La madre de todas las batallas

08 de noviembre, 2014 | 17.45

Por Fernando Cibeira
Especial para "El Destape"

El Gobierno recibió días atrás una encuesta realizada por una consultora a la que suele encargarle trabajos. Era sobre la credibilidad de los principales actores políticos, un tema que interesaba en la Casa Rosada luego del recrudecimiento de la pelea por la aplicación de la ley de Medios. El resultado fue bastante revelador. El Gobierno nacional aparece en primer lugar con el 41 por ciento de nivel de confianza de la gente. Lo curioso es que el segundo lugar, unos cuatro puntos detrás, fue para los medios pertenecientes al Grupo Clarín. Más llamativo aún, los medios del Grupo poseen el doble de confianza de la gente que la dirigencia opositora.

El sondeo vino a corroborar varias cosas. Una de ellas, la convicción de la Presidenta de ir a fondo por el desmembramiento del Grupo en el año que le queda de mandato. Otra, la idea de que todo lo que vaya en desmedro de Clarín, en alguna manera, también va en contra de la menos creíble oposición política, que se alinea con la estrategia que marca el multimedio.

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

"Mirando esta encuesta se entiende mejor porqué Lanata le puede decir a la oposición que no juntan 200 gramos de bosta y nadie sale a responderle", razonaba un funcionario que mostraba el sondeo pero no dejaba copiar lo datos. Esos datos, se supone, no existen. Marcan a las claras "la grieta". Porque mientras hay un sector de la población que considera que el Gobierno es por mucho el actor político más creíble y los medios de Clarín son lo menos, hay que otro sector que piensa exactamente lo contrario. A inicios del mes pasado, justo cuando habían comenzado a correr rumores sobre una supuesta tregua entre el Gobierno y Clarín, el presidente de la Afsca, Martín Sabbatella, anunció el rechazo a la propuesta de adecuación presentada por el Grupo y el inicio del proceso de adecuación de hecho, que manejará el Estado.

No sólo no había tregua sino que recrudeció la guerra, con la emisión de spots durante la transmisión de Fútbol para Todos con Sabbatella contando, caritas de Ernestina Herrera de Noble y Héctor Magnetto incluidas, las sociedades que los dueños del multimedio tienen en lugares sospechosos como Panamá y Nueva Zelanda. A eso le siguió el anuncio del proyecto de ley "Argentina Digital" que suma a las telefónicas en el negocio audiovisual y obliga tanto a las telefónicas como a las operadoras de cable –léase Cablevisión- a abrir sus redes a los demás jugadores.

Clarín ya consiguió una cautelar provisoria para detener momentáneamente la adecuación de oficio y hace esfuerzos denodados por voltear el proyecto de Argentina Digital. "Realmente, no sé qué puede pasar. Clarín podrá pararlo unos meses con algún juez amigo, pero no todo el año. Ahí va a jugar un rol la fortaleza que el Gobierno pueda mostrar en el año electoral", razonaba un funcionario que trabaja en la ofensiva de la que la Presidenta y el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, nunca son ajenos. De lo que en la Casa Rosada están convencidos, es que cada movida que sirva para atacar la credibilidad del Grupo es ganancia doble para el Gobierno. Que la oposición sólo puede crecer en la medida que se alineen, de ahí la defensa pública que hacen de cada una de las posiciones del multimedio. O el un tanto vergonzoso desfile de días atrás de los precandidatos presidenciales por los estudios de TN para firmar un "acta de compromiso" para debatir durante la campaña.

"Podemos perder o ganar la guerra, pero cada batalla sirve. Toda la oposición reunida es menos. Necesitan del Grupo para ganar. Y si debilitamos al Grupo, por transición los debilitamos a ellos", concluía el funcionario. Esta historia, que ya lleva varias temporadas, promete unos interesantes últimos capítulos.