El patrimonio arqueológico como pieza fundamental en la identidad nacional

28 de agosto, 2015 | 16.26

El patrimonio arqueológico de un pueblo es parte importante de su identidad nacional y da cuenta de la historia y el contexto cultural que le fue propio en una época determinada, la cual a su vez habla de la complejidad de las relaciones sociales de esa comunidad.

El patrimonio arqueológico es un recurso y a su vez un conjunto de bienes sociales, culturales y económicos, para su utilización tanto educativa como comercial (esta última de la mano del turismo) es imprescindible la puesta en valor, es decir su identificación y estimación social. Esto implica que, en el proceso de construcción sociocultural del pasado deben participar diferentes actores sociales, con mayor o menor grado de responsabilidad, pero todos con el compromiso de velar por los bienes culturales, tanto en el aspecto material como simbólico y significativo.

En Argentina la Ley Nacional 25743 de Protección de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico se sancionó en el 2003 y define al patrimonio como los objetos muebles e inmuebles que puedan proporcionar información sobre los grupos socioculturales que habitaron el país desde épocas precolombinas hasta épocas históricas recientes. También comprende restos arqueológicos subacuáticos. El patrimonio es de dominio público del estado nacional, provincial o municipal.

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En esta línea, el INAPL (Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano) fundado en 1943 tiene como parte de sus funciones las de preservar, documentar, difundir y asesorar sobre el patrimonio cultural tangible e intangible a nivel nacional; producir conocimientos y asesorar sobre estrategias de vida pasadas y presentes; investigar, recuperar, preservar, documentar y proteger los sitios arqueológicos, terrestres y subacuáticos y con arte rupestre; rescatar y fortalecer la memoria colectiva y del reconocimiento de nuestra identidad cultural, dentro de su diversidad y mestizaje, y el respeto por el pluralismo cultural y étnico; participar y asesorar en propuestas de alternativas de desarrollo sociocultural regional y en la planificación de políticas socioculturales.

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Teniendo en cuenta esta regulación y el trabajo de organismos y profesionales de la antropología social y la arqueología, es que estas prácticas cobran gran importancia a partir de la historia de colonización y descolonización que signan a Latinoamérica, resulta vital la restitución de más de 4000 piezas arqueológicas a Perú y Ecuador por parte de Argentina que Cristina Fernández de Kirchner anunció por cadena nacional el sábado pasado en el marco de la inauguración de 18 salas en el Museo Nacional de Bellas Artes. En la misma, la presidenta denunció que en algunos de los museos más importantes del mundo pueden verse "pedazos" de Grecia, de Egipto y de Siria, entre otros y que no han sido entregados a sus países de origen. Por eso, propuso como justo cobrar una patente cultural cuando no devuelvan las piezas del patrimonio cultural, al igual que los países desarrollados cobran patentes tecnológicas, medicinales o de semillas, para que los países en desarrollo puedan cobrar.

Esto pone a Argentina como el primer país de Latinoamérica en restituir parte de la identidad nacional a estos países, que como sucedió en toda la región, también vienen de una historia de brutales genocidios, degradación humana, arrebatamientos, y un articulada violencia social, política, institucional, y simbólica que ha dejado heridas que aún no cierran en la construcción identitaria de sus sociedades, es por eso que estos 4000 pedacitos de la historia del Perú y Ecuador serán un bálsamo simbólico a esa herida y resultan vitales para reconstruir un poco de su historia.