con China es lo que lleva a algunos analistas a hablar en plural de “Americas First”. El inédito despliegue en el Caribe coincide con el desplazamiento de Richard Grenell, el negociador especial que había designado Trump en Venezuela. Grenell, que construyó un canal diplomático con los funcionarios de Maduro, perdió la batalla interna con el secretario de Estado Marco Rubio. 

En un artículo publicado en Foreign Affairs, el halcón republicano Elliott Abrams le dio en los últimos días un ultimátum a Trump. Asesor de Ronald Reagan y George W. Bush, Abrams fue el enviado especial de Trump I para Venezuela y ahora le advierte que tiene que actuar rápido. El veterano asesor que fue condenado por la operación Irán-Contras en Nicaragua señala que la Cuarta Flota de Estados Unidos no tiene buques asignados en forma permanente. Hoy, además del portaaviones Gerald Ford, dice, Trump envió a la región 12 buques de superficie, un submarino de ataque nuclear y activos de poder aéreo. 

Bajo el título “Cómo derrocar a Maduro: Por qué el cambio de régimen es la única salida en Venezuela”,  Abrams asegura que Trump corre el riesgo de quedar como un fanfarrón inviable si no lanza un ataque militar urgente. Si Maduro sobrevive, afirma, quedará  demostrado que la influencia estadounidense en el hemisferio occidental es limitada.

Abrams no es un desconocido para Argentina. A fines de 2019, cuando Alberto Fernández era presidente electo y estaba de visita en México, el republicano fue a verlo escoltado por Mauricio Claver Carone y el empresario argentino Gustavo Cinosi. Abrams reconoce que el uso de la fuerza militar para derrocar a Maduro no garantiza el éxito y admite que puede fracasar o incitar manifestaciones contra Estados Unidos. Pero insinúa que el riesgo mayor es el ridículo. Después de una ofensiva que tiene mucho de acción psicológica, el presidente de Estados Unidos puede trasladar el apodo que se ganó en la guerra comercial con China (TACO Trump Always Chicken Out) a la tensión en el Caribe.

La oposición venezolana quiere una definición antes del 10 de diciembre, el día que la belicista María Corina Machado tiene que recibir el Premio Nobel de la Paz. El antichavismo se ve en una zona gris que lo deja mal parado. Prefieren que Trump consume ya un ataque militar o se lleve el portaaviones Ford, el buque de guerra más grande del mundo.  

Considerado el arquitecto de la guerra de Irak, Abrams sostiene que las fuerzas estadounidenses deberían destruir los sistemas de defensa aérea de Venezuela, los aviones de combate F-16 en la Base Aérea de Palo Negro y los aviones Sukhoi en La Orchila, una isla a 160 kilometros de la costa venezolana. 

La disputa como siempre gira en torno al petróleo y el alineamiento internacional de Venezuela. Abrams le factura a su ex jefe que Chevron sigue extrayendo petróleo y pagando impuestos en Venezuela. En coincidencia con la presión que lidera Rubio, la semana pasada, el juez federal de Delaware Leonard P. Stark aprobó la venta de la refinería venezolana Citgo a Amber Energy, la petrolera que pertenece a Elliott Investment Management. Conocido por los argentinos, el fondo buitre de Paul Singer comenzó a financiar a Rubio hace una década, cuando se lanzó como presidente en contra de la candidatura de Trump. La junta directiva de Elliot está integrada por ex gerentes de Exxon, la competidora estadounidense de Chevron.