El defensor argentino Cristian Romero atraviesa un momento complicado en la Premier League luego de recibir una expulsión en el partido donde Tottenham cayó 2-1 frente a Liverpool. Es que la expulsión que recibió no solo le impide jugar el próximo encuentro, sino que ahora la Federación Inglesa de Fútbol (FA) lo acusó formalmente por conducta agresiva, lo que podría derivar en una sanción aún mayor para el defensor argentino. De esta manera, es una muy mala noticia para el fútbol argentino y la Selección por lo que podría pasar.
Según la FA, Romero no abandonó rápidamente el campo tras la expulsión y mostró una actitud confrontativa hacia el árbitro, lo que calificaron como un comportamiento impropio y agresivo. Este hecho abrió la puerta a una posible ampliación del castigo inicial, que para el momento ya le impedirá disputar el duelo ante Crystal Palace el domingo 28 de diciembre.
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El futbolista tiene la posibilidad de apelar la acusación hasta el viernes 2 de enero, un recurso que podría ser clave para reducir o evitar una suspensión prolongada. Mientras tanto, Tottenham deberá afrontar sus próximos partidos sin la presencia de uno de sus pilares defensivos. El entrenador Thomas Frank se refirió a la expulsión y admitió que la segunda tarjeta amarilla fue estricta. "La primera falta fue fuerte, pero la expulsión pudo evitarse", señaló el técnico, reconociendo que la decisión influyó en el resultado y la dinámica del equipo en la tabla, donde Tottenham quedó en la decimocuarta posición tras la derrota.
Este episodio pone en alerta no solo al club, sino también a los seguidores del defensor argentino, que esperan una resolución favorable para que pueda volver a las canchas lo antes posible. La situación de Romero refleja también la tensión que generan las decisiones arbitrales y el control disciplinario en la Premier League, donde cada partido y sanción pueden cambiar el rumbo de la temporada.
