Valses y tangos de aquí, de allá y de todas partes

18 de diciembre, 2015 | 15.29
Sebastián Luna (guitarras y arreglos) y Guillermo Ibáñez (voz) grabaron su disco debut Luna-Ibáñez Tango (independiente), con la propuesta de interpretar tangos, milongas y valses aportando una mirada actual. Visitan así autores fundamentales como Aníbal Troilo, Enrique Cadícamo, Homero Manzi, Luis Rubistein y Joaquín Mora, pero también a otros contemporáneos -pero ya reconocidos en la materia- como Néstor Basurto y Alejandro Szwarcman. Incluye también dos perlitas: una versión de Credulidad de L.A. Spinetta y otra del tema Tango del japonés Ryūichi Sakamoto.

-Eligieron un repertorio de composiciones que es muy ecléctico ¿Cómo fue el armado de la lista de temas para este trabajo discográfico?

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-Sebastián:La idea inicial del dúo fue estudiar el repertorio de las primeras décadas del tango y buscar temas que no sean clásicos; sabemos que hay tangos muy buenos que no se conocen mucho o que han sido poco interpretados. Así surgió una larguísima lista de tangos, valses y milongas antiguas a las que de a poco le sumamos clásicos, composiciones más actuales y de otras latitudes. Cuando empezamos a actuar probamos el repertorio con la gente y fuimos haciendo una síntesis pero siempre elegimos los temas adaptándolos al lugar donde tocamos, no es lo mismo tocar en una milonga donde hay bailarines que en un boliche o un teatro. La selección de temas para el disco tal vez pueda parecer o sonar ecléctica pero sabemos que el tango está transitando un camino de crecimiento, de evolución, de cambio constante, es una música viva en la cultura actual argentina y mundial. Todos sabemos que el tango se ha universalizado, entonces hoy encontramos gente de todo el mundo que baila, toca, vive el tango cada uno a su modo y con lo que trae culturalmente. A nosotros, como a muchos otros, nos pasa lo mismo y vamos por ese camino pero intentamos no descuidar el sonido tanguero.

-Están los que dicen que la música es una sola ¿en qué coinciden Troilo y Cadícamo con, por ejemplo, con Spinetta?

-Sebastián: No sabemos si la música es una sola pero sí que hay público para todos los gustos. Troilo era un amante de las buenas melodías, el flaco obviamente también. Ambos nos han regalado melodías increíbles que quedaron en el inconsciente colectivo argentino. Todos conocemos el exquisito modo de tocar de Troilo, él le enseñaba a frasear a sus cantores, el padre de Spinetta era cantor de Tangos, el flaco se crió escuchando esa música, si uno escucha con atención la herencia se ve claramente reflejada en su modo de tocar la guitarra, de frasear y decir sus letras por eso él mismo muchas veces definió su música como "muy tanguera".
-Guillermo: Tanto Cadícamo como Spinetta son grandes poetas; cada cual con su estética. Cadícamo plasmó el paisaje cultural de la Buenos Aires del siglo XX, Spinetta el paisaje del siglo XI. Creemos que el tango trasciende estas diferencias, no debemos olvidar que en sus orígenes se vio influenciado por distintas culturas. ¿Por qué no condimentarlo hoy con lo que uno trae, con lo que uno es?

-Guillermo, sos santafesino y tanguero ¿qué sonidos recordás de tu infancia y por qué elegiste ser cantor de tangos?

-Guillermo:Mi padre es cantor, nunca faltó la guitarra en casa con su voz potente interpretando Folklore o algún Tango. Crecí en un momento cultural donde el Folclore tuvo gran difusión a nivel nacional y eso nos influenció. Escuchábamos mucho Mercedes Sosa y Los Trovadores, todas grandes voces.
Pero mi abuela materna era porteña de ley, siempre escuchaba Tango, creo que nunca apagó la radio que tenía en su casa; cierro los ojos y pareciera que la sigo escuchando. Era fanática de la música y eso heredó mi madre. Por otra parte el chamamé; que es el género musical por excelencia de la provincia; para mí comparte gran parte de su esencia con el Tango. Ese tono melancólico del inmigrante, sus letras llenas de historias y fundamentalmente el sonido del fuelle. Por todo esto me atrevo a decir que el chamamé es hermano directo del Tango. A los 8 años subí por primera vez a un escenario para cantar La Oma, un chamamé muy sentimental que cuenta la historia de una inmigrante Alemana que vivió en el Chaco. Creo que solo era cuestión de tiempo y espacio. Después de vivir 15 años en Buenos Aires para mí es inevitable ser cantor de Tango.

-Sebastián ¿cómo llegaste a la guitarra de 8 cuerdas? ¿qué características especiales posee ese instrumento?

-Sebastián: Yo tengo una formación bastante ecléctica, toco varios géneros distintos: tango, folclore, música brasileña, etc. Me formé en guitarra clásica en el conservatorio. He estudiado y tocado un poco de jazz y rock también; siempre estuve interesado por el sonido, el timbre. Me gusta tener una gamma de sonidos diferentes para cada situación. La guitarra de ocho abre un montón de posibilidades en esa dirección. Tanto para incluirla en un grupo de guitarras, para tocar solo instrumental o acompañar cantantes. Me gusta pensar cuando escribo arreglos en la guitarra como una mini orquesta así que los bajos que agrega la de ocho me aportan muchos recursos.

-Participó de la grabación del disco una lista de nombre de músicos jóvenes y muchos más estarán en la presentación del CD ¿Cómo viven este momento del tango argentino?

-Sebastián: El momento del tango actual es increíble. Cada vez hay más orquestas que van mejorando el nivel musical año a año. Nuevos cantores, poetas, músicos impresionantes que están eligiendo el género para mostrar sus ideas porque lo sienten propio. Lamentablemente los medios no acompañan este proceso, sería interesante que se pase más tango nuevo en las radios, porque hasta los fanáticos del tango la mayoría de las veces siguen reproduciendo el mismo repertorio, los mismos intérpretes de siempre, a veces como si nada nuevo estuviera pasando. Por eso agradecemos este espacio. Obviamente sabemos que también el estado tiene que sostener esta idea y fomentarla pero sabemos que a pesar de todo la música, la cultura, por debajo, fuera del televisor, van construyendo la verdadera historia.

-¿Cómo se dio la fusión del dúo Luna-Ibáñez?

-Guillermo: Nosotros nos conocimos en el año 2004, a partir de ese momento tuvimos una gran afinidad musical y quedó planteada la idea de hacer algo juntos. Esa idea se cristalizó en el 2012 cuando Guille vino a cantar unos temas de invitado en un concierto de La Hendija (un cuarteto de guitarras que integra Sebastián) y nunca dejamos de hacer música juntos. Los dos sentimos mucha empatía, nos gusta escucharnos y ser respetuosos de lo que va proponiendo el otro en lo musical e interpretativo además de estar compartiendo una amistad. Sabemos que es difícil que todas estas condiciones estén dadas así que apostamos a que este dúo seguirá por mucho tiempo. Además ya estamos armando la gira Europa 2016.