Mantener la temperatura adecuada en la heladera es clave para conservar los alimentos frescos, sin embargo, también se puede ajustar para evitar que el motor trabaje de más y reducir el consumo energético, por ende, evitar un aumento en la tarifa eléctrica. El ajuste correcto de la temperatura en la heladera y el freezer puede hacer una gran diferencia en el rendimiento del electrodoméstico y en las facturas de luz. Cómo ajustarlo y cómo sé qué temperatura es ideal.
Según una investigación de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), las heladeras deben colocarse a cierta temperatura para evitar la proliferación de bacterias en la comida y evitar una mayor exigencia al motor para que no consuma tanta energía. Precisamente, la temperatura ideal es entre 1,6 °C y 3,3 °C, ya que si la misma es demasiado baja, la heladera trabajará más, utilizando más electricidad; si es demasiado alta, los alimentos pueden echarse a perder más rápido. En cuanto al congelador, la temperatura recomendada es de -17 °C, suficiente para congelar los alimentos sin afectar la factura energética.
También hay otras cosas que se pueden hacer para cuidar la heladera y evitar que se rompa a corto plazo, como por ejemplo realizar un mantenimiento regular. Limpiar las bobinas, ubicadas generalmente en la parte trasera o inferior, puede mejorar la eficiencia del aparato, ya que si están obstruidas por polvo, el sistema de refrigeración trabaja más para mantener la temperatura interna. Además, los sellos de las puertas deben estar en buen estado para evitar escapes de aire frío, que obligarían al motor a funcionar con mayor intensidad.
Finalmente, organizar los alimentos de manera que haya un flujo de aire adecuado en el interior también contribuye a su rendimiento ideal. No sobrecargar los estantes permite que el aire frío circule mejor, manteniendo la temperatura constante sin esfuerzo adicional del motor.
Cómo regular la temperatura de la heladera
- Localizá el control de temperatura: Generalmente está dentro de la heladera, en la parte superior o en los laterales. O bien, las más modernas, pueden tener el medidor por fuera.
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Ajustá según necesidad.
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Verificá con un termómetro: Si tu heladera no tiene indicadores digitales, usá un termómetro para verificar la temperatura interna.
Alerta: si no desenchufás este electrodoméstico después de usarlo, se incendia tu casa
El uso de la tostadora, un electrodoméstico común en la mayoría de los hogares, requiere una atención particular en cuanto a seguridad. En principio, es crucial desenchufarla después de cada uso para evitar posibles riesgos de incendio dado que este dispositivo funciona mediante resistencias eléctricas que alcanzan temperaturas elevadas para dorar el pan. Es por esto, que si el aparato queda enchufado, estas resistencias pueden seguir calientes, lo que aumenta el riesgo de que las migas o restos de pan se incendien.
Por otro lado, mantener la tostadora conectada de forma continua puede provocar una sobrecarga en el sistema eléctrico de la vivienda, elevando así el riesgo de incendio. Los componentes eléctricos del electrodoméstico, si no se desenchufa, también están sujetos a posibles fallos, que podrían generar cortocircuitos y, consecuentemente, incendios.
Otro aspecto a considerar es el consumo innecesario de energía. Dejar la tostadora enchufada, incluso cuando no está en uso, contribuye a un gasto adicional en electricidad y puede llevar a un sobrecalentamiento del aparato. Por lo que desenchufarla después de utilizarla es una medida de prevención sencilla pero efectiva que ayuda a garantizar la seguridad en el hogar y a reducir costos energéticos.