Lo que está pasando en las calles es una movilización muy masiva. Se trata de una respuesta del pueblo absolutamente contundente para lo que acabamos de vivir: uno de los momentos más graves y trágicos de estos casi 40 años de vida democrática.
La respuesta tiene que ser múltiple: una, sin lugar a dudas, es la calle, la movilización ciudadana, porque ahí está la demostración de cuáles son los límites que pudimos construir en la vida democrática, qué se ganó en la democracia y cómo se construyó a lo largo de estas cuatro décadas. En este tiempo, la movilización popular y la calle ocupó un lugar central. La movilización fue posible por la decisión del presidente de declarar feriado nacional con una finalidad muy específica, de poder parar, porque no se trata de un hecho más, se trata de un hecho de una gravedad suprema. Para poder tener este tipo de manifestación necesitábamos saber que podíamos no estar cumpliendo nuestras obligaciones cotidianas. Se convocó a una sesión extraordinaria en la Cámara de Diputados y Diputadas, ya que la respuesta tiene que ser contundente de todo el abanico político, pero también del social.
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Casi todo el arco político, tanto la oposición del PRO como de la izquierda, salieron a repudiar el hecho. Aquellos que han salido a minimizar un hecho de tamaña gravedad son personas que están por fuera del juego de la vida democrática. La democracia a nuestro país y a todo el mundo le costó mucho, pero, en nuestro país en particular, costó muchas vidas, compañeros y compañeras detinidos y detenidas, desaparecidos, múltiples violaciones a los derechos humanos. Tomar tan livianamente un hecho como ese habla de que son personas que están por fuera de la democracia. Aquellos y aquellas que no estén dispuestos a vivir bajo la democracia tienen que salir de la representación política. Se trata de lo que pudimos construir en las últimas cuatro décadas y que, además, implica tener en claro que es el mejor modo que hemos podido alcanzar hasta ahora para vivir en esta sociedad.
La movilización es un paso fundamental que sostenemos. La vida en común que sostenemos está acá en la plaza: algunos con banderas, otros sin bandera. Es muy importante la convocatoria de la tarde porque necesitamos el compromiso en el ámbito empresarial, en el ámbito judicial, en el ámbito de los organismos de los derechos humanos. Y por último, es fundamental la rápida averiguación de los hechos, de si se trata de una persona sola o si tiene algun tipo de conexión. Con este tipo de hechos hay que ser muy contundentes y hay que llevarlos adelante en el ámbito judicial. La vida democrática la construimos entre todos y todas: hay una responsabilidad en la democracia del gobierno nacional y de las fuerzas políticas, pero con eso solo no alcanza.
*Elizabeth Gómez Alcorta, ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación Argentina en diálogo con El Destape Radio
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