El líder de Hamás, Ismail Haniye, será enterrado el viernes en Qatar tras su asesinato en Teherán, capital iraní, que se suma a una serie de homicidios de altos cargos del grupo miliciano palestino en plena guerra entre Israel y Hamás en Gaza.
Haniye será enterrado en un cementerio tras las oraciones fúnebres en la ciudad de Lusail, al norte de Doha, la capital de Qatar.
Izzat al-Rishq, miembro del politburó de Hamás, pidió a la gente que rezara por su alma en todas las mezquitas del mundo.
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"Que hoy viernes sea un día de ira abrumadora denunciando el crimen del asesinato y rechazando el genocidio en la Franja de Gaza", dijo en un comunicado.
Haniye fue asesinado por un misil que le alcanzó directamente en una casa de huéspedes del Estado en Teherán donde se alojaba, dijo el alto cargo de Hamás Jalil al-Haya en una conferencia de prensa en la capital iraní, que basa su información en testigos que estaban con él.
Tanto Irán como Hamás han acusado a Israel de llevar a cabo el asesinato y han prometido tomar represalias contra su enemigo. Israel no ha reivindicado la autoría de la muerte ni la ha desmentido.
El ataque fue uno de los varios en los que han muerto altos cargos de Hamás o del movimiento libanés Hezbolá, lo que aviva la preocupación de que la guerra en Gaza entre Israel y Hamás se esté convirtiendo en un conflicto regional que se extiende desde el mar Rojo hasta la frontera entre Líbano e Israel y más allá.
En Estados Unidos, el presidente Joe Biden afirmó que el asesinato de Haniye no ayudaba a los esfuerzos internacionales por garantizar un alto el fuego en la guerra de Gaza, que ya ha cumplido 10 meses.
"No ayuda", dijo Biden a los periodistas el jueves, cuando se le preguntó si la acción arruinaba las posibilidades de una tregua.
Qatar ha liderado los esfuerzos de paz junto con Egipto y Estados Unidos, principal aliado de Israel.
DUELO DE VIUDAS
Haniye había sido el rostro de la diplomacia internacional de Hamás mientras la guerra se recrudecía en Gaza y había participado en las conversaciones de alto el fuego indirecto.
Muchos diplomáticos lo consideraban un moderado en comparación con los miembros de línea más dura del grupo apoyado por Irán dentro de Gaza, aunque algunos comentaristas israelíes han dicho que algunos en el bando israelí lo consideraban un obstáculo para llegar a un acuerdo.
Nombrado alto cargo de Hamás en 2017, se movía entre Turquía y Doha, escapando de las restricciones de viaje de la bloqueada Franja de Gaza.
En mayo, la fiscalía de la Corte Penal Internacional solicitó órdenes de detención contra tres dirigentes de Hamás, entre ellos Haniye, así como contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por presuntos crímenes de guerra. Los dirigentes israelíes y palestinos han rechazado las acusaciones.
El vicepresidente primero de Irán, Mohamad Reza Aref, partió de Teherán hacia Doha para asistir al funeral de Haniye después de que la República Islámica celebrara el jueves su propia ceremonia, a la que asistió su viuda, Amal Haniye.
"Saludad a todos los mártires de Gaza, saludad a los líderes, a todos los mártires de Gaza, a todos los musulmanes", dijo Amal Haniye mientras lloraba junto a su féretro.
Aunque Israel no ha dicho que haya perpetrado la matanza, sí ha anunciado que un ataque aéreo que lanzó el mes pasado acabó con la vida del escurridizo líder militar de Hamás Mohamed Deif en Gaza. Hamás no ha confirmado ni desmentido la muerte de Deif.
Hezbolá confirmó el miércoles que su alto mando militar Fuad Shukr había muerto en un ataque israelí contra un edificio en Beirut.
Hezbolá prometió el jueves una respuesta "definitiva" al asesinato de Shukr, afirmando que había cruzado líneas rojas y que la rivalidad entre enemigos, que dura ya décadas, había entrado en una nueva fase.
"Buscamos una respuesta real, no una respuesta performativa, y oportunidades reales. Una respuesta estudiada", dijo el jefe de Hezbolá, Sayed Hasán Nasralá, en un discurso televisado con motivo del funeral del comandante asesinado.
(Redactado por Michael Georgy; editado por Angus MacSwan; editado en español por Mireia Merino)