Una de las actividades que más se reproduce en diferentes ámbitos, en especial en los trabajos, es que las personas deciden recalentar la comida en envases de plástico. De esta manera, se evita ensuciar una determinada cantidad de objetos, sin embargo, se desaconseja llevar a cabo esta acción y tomar otro recipiente porque podría generarle daños al organismo.
Con el fin de agilizar el horario del almuerzo y poder disfrutar del tiempo libre sin actividades, son varios los que toman el recipiente en el que guardaron la comida para comer en el trabajo y lo colocan dentro del microondas. Un par de minutos bastarán para que el alimento recupere calor y se encuentre en condiciones de ser consumido. Aunque pocos saben que esta acción es dañina.
"Hoy, mi mujer me preparó la vianda (ñoquis de ositos)", expresó IgnaNievas18, como figura su usuario en X (Ex Twitter). En la imagen, se puede apreciar que la creatividad de su esposa para darle forma a cada una de las porciones fue excelente. No solo se pueden diferencias las caras, sino que le agregó detalles para resaltar los ojos y la boca. Aunque el recipiente elegido no pareciera ser el correcto para recalentar comida.
Esto es producto de que no todos los envases de plástico para transportar alimentos son aptos para someterse al calor que puede entregar un microondas. "Uno de los mayores problemas con el plástico en el microondas es la liberación de ftalatos y bisfenoles, compuestos químicos que se descomponen con el calor", expresan desde Directo al Paladar tras retomar una investigación de MedStar Health Kelly Johnson-Arbor.
Los residuos que se forman dentro del electrodoméstico contaminan los alimentos. Estudios confirman que estar expuestos a este tipo de sustancias puede provocar el desarrollo de trastornos hormonales, problemas reproductivos y un aumento del riesgo de ciertos tipos de cáncer. La solución que existe es comprar envases que expongan un sello de aptos para someterlos a determinadas temperaturas.
¿Por qué se comen ñoquis el 29? La leyenda detrás de la fecha
Hay un sin fin de recetas que tienen un lugar especial dentro del calendario argentino pero una de las más respetadas y famosas es la de consumir ñoquis los 29 de cada mes. Una que nació hace un largo tiempo y que llegó al país por medio de los inmigrantes italianos.
La historia de esta particular tradición señala que San Pantaleón, que se desempeñaba como médico y santo cristiano en el siglo III, se acercó a una casa pidiendo un poco de comida. Fue bien recibido por un familia muy humilde que le concedió un lugar en su mesa y le ofreció lo poco que tenían. Al retirarse, la visita dejó unas monedas de oro bajo el plato en modo de agradecimiento a los habitantes del hogar por haberle puesto fin al hambre aquella noche del 29.