El colon irritable, que también se conoce como colitis mucosa, síndrome del intestino irritable o colon espástico, es una enfermedad intestinal que provoca dolores abdominales y cambios en el tránsito intestinal, alternando períodos de estreñimiento con descomposición o diarrea. Las personas que lo padecen pueden llegar a sentirse inseguras para seguir con una vida normal ante los síntomas que pueden llegar a tener. ¿Cómo se lo puede controlar?
Principales síntomas del Colon Irritable
El colon irritable, cuyo nombre correcto es el Síndrome del Intestino Irritable (SII), es una enfermedad que tiene una incidencia muy diferente según el país. El cerebro y el intestino están muy relacionados. El estado de ánimo de una persona influye directamente en las secreciones intestinales. Cuando se pasa miedo, enfados, disgustos, ansiedad,… se segrega bilis. La bilis tiene la función de digerir las grasas en el intestino, pero es muy laxante. Por lo tanto, si una situación personal provoca que se libere bilis en el intestino, cuando no se está realizando la digestión, es muy probable que desemboque en una diarrea.
El perfil de las personas que sufren colon irritable ha cambiado un poco. Inicialmente se veía sobre todo en mujeres de mediana edad, con un nivel elevado de autoexigencia y un carácter controlador. Actualmente esta enfermedad también afecta a personas jóvenes, y hasta a niños. El colon irritable es una enfermedad crónica (aunque puede ser momentánea en algunos casos) que se manifiesta con dolor y distensión abdominal. Además también produce trastornos en el tránsito como diarrea, estreñimiento o ambas cosas alternadas. Acompañado frecuentemente de hinchazón, gases y distensión abdominal.
El diagnóstico del Síndrome del Intestino Irritable no es fácil. Por eso, el médico especialista a la hora de diagnosticarlo suele seguir el criterio de Roma III que indica que el dolor abdominal debe reaparecer al menos 3 días al mes durante los últimos 3 meses, además de dos o más de los siguientes signos: mejora de los síntomas tras la evacuación., aparición de los síntomas tras un cambio en la frecuencia de las heces y más síntomas según cambios en la forma o en la apariencia de las heces.
¿Qué se debe comer y qué se debe evitar ante un caso de colón irritable?
La dieta de la persona con el síndrome del intestino irritable deber estar personalizada a cada caso. Estas son las principales recomendaciones
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Moderar el consumo de fibra insoluble (procedente de alimentos integrales) de la alimentación para no contribuir más a los desequilibrios en el tránsito intestinal.
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Potenciar el consumo de fibra soluble (en forma de gomas, pectinas y mucílagos) en la dieta. Se puede hacer con la ayuda de los alimentos como el dulce de membrillo o la manzana, aunque también se recomienda tomar diariamente suplementos alimentarios de este tipo de fibras.
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Evitar los alimentos ricos en grasas, las frutas cítricas (sobre todo la naranja) y las espinacas para menguar y neutralizar el efecto laxante producido por las sales biliares (bilis) en el colon.
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Disminuir el consumo de fructosa (un tipo de azúcar simple que se encuentra sobretodo en las frutas). Elegir las frutas más pobres en azúcar y más ricas en pectina como por ejemplo la manzana con piel. No es adecuado tomar zumos de fruta ni néctares.
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Eliminar totalmente el consumo de sorbitol (un edulcorante), los alimentos o especies picantes, el gas (en las bebidas), el café y el té.
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Beber dos litros de agua al día. Es muy importante garantizar la hidratación cuando hay descomposición o diarreas.