Desde hace décadas, La Rioja enfrenta una crisis hídrica estructural marcada por la escasez de lluvias, la sobreexplotación de acuíferos y profundas desigualdades en el acceso al agua potable y al riego productivo, una situación que se agravó en los últimos años por el impacto del cambio climático y la retracción de la inversión nacional en obra pública. En ese contexto, el gobierno de Ricardo Quintela impulsó durante 2025 un programa de obras decisivas para combatir la emergencia hídrica.
Según informó el Ministerio de Agua y Energía, Adolfo Scaglioni, la situación se agrava en un contexto climático crítico: 2024 fue el año más cálido desde 1961, con un déficit significativo de lluvias. Las altas temperaturas sostenidas y la falta de precipitaciones impactaron directamente en la baja recuperación de perforaciones y drenes, la disminución del caudal en ríos y tomas superficiales, el aumento del consumo por las olas de calor y la merma del agua disponible en reservorios y canales.
Con respecto a las obras para revertir la situación, el gobernador inauguró una nueva perforación en el barrio Las Talas, destinada a mejorar el acceso al agua potable para más de 1.200 familias de la zona sur de la capital riojana. La perforación, ubicada en el Parque Lineal Las Talas, permite extraer 160 mil litros de agua por hora y abastecer a más de mil viviendas, y refuerza el suministro en un contexto de creciente demanda y escasez. El Gobernador subrayó entonces la responsabilidad del Estado en garantizar el acceso igualitario a un recurso esencial y destacó el trabajo sostenido en la captación y conducción del agua en todo el territorio.
Asimismo en mayo, el mandatario provincial inauguró el acueducto Los Horneros, una obra fundamental que aseguró el acceso permanente al agua potable para la comunidad local. El proyecto, inicialmente planificado en 8 kilómetros, se extendió finalmente a 11 y sumó un sistema de canillas comunitarias conectadas directamente a la red, lo que permite a las familias abastecerse sin depender de camiones cisterna ni de conexiones domiciliarias.
La obra, que también fortalecerá el desarrollo turístico del departamento, surgió como respuesta directa a una emergencia hídrica particular que atravesó la zona tras una fuerte tormenta. Además, se ejecutaron desagües pluviales para evitar inundaciones y se aprovechó el excedente del dique La Aguadita para llenar represas rurales destinadas a productores y ganaderos.
Las mejoras hídricas para los riojanos
En septiembre, el gobierno inició la primera etapa de la reparación del sistema de riego en Pinchas, departamento Castro Barros. La obra, financiada íntegramente por la Provincia ante la decisión del Gobierno nacional de recortar fondos y desfinanciar la obra pública, busca optimizar la distribución de agua para la producción en una zona duramente afectada por la sequía.
Los trabajos avanzan en tres etapas e incluyen limpieza y reacondicionamiento de estanques, construcción de nuevas losas de hormigón, reparación de compuertas y válvulas, con mejoras estructurales que permitirán una gestión más eficiente del recurso y facilitarán futuros mantenimientos.
En paralelo, durante noviembre continuaron las obras de modernización integral en la Planta Potabilizadora de Santa Cruz, en el departamento Famatina. Este proyecto busca resolver deficiencias históricas y garantizar un servicio más estable y seguro para la población. Los trabajos incluyen el reemplazo de válvulas, la reparación de filtros lentos, la refacción del depósito general y de la casilla de cloración, además de mejoras en las cámaras de válvulas y el cierre perimetral. Las autoridades remarcaron que las tareas avanzan según lo previsto y que son claves para sostener la provisión frente a la baja pluviometría y el aumento de la demanda.
Planificación a largo plazo
A estas acciones se sumó un hito estratégico: el gobierno riojano recibió el documento final del Plan Maestro para el sector hídrico, desarrollado junto al Consejo Federal de Inversiones (CFI) y una consultora internacional. El plan establece una proyección de 25 años, hasta 2050, y traza lineamientos para enfrentar la sequía estructural que afecta a la provincia.
Propone una planificación basada en la captación, almacenamiento y distribución del recurso; la eficiencia en sistemas de riego; la seguridad hídrica urbana y rural; la regulación del consumo; y mecanismos de financiamiento que permitan ejecutar infraestructura clave como acueductos, presas y sistemas de distribución.
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El ministro de Agua y Energía, Adolfo Scaglioni, señaló que La Rioja enfrenta “la mayor carencia hídrica del país” y destacó que gran parte de los acueductos recientes se construyeron con recursos propios y mano de obra local, ante la falta de financiamiento nacional. Como resultado del plan, se acordó avanzar hacia la creación de una Mesa del Agua, un espacio de articulación permanente entre organismos públicos, privados y técnicos para monitorear el recurso y coordinar decisiones a futuro.
Con inversiones concretas, obras estratégicas y una planificación de largo plazo, el gobierno riojano logró fortalecer durante todo el 2025 su sistema hídrico, para así garantizar un uso equitativo del agua en toda la provincia, una condición indispensable para el desarrollo económico, social y productivo.
