10 de marzo, 2020 | 07.00

Educación y Ciencia, de los brutales recortes de Macri a la épica reconstructiva de Alberto Fernández

La restitución de la Paritaria Nacional Docente y el pase a rango de ministerio a Ciencia, Innovación y Tecnología fueron dos de las medidas más trascendentales.

Dos de las áreas a las que el gobierno de Alberto Fernández impregna una épica reconstructiva son la educativa y la científica. La restitución de la Paritaria Nacional Docente, y devolverle el rango de ministerio a Ciencia, Innovación y Tecnología, son las marcas iniciales que determinaron un cambio de rumbo notable con las políticas públicas del macrismo.

Varias primeras medidas así lo demuestran, pero las restricciones de una gestión condicionada por el frente externo hacen que las expectativas sean moderadas por las propias limitaciones de la realidad económica.

El punto de partido es delicado. Durante el gobierno de Macri, el presupuesto en ciencia y tecnología cayó un 43% y el de educación, un 40%. En el horizonte de una administración que lleva 90 días hay buenas intenciones pero con un final incierto incluso para los más aventurados.

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Educación

En el Gobierno destacan la importancia de haber restituido la Paritaria Nacional Docente como un hecho fundacional de la gestión educativa. Un mecanismo reconocido y respaldado por la comunidad educativa para fijar el piso salarial docente en todo el país. El gobierno de Macri la había eliminado por decreto a principios de 2018.

El acuerdo estableció un piso salarial de 23 mil pesos, y de 25 mil pesos desde julio. Además, el gobierno suma una suma fija de $4840, que se pagarán en cuatro cuotas consecutivas entre abril y julio.

También ratificaron la vigencia del pago de los 1.210 pesos por cargo -hasta dos- en concepto del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid). Y la mesa paritaria queda abierta a lo largo del año para evaluar el impacto de la inflación sobre los salarios.

El gobierno se compromete a que en este 2020 el sueldo de maestras y maestros le gane a la inflación. Proyectan destinar un 4,8% del PBI en presupuesto educativo, con el objetivo de llegar -como en el 2015-, al 6% en los próximos cuatro años. Una meta que, en este contexto, puede resultar demasiado ambiciosa luego del del deterioro económico sufrido durante el gobierno de Macri, donde el presupuesto en educación cayó un 40%.

Según el propio presidente, que las clases hayan comenzado en la mayoría de las provincias en la fecha establecida “es el fruto del diálogo, comprensión y acuerdos” que intenta implementar, pese a que el normal funcionamiento y las discusiones de los gremios con los gobiernos provinciales continúan sin resolución definitiva en varios distritos. Los casos de Chubut, Tierra del Fuego, Santa Cruz y Santa Fe aparece como los más complejos y conflictivos.

“Educar, educar y educar para que haya futuro”, insistió Alberto Fernández en su primera apertura de sesiones ordinarias del Congreso nacional. Definió como prioridades de su gestión y de la del ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, equiparar las posibilidades de acceso a la educación pública, con el objetivo de “romper las desigualdades de cuna con que ingresan al colegio chicos y chicas”. Habló de crear un secundario de jornada extensiva que contenga a los jóvenes con mayores dificultades económicas -en articulación con centros culturales y clubes de barrio-, y de garantizar que cada adolescente vuelva a tener sus libros y una computadora.

Fernández remarcó que la clave será cumplir las leyes y sin la necesidad de impulsar nuevas. Y puntualizó en cuatro: la Ley de Financiamiento, que determina una inversión del 6% del PBI entre Nación y las provincias, la Ley de Educación Nacional, la Ley de Educación Técnica y la Ley de Educación Sexual Integral (ESI).

Anunció que enviará al Congreso una nueva Ley de Educación Superior para “fortalecer el sistema universitario”, una iniciativa sobre la que todavía no se conocen detalles pero generó gran expectativa en el mundo académico. Desde el ministerio que conduce Trotta -uno de los ministros con mayor actividad pública- dicen que la idea debe surgir del debate universitario, con una amplia participación dentro de los distintos claustros.

Otra medida que desde el oficialismo se ocupan en destacar es el relanzamiento de las becas ProgresAR, para que más de medio millón de jóvenes finalicen sus carreras.

En el marco del Plan Nacional de Lecturas, el gobierno anunció que destinarán más de 47 millones de pesos para que las bibliotecas populares adquieran 130.000 nuevos libros.

También está en agenda un eventual relanzamiento del Plan de Conectividad.

La revalorización de la educación pública es un elemento permanente en el discurso presidencial. La obsesión de Alberto Fernández es lograr que la Argentina se recupere económicamente -”poner a la Argentina de pie”- y que la escuela y la universidad acompañen a los jóvenes y a los sectores populares que fueron los más castigados durante los cuatro años de Cambiemos.

Ciencia, Tecnología e Innovación

La primera medida fue una promesa de campaña de Alberto Fernández: devolverle a la ciencia el rango de ministerio que le había quitado el macrismo. Dar una señal de que recuperar como política de Estado el desarrollo científico y tecnológico nacional es una de las prioridades.

El presidente destaca siempre que puede su orgullo de haber convocado al gobierno a numerosos científicos y científicas. “Somos un gobierno con científicos, no con CEO’s”, dijo Alberto Fernández ante la Asamblea Legislativa. Hay alrededor de veinte de investigadores del Conicet que ocupan cargos en la primera línea del gobierno. Tres son ministros, dos asesores presidenciales, ocho secretarios y subsecretarios, y varios directores nacionales.

Fernández aseguró que el Estado va a “revertir la tendencia a la caída presupuestaria observada en ciencia y tecnología en los últimos años”.

Desde el ministerio que conduce Roberto Salvarezza, consideran que lo primero es atender la urgencia de un sistema golpeado. Y marcan un doble objetivo: hacia adentro una recomposición y hacia afuera una apertura a la sociedad.

Su primer anuncio fue un aumento del cupo de investigadores y del monto de las becas.

Se duplicaron los ingresos de investigadores y técnicos del CONICET: de los 600 otorgados el año pasado a 1100 para el año 2020. Los subsidios de Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica tendrán un aumento de 25% que irá acompañado de 430 becas para incorporar jóvenes investigadores. Significa, según datos oficiales, una inyección de 262 millones de pesos.

El valor de las becas de los graduados universitarios fue deteriorándose hasta encontrarse por debajo de la línea de pobreza. El gobierno destinó 900 millones de pesos a aumentar los montos de las becas doctorales y posdoctorales que reciben investigadores e investigadoras del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica.

Ese primer combo tiene un objetivo: terminar con la fuga de cerebros, con un país que expulsa a sus investigadores por falta de recursos y oportunidades. Aunque falta mucho para recomponer la situación, los científicos y científicas observan en estos primeros tres meses de gestión que vuelven a ser valorados.  El ministro Salvarezza remarca la importancia de "cambiar la percepción de nuestros jóvenes".

Sobre el programa de repatriación de científicos que funcionó durante el kirchnerismo, Raíces, en el ministerio afirman que "está en funcionamiento”, pero para que vuelva a ser efectivo hay que cambiar las condiciones actuales. Eso, además de presupuesto, requiere tiempo.

Fueron cuatro años de retroceso evidente. El presupuesto en CyT cayó 43% durante el gobierno de Macri, con la particularidad de que Lino Barañao se mantuvo en el cargo pese al cambio de gobierno en diciembre de 2015. No significó una continuidad de una política de Estado. Barañao fue un testigo impávido de la rebaja de jerarquía de su cartera, en una gestión fuertemente cuestionada por la comunidad científica argentina. Por esa razón, entre otras, fue que le brindaron un respaldo contundente a Alberto Fernández en su campaña presidencial.

La Argentina hacia el futuro. Partió a Cabo Cañaveral, Estados Unidos, el satélite SAOCOM 1B, resultado de un proyecto que comenzó a planificarse en 2007. Será lanzado al espacio el 30 de marzo y, según el Gobierno, "desde el punto de vista estratégico vuelve a consolidar el liderazgo regional que tiene Argentina en materia espacial”. Es la misión espacial más compleja que haya encarado la Argentina.

Las cuentas pendientes y desafíos, según investigadores consultados por El Destape: incrementar los salarios de los Investigadores de Carrera; federalizar un sistema científico y tecnológico históricamente unitario, concentrado en los grandes centros urbanos; la articulación con otras carteras; y el despliegue de un plan a futuro para discutir y especificar cuál puede ser el aporte de la ciencia y la tecnología argentina en las próximas décadas.

En el ministerio consideran que para una segunda etapa es necesario “abrir el sistema de ciencia a todo el Estado nacional, que tiene múltiples necesidades, desde la emergencia económica hasta temas relacionados con la producción y el medio ambiente".