El fabricante japonés de la marca de walkie-talkies vinculada a las explosiones dirigidas contra el grupo armado Hezbolá que mataron a 20 personas en Líbano e hirieron a cientos de otras afirmó que no podía haber fabricado los dispositivos explosivos.
"Es imposible que una bomba se haya integrado en uno de nuestros dispositivos durante la fabricación. El proceso está muy automatizado y es muy rápido, así que no hay tiempo para esas cosas", dijo el jueves a Reuters Yoshiki Enomoto, director de ICOM, a las puertas de la sede de la empresa en Osaka, Japón.
La detonación de radios portátiles utilizadas por Hezbolá el miércoles en los suburbios de Beirut y el valle de la Bekaa se produjo tras una serie de explosiones de buscapersonas electrónicos el martes que causaron la muerte de al menos 12 personas, entre ellas dos niños, y heridas a otras 3.000.
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ICOM ha declarado que interrumpió la producción de los modelos de radio identificados en el ataque hace una década y que la mayoría de los que siguen a la venta son falsificaciones.
"Si resulta ser una falsificación, tendremos que investigar cómo alguien ha creado una bomba que se parece a nuestro producto. Si es auténtica, tendremos que rastrear su distribución para averiguar cómo acabó allí", dijo Enomoto.
Con información de Reuters