Las comidas del NEA (Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes) son mucho más que alimento: expresan encuentro, identidad y territorio. En cada plato se condensan tradiciones y saberes transmitidos de generación en generación. En ese marco, muchas preparaciones típicas se convierten en protagonistas de las mesas de fin de año. El Destape acerca una selección de recetas simples y sabrosas para cocinar y compartir en familia.
En esta oportunidad, vamos a presentar cuatro cómidas típicas: Chipa Guazú, Sopa Paraguaya, Mbejú, y Pescados de río (surubí, pacú, dorado).
Receta de chipa guazú: fácil y rico
Un plato típico de la gastronomía paraguaya que se adoptó a la versión nacional, especialmente popular en la región del Guairá. Está hecho a base de maíz molido y queso, que suele llevar también cebolla, leche, huevo y hierbas aromáticas. La provincia de Formosa, por su cercanía con este país, también consume a diario este plato que mezcla sabores e historia.
Ingredientes
8 mazorcas frescas de choclo
4 huevos
250 gramos de queso
250 centímetros cúbicos de leche
2 cebollas
Sal
Pimienta
Paso a paso
Rallar los choclos en un recipiente profundo y con la parte más gruesa del rallado. En caso de hacerlo con granos de choclos congelados o en lata, se puede usar un procesador de alimentos, agregando leche poco a poco.
Saltear las cebollas finamente picadas en una sartén con aceite neutro caliente. Se van a saltear hasta que se vuelvan transparentes y no tomen color.
Una vez listas las cebollas, agregarlas al choclo rallado y mezclarlos. Agregar los huevos a la mezcla para integrarlos a la receta.
Vertir la leche y seguir mezclando hasta conseguir una pasta homogénea de color amarillo pálido. Desmenuzar el queso con las manos y precalentar el horno a 180 ºC.
Cuando el horno esté caliente, agregar el queso a la masa y mezclar bien. Vertir la masa en una placa para horno engrasada (con aceite o manteca) y hornear el chipa guazú en la parte media del horno durante 35 minutos. Una vez que tenga un dorado parejo en la superficie, retirar el molde del horno y dejar que se enfríe.
Receta de sopa paraguaya: ingredientes y sus pasos a seguir
Si bien es originaria del país limítrofe, con los años pasó a tener una identidad Argentina que realmente se marca en su preparación. Esta receta es producto de la influencia de los jesuitas en la comida del pueblo guaraní y forma parte de todas las celebraciones paraguayas, desde los asados hasta los casamientos. Por su proximidad geográfica, es una de las provincias Argentinas que consume a diario este plato es Formosa.
A pesar de su nombre, la sopa paraguaya no es una sopa en sí misma, sino una especie de pastel salado hecho a base de harina de maíz, queso, cebolla, leche y grasa de cerdo que cautiva a quienes la prueban.
Ingredientes
300 gramos de harina de maíz o paraguaya
500 centímetros cúbicos de leche
1 cebolla
15 centímetros cúbicos de aceite
3 huevos
400 gramos de queso blando (cremoso, mozzarella, cuartirolo, port salut)
50 gramos de queso duro (reggianito, sardo, parmesano)
Paso a paso
Pelar y cortar las cebollas en juliana. Luego, saltearlas con el aceite caliente hasta que empiecen a estar transparentes, momento en el que se debe apagar el fuego y reservarlas.
En un bol grande, mezclar el huevo con la leche, los condimentos y la harina hasta lograr una consistencia homogénea. A pesar de llamarse igual, no es polenta; la harina de maíz es más fina. De todas formas puede reemplazarse la harina con polenta sin problemas. Rallar el queso duro y cortar en cubos el queso blando. Agregarlos a la preparación anterior junto con la cebolla para integrar todos los ingredientes.
Rociar el aceite en una asadera apta para horno y volcar en ella la sopa paraguaya. Hornearla por 30 minutos aproximadamente. Retirar la sopa paraguaya del horno una vez que esté dorada y firme. Se puede servirse caliente, a temperatura ambiente o incluso fría, según el gusto.
Mbejú
El mbejú es mucho más que una comida típica del NEA: es una expresión viva de la cultura guaraní que atraviesa generaciones en Formosa, Corrientes, Misiones, Chaco y Paraguay. Su nombre proviene del guaraní mbeyú, que significa “torta aplastada”, una definición sencilla para una preparación cargada de identidad y memoria colectiva.
Su presencia en la gastronomía regional habla de un modo de habitar el territorio. En un contexto donde muchas recetas se pierden o se transforman, el mbejú sigue siendo símbolo de resistencia cultural, identidad y pertenencia, una muestra de que la cocina también es historia y raíz.
Ingredientes:
250 g de almidón de mandioca
150 g de queso (criollo, pategrás, fresco o semiduro rallado)
50 g de manteca o grasa
1 pizca de sal
Un chorrito de leche (opcional, solo si hace falta)
Paso por paso
En un bol, colocá el almidón de mandioca con la sal. Agregá la manteca blanda y desarmá con los dedos hasta lograr una textura arenosa.
Sumá el queso rallado y mezclá bien, siempre sin amasar. Si la mezcla está muy seca, agregá apenas un chorrito de leche (muy poco).
Calentá una sartén antiadherente a fuego medio, sin aceite. Volcá la mezcla, acomodala suavemente formando un disco y dejá cocinar hasta que se dore por abajo. Con ayuda de un plato o espátula, dalo vuelta y dorá del otro lado. Se puede comer frío o caliente.
Pescado de río
El pescado de río es uno de los pilares de la identidad gastronómica del NEA y del Litoral argentino. No es solo un alimento: es parte del paisaje, del modo de vida y de la memoria colectiva de las comunidades que crecieron a orillas del Paraná, el Paraguay y sus afluentes. En Formosa, Corrientes, Chaco y Misiones, el río marca los tiempos, las costumbres y también lo que llega a la mesa.
Es común que el pescado sea protagonista de reuniones familiares, celebraciones populares y encuentros comunitarios. Surubí, pacú, dorado, sábalo o boga se preparan de múltiples maneras, pero siempre conservando una lógica simple y respetuosa del producto. A la parrilla, frito, en chupín o en guisos, el pescado de río se cocina sin excesos, resaltando su sabor natural y acompañándolo con ingredientes básicos como limón, mandioca, ensaladas frescas o arroz.
Formas de cocción
A la parrilla: es una de las formas más tradicionales. El pescado —entero o en postas— se cocina lentamente sobre brasas, apenas condimentado con sal gruesa, limón o hierbas. Resalta el sabor natural y suele compartirse en reuniones familiares o festejos populares.
Frito: muy común en bodegones y casas del litoral. Se pasa el pescado por harina de maíz o de trigo y se fríe en abundante aceite. Crujiente por fuera y tierno por dentro, se sirve con mandioca, ensalada o limón.
En chupín: un guiso clásico del río. Se cocina en olla con cebolla, morrón, tomate, ajo y especias. Es una preparación rendidora, ideal para compartir, y refleja la cocina del “puchero” y la olla grande.
Al horno: una opción sencilla y muy usada en el hogar. El pescado se hornea con verduras, limón y condimentos, logrando una preparación liviana que conserva la jugosidad.
Empanadas o croquetas: el pescado desmenuzado se convierte en relleno de empanadas o en frituras caseras, una forma popular de aprovechar la pesca diaria y multiplicar el plato para toda la familia.
