Podría ser motivo de festejo. La economía argentina terminó el 2021 con una recuperación considerablemente mayor a la esperada, esto es cerca de 10 puntos del PBI, lo que la ubica en casi el doble de los 5,5 por ciento que se estimaba oficialmente a fines de 2020, cuando se sancionó el Presupuesto 2021.
De hecho, tal como lo informó recientemente el Ministerio de Desarrollo, la economía del 2021 aún se encuentra por debajo de 2019, pero al analizar el crecimiento de los últimos meses, el país se encuentra superando la recesión en la que dejó al país la alianza Cambiemos, más precisamente en un 0,5 por ciento al comparar el tercer trimestre del 2021 con el mismo período de 2019, e incluso un 1,6 por ciento si se la mide contra el cuarto y último trimestre del macrismo. Un crecimiento que, incluso, podría ser aún mayor, si la continuidad de la pandemia no incidiría en algunos rubros especialmente sensibles a la misma como hoteles y restaurantes, servicios culturales, o transporte, que cayeron en ese período un 38,2, un 36,3, y un 23,3 por ciento respectivamente.
Por el contrario, aquellos rubros menos afectados de forma directa por la crisis sanitaria, crecieron sustantivamente por encima del último año de gestión del gobierno macrista, más precisamente comercio (+10,8 por ciento), industria manufacturera (+8,3 por ciento) o construcción (+4,3 por ciento).
Aún más, el rubro de industria manufacturera, el que mejor calidad de empleo genera, tuvo en los primeros diez meses de 2021 a 12 de los 14 sectores industriales consumiendo más energía que en el mismo lapso de 2019, además de generar 40.000 nuevos puestos de trabajo y crecer un 5,5 por ciento por encima de las etapas finales del gobierno de la alianza Cambiemos, en un registro que a nivel mundial fue solo superada por China, que tuvo un 13,1 por ciento de crecimiento en el tercer trimestre de este año, de acuerdo al Centro de Estudios para la Producción CEP XXI.
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Estos positivos datos duros, que exhibirían aciertos en la gestión económica del actual gobierno, -o bien demuestran el nivel de la gestión económica de la alianza Cambiemos-, empiezan a ser mucho menos contundentes a la hora de analizar cómo se distribuyeron esos beneficios.
Cuatro
En efecto, un informe del Centro Cifra de la CTA da cuenta que esta reactivación fue contemporánea a una caída en la participación de los asalariados, con “la contracara de la importante recuperación de la rentabilidad empresarias en detrimento de los salarios y de las empresas de menores dimensiones”. En cifras, del informe se desprende que mientras que en el segundo trimestre de 2020 4,98 pesos de cada 10 producidos correspondía al sector laboral, para el mismo período de 2021 esta cifra se redujo a 4 de cada diez. Si bien a partir del tercer trimestre la tendencia se revirtió levemente, gracias a un crecimiento trimestral del 4,1 por ciento, este guarismo no alcanzó a compensar la parte pérdida, pero por sobre todo resulta altamente probable que el recalentamiento inflacionario que se vivió a partir de septiembre haya marcado otro regreso a los cuatro que midió el Centro Cifra.
De alguna forma, 2021 finalizó con aquellos cuatro “vivos”, que a decir de CFK podrían quedarse con el fuerte crecimiento. Y es que si para fines diciembre de 2020, cuando dio este recordado discurso, la vicepresidenta planteaba que “hoy tenemos un retraso salarial importante”, el panorama luce aún más complejo en la actualidad, teniendo en cuenta la regresión que sufrió el sector asalariado desde ese momento hasta la actualidad, en relación al capital.
Es por eso que, tal como se señala desde el Centro Cifra, mientras que durante sus cuatro años de gobierno la alianza Cambiemos llevó adelante una reducción de los salarios de sector privado en un 19 por ciento y del sector público del 23,1 por ciento, en los dos años de la actual gestión, aunque levemente, se amplificó este guarismo, al perder un 19,3 por ciento y un 24,8 por ciento en relación a noviembre de 2015.
Paradójicamente, un gobierno que subió con la consigna de la redistribución como factor de demanda interna y crecimiento, exhibe una fuerte suba del PBI, pero desvinculada de la mejora en salarial. Ello no implica, sin embargo, que el crecimiento no haya derramado: mientras que para el tercer trimestre de 2019 la tasa de desocupación era del 9,7 por ciento de la Población Económicamente Activa, y para el mismo lapso del año pasado del 11,7, en el tercero de este año se redujo al 8,2 por ciento, incluso frente a una mayor demanda laboral producto de las aperturas post segunda ola de pandemia.
Graduado en Comunicación y Economía por la Universidad de Buenos Aires y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Desarrolló su labor como periodista económico en las publicaciones Página/12, Miradas al Sur, Forbes, y como columnista económico en los noticieros del canal CN23. Autor del libro “José Ber Gelbard”, Universidad de General Sarmiento, 2019.