La pavlova es una excelente opción para la mesa de Año Nuevo, especialmente teniendo en cuenta que en Buenos Aires se esperan temperaturas cercanas a los 40° este 31 de diciembre. Su combinación de merengue crocante por fuera y suave por dentro, con crema liviana y frutas frescas, la convierte en un postre refrescante y liviano, ideal para cerrar una comida festiva sin resultar pesada.
Las celebraciones de fin de año suelen girar en torno a la mesa y a los platos compartidos, que funcionan como punto de encuentro entre familia y amigos. La comida cumple un rol central no solo por el sabor, sino también por el clima que genera: invita a quedarse, conversar y brindar juntos. En ese contexto, los postres frescos y frutales ganan protagonismo frente a opciones más densas, adaptándose mejor al calor y a las ganas de algo dulce pero liviano.
En particular, la pavlova se destaca por su versatilidad y su presencia elegante, que suma atractivo a la mesa sin requerir ingredientes complejos. Puede adaptarse con distintas frutas de estación, como frutillas, duraznos, mango o frutos rojos, y prepararse con anticipación, lo que facilita la organización. Así, este clásico se convierte en una opción práctica, fresca y deliciosa para despedir el año y recibir el nuevo de la mejor manera.
Receta tradicional de pavlova
Ingredientes para el merengue
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4 claras de huevo a temperatura ambiente
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200 g de azúcar
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1 cucharadita de vinagre blanco o jugo de limón
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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1 cucharadita de maicena
Ingredientes para la cobertura
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250 ml de crema de leche bien fría
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2 cucharadas de azúcar impalpable
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Frutas frescas a gusto (frutillas, kiwi, arándanos, mango, duraznos, etc.)
Paso a paso
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Precalentar el horno a 120-130 °C y forrar una placa con papel manteca.
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Batir las claras a velocidad media hasta que comiencen a espumar.
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Agregar el azúcar de a poco, en forma de lluvia, batiendo a velocidad alta hasta obtener un merengue firme, brillante y que forme picos sostenidos.
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Incorporar la esencia de vainilla, el vinagre o jugo de limón y la maicena, mezclando suavemente con movimientos envolventes.
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Colocar el merengue sobre la placa formando un círculo o disco, creando un pequeño hueco en el centro para el relleno.
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Llevar al horno y cocinar durante 1 hora y 15 minutos a 1 hora y 30 minutos, sin abrir el horno.
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Apagar el horno y dejar la pavlova adentro con la puerta entreabierta hasta que se enfríe completamente (esto evita que se quiebre).
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Batir la crema de leche con el azúcar impalpable hasta que esté firme.
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Colocar la crema sobre la pavlova ya fría y decorar con frutas frescas justo antes de servir.
