Las autoridades sanitarias santafesinas lo advierten con todas las letras: si sigue la desobediencia a las restricciones, el relajamiento de la población con los cuidados y el crecimiento de los casos, el sistema de salud va hacia el colapso. La evolución de las variables sanitarias es desfavorable, con mayor ocupación de camas críticas que en Rosario llega al 75%, y una gran velocidad de contagios que triplicó los positivos en los últimos 15 días cuando el país recién empieza a transitar la segunda ola. Aparecen casos de personas más jóvenes con cuadros más graves, y muchas personas con patologías descuidadas que no tuvieron controles el año pasado.
Sucedió en 2020 y se replica este año: cuando Buenos Aires comienza a saturarse, tarde o temprano el coletazo llega a Santa Fe. Según datos del Ministerio de Salud de la provincia a los que accedió El Destape, en las últimas dos semanas el promedio de casos saltó de unos 500 por día a superar los 1400, mientras la ocupación de camas llega al 65% el promedio en la provincia en el público y 62,7% en el privado. Hay tres localidades donde la disponibilidad de plazas críticas empieza a encender alarmas y mostrar signos de complicaciones. En Rosario el nivel de ocupación se encuentra al 75%, en los hospitales de Rafaela trepa al 71%, y en de la ciudad de Santa Fe las terapias registran un 64%.
La capacidad de respuesta del sistema en cuanto a unidades de terapia intensiva disponible en los efectores fue uno de los indicadores clave desde que empezó la pandemia. El año pasado, los Estados corrieron una carrera para mejorar la infraestructura a los hospitales y los recursos humanos. Pero con este segundo brote de la enfermedad, el sistema enfrenta un nuevo problema en la celeridad del crecimiento de los contagios. Desde la cartera sanitaria ven con preocupación que los habitantes están demasiado relajados, desobedientes de las restricciones y sin poder dimensionar la gravedad del problema, todas señales que podrían llevar a un colapso del sistema.
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Jóvenes
Las cifras comenzaron a subir en el último mes desde el mayor movimiento que imprimió la vuelta de la presencialidad de las escuelas, y en especial tras el fin de semana largo de Semana Santa. La mayoría de los positivos siguen siendo mayores de 60 años, pero la ministra de Salud Sonia Martorano reveló que se ha detectado una suba entre personas de 30 y 40 años respecto de meses pasados. "Va muy rápido la curva y se contagia más gente joven con cuadros más graves”, dijo. Pero a diferencia del primer brote, la ocupación de camas críticas por COVID-19 todavía no es tan alta, y por ejemplo en Rosario ronda el 14%.
La complicación deriva de la cantidad de plazas requeridas por patologías diferentes al coronavirus que fueron descuidadas, como diabetes. Se trata de pacientes crónicos que durante el primer tiempo de la pandemia no se controlaron y ahora sufrieron descompensaciones, o que directamente desconocían que sufrían ciertas enfermedades, trastornos o complicaciones justamente por no efectuarse chequeos periódicos. A esto se sumó la realización de operaciones durante el verano que se habían postergado para liberar al sistema. Otra diferencia es que al haber más circulación en las calles, también hay más accidentes de tránsito. La ola de violencia que vive el gran Rosario tampoco colabora en bajar la necesidad de internaciones.
El secretario de Salud de Rosario Leonardo Caruana, que este lunes se reunió con su par provincial para analizar el panorama sanitario, dijo a El Destape que ven la situación con "preocupación" porque todos los indicadores como tasa de contagios, razón, e incidencia acumulada y el análisis de la curva, "todos están en niveles de riesgo siguiendo la tendencia nacional". La situación a su entender sigue siendo "compleja", y este nuevo pico de contagios tiene un impacto en el sistema de salud: "El año pasado había muchas más camas más libres, porque era distinta la forma de utilización de los servicios de salud, mientras hoy el piso de ocupación es alto pero el margen de crecimiento es menor", explicó. En ese sentido, pidió "no descansar en la vacunación" y apeló al cuidado "entre todos", y más precisamente en la población que más se contagia que es de los 18 a 55 años, justamente la que más se moviliza para trabajar.
Sobre las restricciones dispuestas desde la semana pasada, dijo que el resultado podrá observarse cuando se cumplan 10 a 12 días, y detalló que el número de testeos va en ascenso mientras la positividad se mantiene constante. "Hay que buscar un equilibrio: hoy es fundamental cumplir las restricciones, priorizar el aire libre y la ventilación cruzada de los ambientes, mantener las medidas de cuidado y respetar los protocolos, mientras seguimos trabajando con la vacuna. Si hacemos todas esas cosas, puede ser que no tengamos un contagio exagerado", alertó. Y agregó en esa línea: "En cada caso positivo se ve si hicimos las cosas bien o mal, al constatar si los 10 contactos estrechos de esa persona se contagiaron, o solo se los sigue para tener una alerta temprana si aparecen los síntomas".
Contener
En el contexto actual, no es posible construir más hospitales a contrarreloj como sucedió el año pasado, y también encontró su límite la posibilidad de ampliar los servicios por falta de agentes de salud especializados en atender a los pacientes que ingresan a terapia intensiva. Por ello, desde el 1 de abril el Ministerio de Salud provincial decidió suspender todas las cirugías programadas en los hospitales para descomprimir la demanda de internación en unidades de cuidados críticos.
El plan de contingencia, que se puso en marcha en acuerdo con el Ministerio de Salud de la Nación, comprende también que los hospitales comiencen nuevamente a trasladar a los profesionales que se desempeñan en quirófanos hacia las UTI, para reforzar la dotación. En caso de que no merme el ingreso de infectados, la próxima medida será transformar las áreas de quirófano en lugares de internación, una alternativa que se hizo necesaria en el pico de la pandemia en algunos efectores de la provincia que estaban desbordados de pacientes con COVOD-19.
Respecto de la campaña de vacunación, esta semana planean terminar de inocular a la franja de los mayores de 70 años para comenzar pronto con los mayores de 60 en escala descendente. Este lunes arribaron 31.800 vacunas Sputnik del primer componente, que se suman a las 20.250 segundas dosis de la vacuna rusa que la provincia había recibido el viernes. En la provincia ya se inmunizó a 428 mil personas,
370.492 con la primera dosis y 57.979 con la segunda.
En tanto, desde los grupos de médicos e investigadores autoconvocados de Rosario propusieron una serie de medidas "para evitar que la segunda ola de contagios sea un tsunami". En primer lugar, el uso masivo de tapabocas como política pública, "garantizando el acceso igualitario de barbijos tricapa y con adecuado ajuste para cada ciudadano". Además, controlar y sancionar el incumplimiento. Por otro lado, protocolos sanitarios para prevención de la transmisión por aerosoles: "Hoy tenemos certeza de que esta es la vía principal de contagio. Es impostergable revisar los protocolos de todas las actividades en función de esta evidencia", apuntaron en un documento enviado al Ejecutivo provincial, al que accedió El Destape.
En simultáneo, solicitaron que "se profundicen los mecanismos de rastreo, seguimiento y aislamiento de casos y contactos". Y en cuanto a las vacunas, subrayaron la urgencia de avanzar en una campaña focalizada en los grupos de riesgo: mayores de 60 años y personas con comorbilidades. "Todos tienen derecho a la vacuna, pero primero debemos garantizar el acceso de quienes tienen más riesgo de padecer cuadros graves y morir". Por último, destacaron que "el mejor modo de acelerar la campaña es descentralizando los vacunatorios, realizando búsqueda activa de los grupos de riesgo e incorporando a los equipos de salud territoriales y las organizaciones barriales