Este martes se registró una fuerte corrida hacia al dólar, que derivó en una importante suba en los precios de la divisa paralela, llegando a la zona de 500 pesos. A las 13 horas, el ministro de Economía, Sergio Massa, ordenó al Banco Central intervenir para bajar los dólares financieros, que lograron recortar buena parte de la escalada en las últimas horas. “Cada vez que vea especulación, Massa va a intervenir”, señalaron a El Destape fuentes del Palacio de Hacienda. Previo a la intervención, el ministro comunicó que, con la intención de tener mayor libertad de acción frente a eventuales corridas, le había anticipado al Fondo Monetario la prohibición de operar en los dólares financieros con venta de bonos “entraba en revisión porque él tiene la obligación de mantener la estabilidad en el país”. El Fondo corroboró que se trabaja en las condiciones del acuerdo. En este sentido, se conocieron por estas horas distintas alternativas para frenar la crisis cambiaria.
Junto a la presión especulativa de una parte de los actores económicos que buscan una brusca devaluación de la moneda se conjugan factores políticos y financieros que abonan la expectativa de suba del dólar. Principalmente, la puja distributiva y su correlación con la suba de precios. La puja distributiva se dispara por costos macroeconómicos que influyen en el proceso de producción de la mayoría de los bienes: tarifas, salarios, productos importados, combustibles y valor del dólar, entre otros. De tal manera, la inflación está principalmente motorizada por los precios de los alimentos y la devaluación del tipo de cambio. “Todo esto es producto del acuerdo firmado con el FMI y la endeblez de las reservas”, señaló un documento de la Universidad Nacional de Moreno.
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El tipo de cambio presenta actualmente un ritmo de devaluación de entre el 5 y 7 por ciento mensual. Esta devaluación se traslada al precio de los bienes que tienen algún componente importado, lo que, a su vez, disminuye el poder adquisitivo de los salarios. Esto último, agravado por los bienes exportados mediados por el tipo de cambio que imponen presiones en el mercado interno.
Por su parte, la sequía hizo que aumentaran los precios de los alimentos en la economía nacional cuando se observa una tendencia a la baja de estos precios a nivel internacional, después de la pandemia y la guerra. “En definitiva, estos dos elementos (dólar y alimentos) explican los actuales índices de precios que, en un país con una fuerte organización sindical, implica que los trabajadores se organicen y luchen para resguardar su poder adquisitivo deteriorado por los precios en alza, retroalimentando el proceso ya que los salarios son también un bien básico que participan en la producción de la mayoría de los bienes”, indicó el informe que realizaron los investigadores Fernando Córdoba y Lucas Benitez.
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Recetas para bajar tensiones
La situación es compleja y las recetas mágicas, como una devaluación de shock o dolarizar la economía, no existen. Hoy la falta de dólares es la causa principal para entender la coyuntura inflacionaria, problema que se agudiza por la sequía y la posibilidad que dejen de ingresar divisas por exportaciones al Banco Central por un valor cercano a los 20.000 millones de dólares. “Frente al último dato desalentador del Índice de Precios al Consumidor (IPC) surgen diferentes propuestas de estabilización. El ajuste del gasto público oficiará de la opción menos mala ante el peor escenario posible: una devaluación”, señala el documento.
Si el diagnóstico es que la falta de divisas es la principal causa del aumento de precios, las políticas deben apuntar hacia renegociar a la baja la meta de reservas y reducir el esquema de devaluaciones periódicas acordadas con el FMI. “No se encuentran experiencias en el mundo dónde se haya solucionado el problema de la inflación sin anclar el precio del dólar. Además, sería importante conseguir financiamiento externo por parte del organismo atendiendo la problemática de la sequía”, destaca la propuesta del documento de la Universidad de Moreno.
La medida implicaría evitar una acción política negativa, como es ahorrar divisas mediante una baja del gasto público que reduzca el nivel de actividad interno. Con el actual nivel de pérdida de reservas, la recesión debería llegar a una caída de 3 por ciento, algo impensado para el Gobierno, ya que el aumento del desempleo dará por tierra con sus chances electorales. Este escenario de inestabilidad genera expectativas de devaluaciones aún mayores que se reflejan en la dinámica de los precios y que impiden que los ingresos de los trabajadores le ganen a la inflación porque los primeros suben por el ascensor y los salarios por la escalera.
“En conclusión, si se renegocia exitosamente el acuerdo de metas con el FMI y se consigue financiamiento externo adicional o un préstamo de emergencia con el organismo, los próximos índices de precios podrían ir descendiendo lentamente. De lo contrario, el gobierno tendría que realizar una fuerte devaluación que acelerará la actual dinámica de precios o impulsar una baja del gasto público con el objetivo de ahorrar reservas”, concluye el informe de la alta casa de estudios de Moreno.
El economista Horacio Rovelli, de Cifra-CTA, advierte que el Banco Central cuenta actualmente con 19.000 millones de dólares en yuanes, de los cuales podría usar 1000 millones, al menos, para frenar la corrida. Desde el centro de estudios de la entidad gremial se propone también la suspensión inmediata del acuerdo con el FMI y de todos los pagos de la deuda externa, dice Rovelli.
Apuntan directamente con los empresarios sospechados por evasión fiscal durante la gestión de Cambiemos. “Estamos al borde de la cesación de pagos por una deuda que no se investigó, por ende, que se llame a un referéndum para que se apruebe el Proyecto de Senador Nacional por Neuquén, Oscar Parrilli -iniciativa que fue aprobada por el Senado de la Nación y que tiene Dictamen por la mayoría (básicamente el Frente de Todos) y por la minoría (básicamente Juntos por el Cambio) en la Cámara de Diputados de la Nación- para convocar a los administradores de las empresas que compraron 24.679 millones de dólares en la gestión de Cambiemos y obligarles a abrir sus estados contables, para que justifiquen la operatoria y en caso de evasión fiscal, multarlas”, señala la propuesta.
Con esos recursos evadidos, se planea constituir un fondo para la cancelación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional. Al disminuir la deuda de la Administración Nacional, disminuiría la presión al incremento permanente del precio de la divisa norteamericana en nuestro país.
El economista, integrante también del equipo económico de la agrupación Soberanxs, propone además declarar la Emergencia Cambiaria, que fue establecida por el Decreto N° 2581 del 10 de abril de 1964, con la finalidad que el BCRA en cumplimiento de sus misiones y funciones preserve las reservas internacionales y programe su utilización para el pago de deuda pública y de financiamiento de obras y servicios públicos y, obligue al sector privado a financiarse las importaciones y los pagos de su deuda. A su vez, impone fechas perentorias (dependiendo del nomenclador arancelario del bien o servicio que se trate) de liquidación de las operaciones de exportación. De esta forma le confiere atribuciones al BCRA al ser el “cambista” en última instancia, para preservar las reservas internacionales y venderlas bajo una programación de prioridades.
Se exhorta además que la autoridad monetaria que conduce Miguel Pesce aplique la Ley 19.359, la cual establece que solo pueden operar en cambio las entidades autorizadas por el BCRA. “Y le confiere las facultades al BCRA de la fiscalización integral. Y en el artículo 17 al conferirle el rol de juez de instrucción por ende puede requerir de la justicia la orden de detención, incluso en uso de la fuerza pública”, explica Rovelli.
El otro factor a tener en cuenta es evitar que el precio del dólar informal, blue, negro o como se lo quiera llamar, incida sobre los precios. En sintonía con la amenaza del ministro Massa, se proyecta promueve intervenir para castigar ese delito, utilizando el poder de policía financiera que tiene la Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias del Central, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos, la Comisión Nacional de Valores, la AFIP, el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social y la Unidad de Investigaciones Financieras.
“Además, vamos a usar a la Justicia Penal económica como vehículo de investigación y esclarecimiento de algunos comportamientos y a la UIF y a la CNV para el análisis de operaciones vinculadas al lavado de dinero”, publicó Massa en Twitter el martes. Desde Cifra se promueve, al respecto, levantar los Secretos Fiscal, Financieros, y Bursátil y facultar a la Comisión Bicameral Permanente de Seguimiento y Control de la Gestión de Contratación y de Pago de la Deuda Exterior de la Nación, para que investigue y determine la evasión y la fuga de capitales en la Argentina, al menos desde la gestión de Cambiemos. En ese marco, se promueve establecer cupos de exportación.