El principal editorialista de La Nación baja línea a los empresarios sobre el futuro del país

28 de junio, 2016 | 17.53
El editorialista de La Nación, Carlos Pagni, acicateó a los empresarios pymes y profesionales de clase media: les dijo, en la cara, que Cambiemos dependía de cómo ese sector respaldara o no a esa coalición que lidera el macrismo en las elecciones bonaerenses del próximo año.

"Lo que está en duda en la Argentina es si los sectores medios se reencuentran o no con un instrumento denso, consistente, eficiente como para intervenir en el proceso político. Este es el destino de Cambiemos", analizó Pagni ante un auditorio colmado. Fue en el sexto piso del edificio de Banco Ciudad, en pleno microcentro porteño, en un encuentro que organizó el Instituto Pyme de la entidad y le permitió poner el desafío sobre la mesa.

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"La llegada de Cambiemos al poder significa la llegada de una coalición en cuyo centro, y como partido dominante, está el PRO, que es un producto de la crisis del 2001. Por primera vez llega al poder un grupo político nacido en el clima de esa crisis. Es una crisis producida por un ajuste fenomenal que, como siempre sucede, es percibido como más dramático por los sectores medios", dijo Pagni casi al inicio de su exposición, que duró apenas un poco más de treinta y cuatro minutos.

Ante las más de doscientas personas, que ocuparon todas las sillas dispuestas para el "Desayuno de coyuntura económica y política", Pagni habló desde un escenario, sentado en uno de los dos sillones dispuestos allí. "Los que están muy mal, están tan mal que el Estado habitualmente tiene la posibilidad de reponerlos en la mala situación que estaban antes de la crisis cuando pasa la ola. Los que están muy bien ven venir la ola y se pueden venir a salvo. Inclusive algunos aprovechan la ola y otros, muy vivos, hasta pueden provocar la ola. Pero en el medio hay una franja de clase media que cuando llega el gran ajuste no tiene ni suficientemente poco como para que el Estado le recupere la mala situación en la que estaba antes ni suficientemente mucho como para ponerse a salvo", analizó.

"Son los que perciben que la crisis es más agresiva, son los que producen el cambio político, son los indignados de España, son los que destruyeron el penta partiti en Italia en los 90, son los que votan a Trump, los que se llevaron puesta a Dilma. Ese fenómeno ocurrió aquí en el 2001 y en el marco de esa crisis nace un grupo político liderado por Macri, que viene de afuera de la política", completó Pagni al elaborar su argumentación sobre por qué las capas medias eran tan importante para el futuro de Cambiemos que, con epicentro en el PRO, terminó comiéndose la base social del radicalismo, que
implosionó tras la crisis del 2001, de la que fue partícipe como integrante de la Alianza, que llevó al gobierno a Fernando de la Rúa.

Al insistir con el peso que tendrá la elección de medio término del próximo año, Pagni concentró la tensión sobre la provincia de Buenos Aires, donde ganó María Eugenia Vidal y le garantizó el triunfo a Macri. "Si Cambiemos gana por segunda vez en la provincia de Buenos Aires sería la convalidación de un programa de gobierno ¿Qué es lo más importante que pasó desde el 2001 hasta acá? No fue la emergencia del kirchnerismo sino la destrucción del radicalismo, el colapso del radicalismo porque dejó sin instrumental de intervención a los sectores más dinámicos de la sociedad, a los más
abiertos, a los más preparados, a los que dependen menos del Estado para seguir viviendo", dijo.

Hizo una pausa de un segundo apenas, atrajo más la atención del auditorio, y lanzó: "Lo que está en duda en la Argentina es si los sectores medios se reencuentran o no con un instrumento denso, consistente, eficiente como para intervenir en el proceso político. Este es el destino de Cambiemos. Y eso lo vamos a saber en quién gana la senaduría la elección que viene. Si lo gana el gobierno nos dará la visión de un Macri que se reelige y podrá dirigir un proyecto mucho más consistente".

Esas fue una de sus frases de cierre. Después llegaron las preguntas de los asistentes que, ávidos por saber, llenaron varios papelitos con dudas, interrogantes y pedidos de análisis. Por supuesto, que el episodio de los bolsos voladores de José López, repletos de termosellados, y su arma de guerra estuvo en el temario. También las repercusiones políticas que generó.

"Todos despegan, los del Movimiento Evita, los gobernadores, la justicia. Los mismos jueces que protegían dicen 'ahora vamos a sancionar'. Si ese despegue es muy acelerado puede producir una unificación adelantada. Si el peronismo se unifica para el año que viene, Macri puede tener problemas en las elecciones del año que viene. Porque la clave de bóveda de este experimento es la provincia de Buenos Aires. Si el peronismo gana la senaduría en Buenos Aires se va a reconstruir como una especie de Termineitor: rápido. Y va a adquirir lo que ahora no tiene, que es un proyecto de poder. La gran ventaja de Macri hoy es que tiene en frente un partido presidido por Gioga. No hay un sueño, no hay un objetivo: es una conducción puesta para neutralizar y lo único que ofrece Gioja es la neutralidad. El día que el peronismo tenga un vector el gobierno va a estar mucho más desafiado", afirmó.

Pero Pagni palpó en concreto lo que generaron lo bolsos de López, que pusieron la discusión sobre la corrupción sobre la mesa. No hubo una impugnación a sus planteos: el público era todo de él, incluso al final se le acercaron para pedirle fotos. Lo que ocurrió es que el discurso de transparencia del macrismo pareció trastabillar.

"En la Cámara Argentina de la Construcción hay pánico porque se puede armar una mancha venenosa. (Lázaro) Báez dice 'por qué me miran a mí. Yo hacía facturas truchas con esta empresa, pregunten qué otras empresas hacían facturas truchas' Y caen veinte. Ahora estos jueces están en condiciones de hacer eso o les va a resultar más fácil pasar la gorra por la Cámara Argentina de la Construcción?", completó Pagni la idea del despegue y provocó risas y algunos aplausos. Amplió: "El manipulite va a empezar cuando un juez vaya preso, no cuando un construcctor vaya preso".

- Perdón, ¿Pero ahí no fue culpable Macri cuando lo dejó ir a Oyarbide?- preguntó, desde el público y sin esperar el mecanismo de anotar en un papelito, una mujer de más de cincuenta años.

- El aduce que no tenía el número en el Consejo de la Magistratura y en el Consejo de la Magistatura dicen sí teníamos el número para iniciar el juicio político.