En medio del creciente temor a una guerra abierta en el Caribe, la primera en la región en décadas, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un ataque contra territorio venezolano que no había sido reportados por los medios de comunicación ni denunciado por el gobierno de Nicolás Maduro. Lo dijo al pasar, casi sin darle demasiada importancia o aportar mucho detalle en una entrevista a un medio local neoyorquino el viernes pasado. “Tienen una gran planta o una gran instalación desde la que salen los barcos. Hace dos noches la eliminamos”. De ser cierto, se trataría del primer ataque directo al país sudamericano y una explícita acción de guerra contra ese Estado.
Al recibir al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, en Florida, Trump respondió preguntas sobre este ataque contra territorio venezolano. “Hubo una gran explosión desde donde cargan los botes con drogas. Una gran explosión. Golpeamos los botes y ahora golpeamos esa área. Ya no funciona”, aseguró. Pese a reivindicar el ataque, cuando le consultaron si el golpe lo hicieron las Fuerzas Armadas, la CIA u otro órgano estadounidense, el mandatario se negó a dar detalles.
El anuncio que pasó desapercibido
La entrevista con el multimillonario de los supermercados John Catsimatidis, propietario de la emisora de radio neoyorquina WABC, pasó desapercibida hasta hoy, cuando los medios captaron la importancia de la declaración. Hace meses que Estados Unidos, por orden directa de Trump, bombardea y destruye barcazas en el Mar Caribe y cerca de la costa del Pacífico de Venezuela, que Washington identifica -sin mostrar ninguna evidencia verificable- como "narcoterroristas", una denominación inventada para justificar la supuesta legalidad de los ataques.
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Pero hasta ahora todos estos ataques, que fueron anunciados con bombos y platillos por el gobierno de Trump pero además reportados con detalle por la prensa internacional, se limitaron a zonas de aguas internacionales, ninguno fue dentro del territorio venezolano o de otro país de la región. Lo mismo con los buques petroleros que fueron perseguidos e incautados por Estados Unidos.
Por eso, de comprobarse el ataque a una "gran instalación" dentro de Venezuela, sería una escalada importante en el conflicto y una acción directa contra el Estado venezolano.
Dudas y una posible escalada
Fuentes del Gobierno estadounidenses confirmaron al diario The New York Times que el ataque existió y que la "gran instalación" atacada pertenecía a una operación del narcotráfico dentro de Venezuela. De inmediato empezaron a circular rumores de que se había tratado de una operación secreta de la CIA, dado que el propio Trump había confirmado públicamente hace unas semanas que había autorizado a la principal agencia de inteligencia norteamericana a actuar en ese país sudamericano, algo prohibido por el derecho internacional.
Por supuesto, la CIA se negó a confirmar cualquier operación. Pero lo llamativo es que el Gobierno chavista no denunció un ataque ni se filtró a los medios ni por las redes sociales.
Por ahora, llueven los rumores. Pero el clima político regional parece espesarse cada vez más y el temor a una confrontación armada abierta crece con el correr de los días y las amenazas de la Casa Blanca.
