Crecer a "tasas chinas" sin asumir la responsabilidad ambiental

19 de diciembre, 2014 | 08.00
Por Lorena Hak
Redacción El Destape
@LorenaHak

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En la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, realizada en Lima (Perú) este mes, quedó en evidencia la postura del gigante asiático: asumir responsabilidades como "país en desarrollo", hasta la firma de un nuevo acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto. Por ese entonces, China había establecido que continuaría realizando sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2020.

China es, junto a Estados Unidos, el mayor generador de gases de efecto invernadero pese a su reciente compromiso de reducirlos, lo que quedó sólo en una expresión de deseo porque no precisó cantidades y se niega constantemente a que observadores internacionales supervisen ese proceso.

El argumento principal es su reclamo de condición de "país en desarrollo", cuando en realidad el PIB chino mantiene un nivel de dos dígitos en 24 años, con un promedio de expansión económica de 10,2% en la última década. Las tasas de crecimiento del PIB real de China se han mantenido por encima del 7% desde 1981, en todos los trimestres excepto en el cuarto de 2001 (el punto más bajo de la crisis digital), y en el primero de 2009 (el mayor pico de la crisis financiera).

India, también convertida en importante emisor de gases, se sumó a la postura china, ya que no solo se niega a dar aportes económicos para la lucha contra el cambio climático sino que, en su condición de país en desarrollo, la que también reclama China, pide ser beneficiario de los aportes.

En este contexto, China redobló la apuesta y manifestó que llegará a un pico de emisión en el 2030 atendiendo a su necesidad de crecimiento, y señaló que será a partir de ese año que iniciará su programa de reducciones y no desde 2020, donde estaba puesta la expectativa de las conferencias 2014 y 2015.

El objetivo de las reuniones COP es negociar un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto, que establecía cuotas máximas de emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2012. La meta es lograr un acuerdo en la cumbre COP21, convocada entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre de 2015 en París (Francia).

El nuevo acuerdo sobre clima entrará en vigor en 2020, "pero es necesario hacer algo antes, porque hay récord de emisiones desde hace años", señalan organizaciones ambientales que esperaban resultados sólidos de Perú.

China, junto otros países de economía emergente, rechazó una propuesta de compromiso que podría haber servido de marco para un acuerdo más amplio, porque el documento final (que logró firmarse tras dos días adicionales de negociación) propone diversas opciones "no vinculantes" para las delegaciones presentes en Lima, y que apenas constituyen una primera base de negociación para París. Es decir que esas promesas son voluntarias. Cada nación tiene ahora que presentar sus compromisos de reducción de emisiones hasta el mes de marzo. Lo cierto es que los gobiernos fracasaran a la hora de acordar planes claros de reducción de emisiones antes de 2020.

Poniendo la mirada en China y Estados Unidos, en el plenario algunos países africanos, árabes y latinoamericanos acusaron a las naciones industrializadas de no querer reflejar en los documentos las grandes diferencias entre las responsabilidades, y los derivados compromisos que les corresponden a cada uno.

Este grupo de emergentes y países en desarrollo cree que las naciones ricas tienen la obligación por su papel histórico de financiar la adaptación de las naciones de menores ingresos al cambio climático, y no quieren ver perjudicado su crecimiento económico a causa de promesas de reducción de gases demasiado estrictas.

Lo cierto es que China y Estados Unidos son los dos mayores contaminadores del planeta, concentrando juntos prácticamente la mitad de las emisiones, con 9,8 y 5,2 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al año son los mayores generadores de gases, seguidos por Japón (1,9 millones), la India (1,9), Rusia (1,7) y Brasil (1,5), según las Naciones Unidas.

En este sentido, la presión de ambos países determinó que el cumplimiento del consenso en Lima fuera voluntario y no vinculante (u obligatorio) como lo pretendía la Unión Europea. Precisamente esa obligatoriedad fue lo que, con el tiempo, produjo el deterioro en las metas de cumplimiento del Protocolo de Kioto de 1997. Dicho acuerdo tenía por objetivo reducir las emisiones de seis gases de efecto invernadero que causan el calentamiento global: dióxido de carbono (CO2), gas metano y óxido nitroso, además de tres gases industriales fluorados, en un porcentaje aproximado de al menos 5%, dentro del período que iba de 2008 a 2012, en comparación a las emisiones en 1990.

No obstante, el compromiso ambiental no debe implicar una caída en la economía. "La lucha contra el cambio climático es absolutamente compatible con el crecimiento económico", afirmaron desde la Comisión Global de Economía y Clima ante la sesión de la COP20 en la capital peruana. "Es posible lograr el crecimiento económico, basándonos en la innovación a partir del aumento de la productividad de los recursos naturales y a partir de las nuevas inversiones en las infraestructuras", dijo el presidente de la Comisión Global de Economía y Clima, Felipe Calderón.