Los salarios en el Reino Unido experimentaron un aumento considerable, surgiendo inquietud entre los expertos sobre el impacto en la inflación que se mantiene en el 8,7% y se espera que el Banco de Inglaterra (BoE) vuelva a subir las tasas de interés.
Los datos oficiales muestran que los salarios regulares crecieron un 7,3% en el período de marzo a mayo en comparación con el año anterior, alcanzando niveles récord.
A pesar de este crecimiento, los salarios aún no se han mantenido al ritmo de la inflación, que actualmente se sitúa en un 8,7%, muy por encima del objetivo del Banco de Inglaterra del 2%.
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Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del Banco, la inflación sigue siendo obstinadamente alta, lo que llevó a especulaciones sobre posibles nuevas subas de las tasas de interés en el futuro cercano.
La preocupación radica en que el acelerado crecimiento de los salarios incrementará los costos para las empresas, lo que a su vez podría llevar a un aumento en los precios de los bienes y servicios.
Las últimas cifras salariales superaron las expectativas y Ashley Webb, economista del Reino Unido en Capital Economics, señaló, según consignó la BBC, que esto "no disipará de manera significativa los temores de inflación del Banco de Inglaterra".
A principios de año, cuando la tasa de inflación del Reino Unido superó el 10%, el primer ministro Rishi Sunak prometió reducirla a la mitad para finales de año.
Sin embargo, los expertos advirtieron que lograr esa meta no será fácil.
Además de la creciente preocupación por la inflación y las tasas de interés, otro tema que preocupa a los consumidores son los costos de las hipotecas, que alcanzaron su nivel más alto en 15 años.
El aumento se debe a la inflación y a la incertidumbre que rodea las tasas de interés establecidas por el Banco de Inglaterra.
Recientemente, la tasa de un acuerdo fijo de dos años superó el pico después del mini-presupuesto, alcanzando un nivel promedio del 6,66%, el más alto desde agosto de 2008 y la crisis financiera.
Esto generó preocupación entre los prestatarios, ya que los prestamistas lidian con la inflación y la incertidumbre sobre las tasas de interés futuras.
Además, los costos de las hipotecas a niveles récord, agrega una mayor presión financiera para aquellos que buscan adquirir una vivienda.
Con información de Télam
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