En recientes declaraciones, el ministro de Producción, Dante Sica, admitió que "por la devaluación y la sequía hay una "desaceleración" de la actividad económica, que impacta de lleno en las pymes”. Además, agregó que el aumento de la tasa de interés de referencia (que es hoy del 40%) se utilizó para atenuar la crisis cambiaria, pero para bajarla dijo que es fundamental "que la economía se estabilice".
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Lo que no menciona el flamante reemplazante de Cabrera es que hubo una serie de medidas que tuvieron, como conclusión, una crisis es inducida. A la devaluación de 2015 y su impacto durante todo el 2016, habría que sumar la devaluación de junio de 2017, la de diciembre del mismo año, y que se extiende a la actualidad, la mayor del período cuando la divisa estadounidense pasó de 19 a 29 pesos. Lo único que atinó a realizar el Banco Central fue aumentar la tasa de referencia y crear un plazo fijo para depositantes que cuenten con un mínimo de 20 millones de pesos, se infiere que el país está sometido a una devaluación permanente y un riesgo permanente, un rodrigazo constante.
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La aceleración en el tipo de cambio es una consecuencia de algunos desequilibrios económicos que tienen un claro objetivo: desindustrialización por competencia darwinista, precarización laboral y empresarial –de la pyme y cooperativas- vía incentivo individualista –emprendedurismo- y desregulación del comercio interior y exterior con bases en el libre comercio. Estos tres puntos se relacionan con los objetivos económicos para el cambio cultural y político. Esto es lo que no puede describir Sica. Además, no puede criticar la libre compra de dólares, la libre movilidad de capitales ni que los exportadores traigan las divisas de la exportación al sistema financiero internacional.
¿Qué puede hacer entonces el ministro de la cartera de producción? ¿Alcanzara con otorgar créditos? No, porque el poder adquisitivo está en caída producto de las devaluaciones y de las paritarias que no compensaron los aumentos de precios. ¿Podrá Dante Sica doblegar la lógica financiera de la economía? En enero de 2017 se decide crear un plazo fijo para quienes pueden depositar, como mínimo, 20 millones de pesos a una tasa anual del 20%. Para mayo de 2018 la tasa era casi del 30%, sumado a la tasa de referencia 47%, no hay margen para la economía real.
Por ende ¿Asumió por una cuestión de favores? Volviendo al tema de las líneas de créditos, no vaya a ser que se utilicen esos créditos para cuestiones financieras especulativas como compra de dólares o en otros casos pagar aguinaldos o impuestos; la famosa trampa de liquidez “periférica” ¿Cómo hará Sica para que los empresarias tomen esos créditos e inviertan para reactivar la economía? Tiene muy pocas probalidades de lograrlo. Si hay alguna regulación que afecte las condiciones de mercado emergente (que recién se confirmara en mayo de 2019) y del FMI la cosa se complicará, pero si no hace nada también.
En este contexto hay que sumar que la quita de subsidios económicos generó un mayor costo en los hogares y principalmente en las empresas. Esta situación llevó a producir con energía cara. Situación que muchas empresas no pudieron sortear. Porque fue a partir de febrero de 2017 que se incrementó el ratio de cheques rechazados no cobrados sobre compensados. Durante el 2017 creció un 50% y los datos del año 2018 todavía no son publicados por parte del Banco Central ¿Por eso enviaron a Sica a comunicar esta situación?
La creación de un plazo fijo para depositantes con 20 millones de pesos y la suba de la tasa de la LEBAC sirvieron para absorber las sumas de pesos de la rentabilidad financiera, situación que se complicó cuando la demanda de dólares se aceleró.
No obstante, la economía real seguía sin ningún salvavidas. Los datos del Estimador Mensual Industrial (EMI) en mayo confirman una caída del 1.2% comparado con 2018, y el del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) -que es un proxi del PIB- mostró una caída del 0,9% en mayo con respecto al año anterior. Pasamos de la turbulencia financiera a la “turbulencia real”.
Otro aspecto que señala Sica es que la morosidad del sistema financiero se mantiene estable, en cierta forma es certero, pero mientras el sistema financiero se mantiene un 2%, lejos del 40% del 2001. Desde diciembre de 2015 a abril de 2018 la banca extranjera tuvo un incremento de morosidad del 58% mientras que bancos privados nacionales fue del 16%. Si bien no está rota la cadena de pagos, los cheques rechazados que aumentaron en un 50% y este aumento de la morosidad de la banca extranjera –en un 58%- muestran alertas desde el 2017 que recién son puestas sobre la mesa. Nada tiene que ver la que sequía ni los cambios externos, sino que fueron las mismas políticas económicas que adopto el gobierno los que lo llevaron a esta situación.
* El autor es economista del departamento de Economía Política del Centro Cultural de la Cooperación (CCC).