El presidente Mauricio Macri volvió a cometer un grave error diplomático y perdió crédito en su polítca exterior. Alineado al eje Donald Trump y Benjamin Netanyahu, Macri había consensuado con el primer ministro israelí el partido entre las selecciones a jugarse en Jerusalén.
Sucede en medio de los reclamos de los palestinos por la decisión del presidente norteamericano de mudar la embajada de Estados Unidos a esa conflictiva ciudad.
La decisión de mudar la sede diplomática de Tel Aviv, donde se encuentran la mayoría de las sedes diplomáticas extranjeras, a Jerusalén fue anunciada en diciembre pasado por Trump, en un gesto que afianza la alianza de la Casa Blanca con Israel. El hecho despertó el descontento de los palestinos y otros países árabes que reclaman a Jerusaem como capital palestina.
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En marzo de este año Netanyahu le había enviado una carta a Macri donde le informaba: "He instruido a las más relevantes autoridades a hacer todos los preparativos necesarios para que el partido tome lugar en Jerusalén, nuestra capital eterna".
Sin embargo, ante la negativa del DT Jorge Sampaoli en privado y también de los referentes, finalmente se suspendió. De hecho, en estos días hubo amenazas a jugadores argentinos con camisetas argentinas manchadas con sangre y hasta carteles contra Lionel Messi.
Según reveló La Nación, Macri se había olvidado el detalle de que se iba a jugar en Jerusalén: "Así que van a jugar en Haifa, ¿no?", reveló el diario una conversación en Ezeiza entre el Presidente y los jugadores antes de irse del país, hace pocos días.
Después del partido contra Haití, Sampaoli ya había manifestado su descontento públicamente con este partido: "Hubiera preferido jugar en Barcelona", comentó en la conferencia de prensa en la Bombonera, el martes pasado. Finalmente, no habrá duelo en esa ciudad que vive horas complicadas. El hecho vuelve a dejar mal parado a Macri ante el mundo y habrá que esperar sobre las posibles consecuencias en su relación con el tándem Estados Unidos-Israel.