Las empresas se adelantan a la reforma laboral de Milei: "Salario emocional" y "flexibilidad de horarios", sus ideas para 2026

Mientras el Congreso discute cambios estructurales en la legislación, las compañías ya ajustan sus prácticas para un escenario de mayor flexibilidad y transformaciones profundas en el empleo.

31 de diciembre, 2025 | 09.53

El debate por la reforma laboral ya empezó a impactar en la forma en que las empresas planifican el futuro del empleo en la Argentina. De cara a 2026, las compañías anticipan cambios profundos en la gestión del cuerpo de empleados y las jornadas de trabajo, en un contexto atravesado por un mercado laboral marcado por la incertidumbre económica y regulatoria.

Aunque el proyecto de reforma laboral quedó postergado por las tensiones políticas y sindicales que generó el texto, muchas compañías ya comenzaron a adaptar sus prácticas internas bajo el paradigma delineado por el gobierno de Javier Milei. La estrategia no espera a la letra chica de la ley: "flexibilidad", reducción de estructuras y redefinición la relación con los trabajadores en un escenario que promete reglas de juego distintas y regresivas.

De acuerdo a un relevamiento de la consultora Randstat, uno de los ejes centrales que se profundizarán en 2026 es la transformación organizacional. Las empresas avanzan hacia modelos más planos y con menos niveles jerárquicos. El objetivo sería agilizar decisiones, reducir burocracia y optimizar costos.

"Salario emocional"

En un contexto económico que "limita las mejoras salariales reales", las empresas refuerzan su apuesta por el llamado “salario emocional”. Beneficios no monetarios, flexibilidad horaria, trabajo híbrido, "bienestar" y oportunidades de desarrollo profesional se consolidan como herramientas centrales para "atraer y retener talento", señaló el documento.

Este enfoque gana peso en medio de un mercado laboral atravesado por la irrupción que promete la reforma donde las reglas sobre jornadas, indemnizaciones y condiciones de trabajo podrían cambiar drásticamente en favor del empresariado.

Más estabilidad, menos rotación

A contramano de años anteriores, las empresas detectan una mayor demanda de estabilidad por parte de los trabajadores. La volatilidad económica y el temor a perder derechos laborales empujan decisiones de carrera más conservadoras. En 2026, se espera una menor rotación y un mayor apego a los puestos actuales, incluso en sectores dinámicos.

Jornadas fragmentadas

Otra de las tendencias que se consolidarán será la reorganización del tiempo de trabajo. Algunas empresas ya experimentan con jornadas fragmentadas, bloques de tareas más cortos y esquemas orientados a resultados, más que a horarios rígidos.

Inteligencia artificial y brecha de habilidades

Por otra parte, el avance de la inteligencia artificial también redefine el mundo del empleo. La demanda de habilidades digitales crece a un ritmo acelerado, pero no todos los trabajadores acceden a la capacitación necesaria. Por eso, las empresas enfrentan el riesgo de profundizar una nueva brecha de habilidades si no acompañan estos cambios con políticas de formación e inclusión.

En este punto, la reforma laboral aparece como un telón de fondo clave: la capacidad de adaptación de los trabajadores será central en un mercado cada vez más exigente y tecnológico. Sin embargo, la rotación de empleo que predica la reforma va en detrimento de la adquisición de habilidades de forma continua en un espacio de trabajo.

Así, las empresas llegan a 2026 en plena transición. Mientras el Congreso discute cambios estructurales en la legislación, las compañías ya ajustan sus prácticas para un escenario de mayor flexibilidad y transformaciones profundas en el empleo. La reforma laboral no solo redefine derechos y obligaciones: acelera una reconfiguración del mundo del trabajo que ya está en marcha.