Enfundada en un chaleco y pantalón sastrero con zapatillas deportivas y una gorra en composé, Matilda Blanco interrumpió una de las clases de su escuela para charlar con El Destape sobre su presente laboral y personal. Como una de las figuras de la moda más relevantes en Argentina y con una trayectoria de décadas en esa industria, la experta reveló sus conocimientos y también analizó el actual contexto de este negocio a nivel nacional y mundial.
Blanco contó qué diferencias nota en los requerimientos estéticos de la gente de cada provincia que visita, contó qué tips básicos hay que seguir para lucir siempre bien y habló de las consecuencias de la crisis socioeconómica en la industria de la moda. Además, la figura de la TV contó cómo es ser panelista de LAM y recordó el sabor amargo que le dejó su paso por el Bailando.
Matilda Blanco y la docencia: "Lo que más me gusta en la vida"
Recién me decías que te escapaste un rato de una clase que estás dando.
- Sí, estaba dando una clase acá en mi escuela, acá en el Hotel Conk tengo mi escuela de modelos hace dos años. Así que bueno, ya casi son las últimas clases de fin de año y se viene todo lo que es el armado de la nueva escuela del año que viene, los cursos. Así que estamos con un montón de preparativos y estoy todos los días: clase, clase, clase. Pero bueno, está buenísimo porque lo que más me gusta en la vida es enseñar.
¿Hacen algún desfile o algo de fin de año?
- Sí, hacemos un desfile fabuloso en el Parque de la Innovación. El domingo 7 de diciembre hacemos un desfile con todos los alumnos, sus familiares, sus amigos, con 20 marcas que nos apoyan. Así que la verdad, un equipo de maquilladores, de peinadores, producción de moda; un evento fabuloso para que tengan su primer desfile importante de graduación. Más allá de que todas participan en desfiles todo el año, ¿eh? Y en producciones y demás.
Y desde la escuela, ¿cómo notás el interés de la gente por la moda y por estudiar esto? ¿Creció, bajó?
- La verdad es que creció muchísimo en este tiempo. Estaba muy devaluado todo lo que tenía que ver con esto, porque hay mucha gente que te vende humo, hay mucha gente que te engaña, que te dice que tiene una agencia y en realidad te llama para que le pagues para un entrenamiento que luego no existe. Yo no tengo agencia, yo soy docente. A mí lo que me gusta es preparar modelos como lo hice toda la vida en el Elite Model Look, en Ford Model Look, en concursos que eran en Brasil y me llevaban como entrenadora, lo que hice en Super M. Esto mismo lo hago y agradezco la confianza de las madres: que los papás sepan que en nuestra escuela enseñamos, lo damos todo. Y además, no es lo único que aprenden; mirá, aprenden pasarela, actitud, imagen personal, automaquillaje, fotopose, oratoria, actuación, danza.
Estás con la masterclass Asesórame, con la que recorrés el país. Quería saber, en ese sentido, si notás diferentes preocupaciones o gustos en cada provincia.
- Mirá, Asesórame fue hace poquito y fue un éxito fabuloso, volvemos a hacerla en el 2026. La mujer argentina es bastante conocedora, es bastante amante de la moda. Cada ciudad tiene como sus requerimientos, sus negaciones hacia ciertos colores, tiene sus necesidades, porque tiene mucho que ver con el clima, con el trabajo que enfocan. Adaptamos mucho las cosas, sumamos muchos diseñadores, marcas de todas las ciudades. Vamos respondiendo un poco a la necesidad de cada mujer, es lo que a mí me gusta al menos hacer.
La moda, la diversidad de cuerpos y los retoques estéticos
Y en ese sentido, ¿ves alguna preocupación a nivel masivo, que todas te preguntan por lo mismo con respecto a la imagen?
- Sí: combinar los colores, qué color me queda bien. Por eso me torné en una especialista de la colorimetría: me encanta, profundicé mucho en eso, estudié mucho y me encanta volcarlo en todas las mujeres, hacer el reconocimiento colorimétrico, que puedan entender de qué se trata, cómo adaptar los colores a su propia piel, pelo, necesidades también de trabajo, a tu silueta y tu proporción. Así que bueno, esa es una de las cosas. Después, cómo armar looks, cómo definir tu propio cuerpo, cómo aceptarte. Es lo más difícil: cómo aceptar tu propio cuerpo. Porque bueno, para poder cambiarlo, lo más importante es poder aceptar lo primero con lo que nos encontramos y a partir de ahí trabajar para poder hacer ese cambio.
A nivel social, hace unos años se notó una evolución con respecto a los cuerpos no hegemónicos y la inclusión. Pero es permeable en estos tiempos un retroceso en ese sentido, ¿en la moda vos lo notás?
- En la moda se retrocedió un poquito, tal vez. Creo que hay mucha inclusión: hay un lugar ganado para las mujeres con cuerpos reales, las plus size y las curvy. Le debemos un poquito a Kim Kardashian, le debemos a algunas mujeres que no son de acá. Donde no hay un terreno ganado es en la mujer que tiene más de 50. Todavía hay que seguir luchando para que la gente vea que una mujer que tiene más de 50 se puede lookear fabulosamente, no necesariamente hay que esclavizarla con "ay, vos tenés 50, te tenés que poner esto". Eso no es real. Sí hay que cuidar para no poner en evidencia ciertas cosas que no te favorecen, todo es en pos de que la mujer esté bien, mejor. Ojo, me vienen a ver muchos chicos, hombres, no es que solamente esto está programado para la mujer, pero quizás las que más me consultan son mujeres.
Y en cuanto a la moda en general, si te referís a por ejemplo lo que tiene que ver con Alta Costura, la Alta Costura es y será como un espacio separado de todo, ¿entendés? Para el cual hay que tener determinada altura. Pero después hay cosas donde la modelo se puede lucir no solo con diferentes edades, sino también con diferentes estéticas, que es hacer fotos de todo lo que tiene que ver con la venta online. Yo creo que Instagram nos abrió muchas puertas, los mismos influencers lo hicieron posible. Y eso está buenísimo.
¿Y cómo creés que las redes sociales afectaron a la moda? ¿Ves más preocupación por lo estético?
- Sí, yo creo que bueno, en los más chicos hay una preocupación estética que tiene que ver con la cara.
Sí, bueno, está todo lo que es inyecciones, cirugías.
- Claro, está muy normalizado, más a la orden del día. No sé si lo veo tan bien, porque... no sé, creo que no veo bien que se cambien tanto la cara. No estoy en contra de las mejoras, ¿por qué no? Pero hacer tanto cambio no sé si está bueno desde tan chica. Pero bueno, cada uno es dueño de su propio cuerpo, así que ahí no opinamos.
La crisis económica llegó a la moda
Por otro lado, ¿la actual crisis socioeconómica que atraviesa el país de qué manera impacta en la industria de la moda?
- Terriblemente, terriblemente. Yo creo que la industria de la moda es una de las más tocadas. Obviamente, lo primero que deja de comprar la gente es ropa, quizás. No nos tenemos que olvidar que la ropa en Argentina es cara, llámese por impuestos, porque toda la cadena es cara, la moldería, todo va engrosando el costo y eso lo paga el consumidor. Entonces bueno, está bastante baqueteada la industria de la moda en Argentina, en el mundo está baqueteada.
Esto de las importaciones, de Shein, que todo el mundo compra cosas hechas afuera, imagino que también influye.
- Obviamente que le hace daño. No te creas que solo pasa acá: en París hubo protestas por la apertura de Shein, del local de Shein, protestas tipo pancarta, cartel... o sea, un lío tremendo. Y bueno, también hay que pensar que la moda hay que ver de dónde viene, tenemos que pensar en la ecología, tenemos que pensar quién está atrás de la moda económica barata, ¿qué pasa? ¿Quién cose esa ropa? ¿Un niño? ¿Un niño cose? ¿Quién es? ¿Son personas esclavas las que cosen esta ropa que sale tan económica? ¿A dónde va a parar todo eso que no usamos, que lo compramos solo porque es barato? ¿A una isla que queda en Chile y el planeta se hace bolsa? Hay cosas que tenemos que empezar a pensar. Eso no quita que también nos demos cuenta que lo que es caro no lo queremos pagar. Conciencia.
Y, también en relación a lo económico, cuando la plata alcanza justo para vivir, ¿es posible estar a la moda? ¿Qué tips recomendás en esos casos?
- Yo creo que hay un mundo -y yo se los paso, este conocimiento, a todos nuestros alumnos acá- y es el Vintage. Como yo lo descubrí cuando llegué a esta ciudad: están habilitados los guardarropas de sus padres, de sus hermanos, de sus madres, para que empiecen a sacar un blazer oversize, un pantalón de tu papá, una zapatilla de alguien y empiecen a construir eso que tiene que ver con su propia imagen, que empiecen a edificar su imagen con cosas que ellos van armando. De hecho nosotros tenemos una última pasada que tiene que ver con eso, con crear una imagen a partir de un trabajo que hacemos durante todo el año.
Y esto que decís de lo vintage, en el último tiempo hubo como un auge, ¿no?
- Hace mucho que el vintage está dando vueltas y es una gran opción. Bueno, hay páginas muy importantes americanas que les ha ido muy bien vendiendo ropa y carteras second chance. Me parece que es una gran opción para no comprar algo que puede ser excesivamente caro. Y aparte son cosas que no tiene nadie. Y eso también hablan de tu propia personalidad, de tu valentía, de darte cuenta y darte permiso que podés ser raro.
Matilda Blanco y la TV: su paso poco feliz por el Bailando, ser una angelita y haber sido la villana en Corte y Confección
Bueno, llevándote para otro lado, sos panelista de LAM.
- Sí.
¿Cómo es ser panelista, ser una angelita?
- ¡Fabuloso! Divertidísimo, la verdad que es divertidísimo. Estoy muy feliz con esta posibilidad y aparte contenta porque ya me confirmaron que voy a estar en el 2026. Así que súper contenta de estar ahí y de estar en Bondi acompañando a Ángel.
Todas las cosas que pasan, todos los líos que hay son ciertos, ¿no?
- Sí, todo lo que pasa es como lo ves.
No hay ficción.
- No, yo creo que se da esa posibilidad de que podamos decirlo todo ahí. Cuando uno dice todo ahí, en el piso, no hay atrás. No hay camarín, el cuchicheo... no. Ahí, te lo digo ahí. Y después somos capaces de ir a comer a la parrilla de enfrente. Todos juntos. Porque esa parte se ve, el que nos ve en las historias ve que todos después nos vamos a comer. Y eso está bueno: poder decirse todo ahí.
¿Qué dificultad implica hablar de la vida de los famosos? Por ejemplo, no sé, de Nico Vázquez o de la China Suárez.
- Dificultad no. Son opiniones.
¿No te genera algún temor?
- No, bueno, yo tengo algo muy concreto que es hablar de la imagen de los demás, pero cuando me ha tocado compartir pensamientos acerca de qué pasa con las hijas de Wanda, no sé, qué sé yo. Lo digo y, si uno lo dice con respeto, aunque diga la cosa más fuerte, siempre es la opinión de uno. Siempre es totalmente subjetivo. Y es una opinión que la puede decir cualquiera, estás ahí en un programa que te contratan para opinar.
¿Te divertís?
- Me divierto, porque bueno, estás ahí. Cuántas veces me han dicho que yo estaba mal vestida y me lo van a seguir diciendo. Pero bueno, qué sé yo. Me va a pasar. Si soy la mala y la que critica, me va a pasar.
Por eso te iba a preguntar también, si te pesa el personaje de mala, si te da miedo que la gente se lo crea.
- No sé, yo cuando hago la apreciación es porque realmente me parece que está mal lo que estoy viendo. A veces trato de dar un consejo, a veces no se puede, pero bueno, también está dicho de alguna manera que es un personaje, ¿no?
Claro, bueno, tu personaje en Corte y Confección era como una villana icónica.
- Claro. De los años 50, traída de algún lado. Divino, me encantó trabajar ahí.
¿Cómo fue eso?
- Fue fabuloso, fue fabuloso. Fue uno de los mejores personajes que hice en mi vida, me acuerdo que no quería usar el pelo recogido, que no me gustaba, y los productores me insistían. Bueno, probé y como que me amigué con ciertas cosas, realmente hubo que componer un personaje. Estaba todo el día ajustada, en unos vestidos, viste, que no me podía ni mover y yo soy re oversize. Pero bueno, estuvo bueno hacerlo y la verdad que la gente me sigue recordando cuando voy a dar las charlas.
Volviendo a LAM, ¿tenés alguna angelita favorita?
- Tengo muchas. Bueno, me encanta Yanina como es, ¿no? Con su personalidad, la fortaleza, cómo puede decir las cosas, cómo ha crecido. Un poco es una bandera para muchas panelistas, a mi modo de ver. Me gusta mucho Nazarena... muchas me han gustado en el trayecto. Era divertido Marixa, ver a Marixa era muy divertido también.
Y también estuviste en el Bailando.
- Sí, estuve en el Bailando. No quiero recordar esos momentos. Bailé muy mal. (Risas)
Pero más allá del baile, la experiencia en sí, ¿cómo fue?
- No, bien. Yo me lo tomé muy a pecho y no pude laburar bien mi ego ahí. Entonces, yo digo que si hubiese trabajado más mi ego, todavía estaría en el Bailando. ¿Entendés? Es como una cosa para trabajar. Si vos tomás como de quién viene y te sumás al show, te subís, te divertís, lo das todo, bueno, podés atravesarlo. Cuando el show te chupa, ahí es donde perdés.
O sea, lo que ahora podés hacer en LAM no lo pudiste hacer en el Bailando.
- No. Y eso que estaba en Corte y Confección jugando, pero no sé, me lo tomé a pecho.
O sea que todo pasa realmente, viste que muchas veces se dice que estaba guionado, pero no.
- ¡No! El cero que me puso Ángel, ¿qué va a estar guionado? Aparte bailé como el traste. Viéndolo de lejos, en ese momento yo decía "no, pero yo lo hice bien". Estaba re subida a algún lado. Un poquito de olor a venganza había, viste, Flor (Peña) me dijo "no, porque vos que me criticaste y ahora...". Después me puso un ocho, un siete o un ocho. O sea que me dijo de todo, pero con la nota fue concreta y no se vengó. Fue bastante justa.
La historia de su pelo colorado y las figuras argentinas que considera mejor vestidas
De este año, en la actualidad, ¿qué figuras argentinas creés que son las mejores vestidas?
- Eh, bueno, el mejor vestido: Ángel. (Risas). Eh, sí, me gusta mucho las decisiones que toma. Tiene una buena vestuarista, pero las decisiones que toma para eventos especiales está bueno cómo se compromete Ángel.
¿Te gusta el pelo platinado?
- Sí, me encanta el pelo platinado. Amo, de los looks es uno de los que más me gusta. O sea, voto porque siga así.
Y en tu caso, ¿cómo fue la elección del colorado para el pelo? Ya es como algo icónico.
- Yo tenía una Barbie que era colorada y siempre quise tener ese pelo colorado. Entonces pasé por el bordó, por el chocolate, por el negro, me lo corté. Hasta que un día me hicieron un colorado que era mucho más zanahoria que esto y dije "ay, me gusta". Ahora, bueno, el dueño de este color es Cerini, que hace mil años que voy y me lo van cambiando de acuerdo a la temporada, si es verano, si es otoño. Y está bueno y yo me siento cómoda con este color. La gente muchas veces me dice "ya te lo tenés que cambiar". ¿Por qué?
¿Hace cuánto lo tenés?
- ¿Que lo tengo? 25 años.
Ah, claro, toda la vida.
- Claro. Sí, porque tengo 26 (risas).
Bueno, me habías dicho Ángel. ¿Y las mujeres mejor vestidas?
- De mujeres bueno... me parece que Carla Peterson ha hecho muy buen papel siempre, sabe elegir muy bien el diseñador. Siempre se deja aconsejar muy bien.
A nivel televisivo, a Flor de la V se la suele ponderar mucho, ¿no?
- Sí. Obvio, desde ya. Me gusta mucho cómo se viste. No me gustan las exageraciones por ahí. Pero por ahí excesiva hombrera y eso. Ella es como para menos, porque ya ella es importante. Pero bueno, también ha hecho buenas elecciones, se viste con buenos diseñadores y eso es importante.
