La memoria RAM enfrenta una crisis de escasez y precios elevados que ya está repercutiendo en el mercado tecnológico y podría prolongarse durante 2026. A diferencia de crisis anteriores relacionadas con interrupciones logísticas, la actual está profundamente ligada a la explosión de la demanda por parte de servidores e infraestructura de inteligencia artificial, que absorben gran parte de la capacidad productiva global de chips de memoria.
Esto ha generado una oferta más ajustada para módulos de consumo como DRAM y DDR5, con efectos en precios, disponibilidad y hasta en las especificaciones de productos finales.
Qué está pasando en el mercado de la memoria RAM
La crisis actual se produce en un contexto donde la producción de chips de memoria está siendo reorientada hacia componentes para servidores de IA y centros de datos, que requieren grandes cantidades de memoria de alto rendimiento. Esto limita la capacidad disponible para fabricar módulos destinados a PCs, notebooks y teléfonos inteligentes, creando un desequilibrio entre la oferta y la demanda.
Como consecuencia, los precios de los módulos DDR5 y otras memorias han subido sustancialmente en 2025 y continúan elevados en 2026, con aumentos que en algunos casos duplican los valores previos a la crisis, afectando tanto a consumidores como a fabricantes.
Impacto directo en dispositivos y precios
La escasez y el encarecimiento de la RAM ya están produciendo efectos visibles en varios frentes:
-
PCs y notebooks: el costo de producción sube, y algunos fabricantes están vendiendo equipos sin módulos de RAM instalados o con configuraciones más básicas.
-
Smartphones: se prevé que algunos dispositivos de gama media o baja vuelvan a configuraciones de menor memoria para mantener precios competitivos, lo que puede frenar la tendencia histórica de aumentar capacidades.
-
Precio al consumidor: analistas proyectan aumentos de hasta el 8% en el precio promedio de las PC en 2026 debido a la presión de los costos de memoria.
Causas principales de la crisis
El factor dominante detrás de esta crisis es el auge de la inteligencia artificial, que ha cambiado las prioridades de la producción global de semiconductores. Chips de alto ancho de banda y módulos especializados para IA consumen recursos productivos que antes abastecían a la industria de memoria de consumo.
Este desvío de capacidad hacia segmentos de alta rentabilidad reduce la proporción de obleas de silicio asignadas a memoria DRAM estándar, generando cuellos de botella y escasez para productos tradicionales.
Qué esperar para 2026
Las proyecciones más recientes sugieren que la escasez y la presión de precios no desaparecerán rápidamente. Investigaciones de la industria y declaraciones de fabricantes señalan que la situación podría persistir durante la mayor parte de 2026 e incluso más allá, mientras la producción global se reajusta y los planes de expansión de capacidad —como nuevas fábricas de memoria— tardan en concretarse.
La crisis de la memoria RAM es un fenómeno complejo impulsado por transformaciones profundas en la industria tecnológica, especialmente por la demanda exponencial ligada a la inteligencia artificial. Sus efectos ya están moldeando precios, configuraciones de dispositivos y estrategias de fabricantes, y es probable que continúen influyendo en el mercado durante 2026. Comprender estas dinámicas ayuda a anticipar decisiones de compra y adaptación en un entorno donde la memoria —ese componente que una vez fue barato y abundante— se ha convertido en un factor crítico de mercado.
