Cada diciembre aumenta la expectativa por el Sueldo Anual Complementario (SAC), más conocido como aguinaldo, que se convierte en un refuerzo clave para el ingreso de trabajadores y jubilados en Argentina. El aguinaldo debe abonarse obligatoriamente tanto en el sector privado como en el público, y su cumplimiento es controlado por organismos estatales, debido a su importancia para el equilibrio financiero de millones de hogares hacia el cierre del año.
La legislación vigente, respaldada por la Ley de Contrato de Trabajo Nº 20.744, establece una fecha precisa: la segunda cuota del aguinaldo —correspondiente al semestre julio-diciembre— debe depositarse como máximo el día 18 de diciembre de 2025. Si ese día no fuera laborable, el pago debe adelantarse al último día hábil previo.
Además, existe un margen administrativo adicional: la normativa admite hasta cuatro días hábiles posteriores para que el dinero quede efectivamente acreditado, lo que extiende el plazo límite al 24 de diciembre de 2025. Dentro de ese período, el depósito es considerado regular y no genera incumplimientos.
El empleador tiene la obligación de respetar estas fechas. Si el aguinaldo no es transferido dentro del plazo, el trabajador puede realizar una denuncia ante las autoridades laborales o el sindicato correspondiente. El incumplimiento puede derivar en sanciones económicas para la empresa.
Quiénes tienen derecho a cobrar el aguinaldo
El SAC corresponde a todas las personas que trabajan bajo relación de dependencia, ya sea en empresas, en la administración pública, en el sector rural o dentro del servicio doméstico formal. La normativa también incluye a jubilados y pensionados del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), quienes lo perciben en fechas equivalentes como Prestación Anual Complementaria.
Quedan excluidos los monotributistas, trabajadores autónomos y quienes desarrollan actividades independientes, salvo que exista una norma especial que los incorpore. Los pasantes o practicantes solo acceden si los convenios de su modalidad educativa o laboral lo prevén expresamente.
El derecho al aguinaldo no se reduce por vacaciones, licencias pagas, enfermedad justificada ni suspensiones con goce de salario. Si se produce una desvinculación laboral —ya sea despido, renuncia o finalización del vínculo— el empleador debe pagar una parte proporcional según el tiempo efectivamente trabajado durante el semestre.
Cómo se calcula el aguinaldo
La ley argentina establece que el SAC equivale al 50% del salario mensual más alto percibido durante los seis meses previos, incluyendo sueldo básico, comisiones, horas extra y demás conceptos remunerativos habituales.
En el recibo se detalla el monto bruto y luego se aplican los descuentos obligatorios: jubilación (11%), obra social (3%), PAMI (3%) y, si corresponde, la contribución sindical. En el caso de ingresos variables, se toma el mes con mayor remuneración como referencia.
Para jubilados, la ley 24.241 aplica el mismo criterio: el aguinaldo se calcula sobre la mitad del haber mensual más alto del semestre anterior. Los bonos extraordinarios no forman parte del cálculo, salvo decisión oficial.
