Otra vez desempolvaron la idea de dividir la provincia de Buenos Aires, otra vez leemos ríos de tinta explicándonos que la PBA es ingobernable y que su macrocefalia sólo puede curarse partiendo la cabeza en partes iguales pero no tan iguales.
En una escena del shockeante documental “El Alma Dividida de América” sobre la gigantesca grieta entre Trumpistas y Demócratas, el historiador Mark Lilla nos dice que “la gente se está mudando, se está yendo de lugar natal para vivir en otros donde las preferencias ideologías comunitarias sean más parecidas a las suyas”.
Charles Tiebout escribió en 1956 un artículo fundamental para la Teoría del Federalismo Fiscal, “Una Teoría Pura de los Gastos Locales” es su nombre formal pero todo el mundo lo conoce por su nombre pochoclero “El Modelo del Voto con los Pies”. La poderosa y sencilla idea de Tiebout es que si las responsabilidades de gasto y las potestades tributarias se descentralizan a nivel municipal, los individuos “revelarían sus preferencias” mudándose al municipio que le ofrezca la combinación de gasto público e impuestos más acorde a sus gustos y necesidades. Los municipios competirían entre sí atrayendo individuos. En su modelo el equilibrio se alcanza con municipios conformados por grupos homogéneos en cuanto a sus preferencias sobre nivel y composición del gasto público y el sistema tributario local que lo financia.
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Mark Lilla dice en el mencionado documental: “Una empresa de bienes raíces de Texas hizo una campaña publicitaria de alcance nacional que decía 'Está usted cansado de vivir en un estado azul (estado demócrata) rodeado de liberales que no lo respetan a ud. ni a su familia? Venga a Texas, nosotros le encontraremos una casa, le encontraremos una iglesia, le encontraremos una escuela, usted podrá vivir entre sus amigos'”.
El mercado leyó el artículo de Tiebout y está operando marketineramente para aprovechar la grieta para hacer negocios, una vez más.
En Argentina en cambio, los especialistas nos explican que lo mejor que le puede pasar a los bonaerenses y a todos los argentinos es que esa provincia elefantiásica sea dividida en dos, tres o cuatro partes. Hay variadas justificaciones que van desde la subrepresentación bonaerense en la Cámara de Diputados hasta la existencia real de dos cosmovisiones opuestas, el campo y la ciudad, el interior bonaerense y el conurbano.
¿Por qué si en Texas aprovechan las cosmovisiones opuestas para hacer negocios, no pasa lo mismo en la Provincia de Buenos Aires?
El profesor Richard A. Musgrave dice en el libro que comparte con James Buchanan, “Dos Visiones Contrapuestas del Rol del Estado: Finanzas Públicas vs Elección Pública”: "Una visión de las finanzas públicas, que sostiene que todo está bien sólo prevalece la eficiencia paretiana, deja de lado estos componentes esenciales de la coexistencia social y falla tanto en términos normativos como positivos. Sin permitir un sentido de justicia social la buena sociedad no puede ser definida y sin ella una sociedad democrática no puede funcionar”
En otras palabras, que el Estado tenga como objetivo la justicia social es clave para que una sociedad pueda funcionar en democracia.
Los economistas no solemos hablar de justicia social sino que utilizamos términos más asépticos como “redistribución del ingreso” o “políticas redistributivas”.
La Provincia de Buenos Aires es la provincia más rica del país, genera el 40% del PBI. Pero también tiene 55% del total de argentinos pobres. Pensar que subdvidirla puede contribuir a mejorar la situación de esos más de 5,5 millones de argentinos que no acceden a un ingreso suficiente para no ser considerados pobres, es no comprender la lógica básica del Federalismo Fiscal y de la Finanzas Públicas.
Toda subdivisión generará una o más nuevas provincias ricas, pero también una o más nuevas provincias pobres. Más pobres porque el porcentaje de pobres sobre sus poblaciones totales será mayor, al que le corresponde actualmente a la Provincia de Buenos Aires.
¿Como financiarán las nuevas provincias pobres sus políticas públicas?
Se llama “Salamandrismo” a la práctica de rediseñar las circunscripciones o circuitos electorales para obtener una ventaja política. Es una costumbre muy usual en el sistema estadounidense y allí recibe el nombre de “Gerrymandering”.
Como nos explicaron Charles Tiebout y Mark Lilla, cuando los ciudadanos no están contentos con las preferencias ideológicas mayoritarias en sus vecindarios pueden mudarse a un lugar más acorde a sus gustos y necesidades.
Pero hay un problema, al mudarse no se pueden llevar sus tierras. Si sus ingresos dependen de la producción agropecuaria la solución de votar con los pies no es factible porque deberían perder su fuente de riqueza.
Por eso, prefieren militar por la subdivisión de la provincia de Buenos Aires pensando que de esa forma lograran evitar seguir financiando las políticas públicas que propenden a la justicia social. Podemos decir que la subdivisión de la Provincia de Buenos Aires es una “Salamadrización” por otros medios.
Jerry y los demás ratones no quieren votar con los pies. No quieren caminar.
Cuando escribí esta nota sonaba en mi cabeza esta hermosa canción de Andrés Calamaro llamada “Dos Romeos”.