Un documental sobre la invasión rusa de Ucrania proyectado en el Festival de Cine de Venecia debería servir de advertencia al resto de Europa sobre los peligros que plantea Moscú, afirmaron el miércoles sus protagonistas.
"Songs of Slow Burning Earth" ("Canciones de una tierra que arde lentamente"), dirigido por Olha Zhurba, muestra el devastador impacto que el conflicto ha tenido en los civiles ucranianos, desde el momento en que cayeron los primeros misiles rusos en febrero de 2022 hasta la resistencia actual contra uno de los ejércitos más poderosos del mundo.
"Es una buena oportunidad para que otros países piensen y observen a lo que nos enfrentamos ahora y estén preparados, y probablemente no sean tan ingenuos como nosotros", dijo Ganna Vasyk, médico del Ejército en primera línea que aparece en la película.
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Rusia negó en repetidas ocasiones que haya estado planeando atacar Ucrania antes de que el presidente Vladimir Putin enviara tanques al otro lado de la frontera. Posteriormente, ha rechazado las sugerencias de que podría atacar a otros Estados de la antigua Unión Soviética que ahora forman parte de Occidente.
"Creo que esta película es muy importante para comprender que nadie puede permanecer ignorante (...) porque la ignorancia mata", comentó Vasyk en una rueda de prensa previa al estreno del miércoles.
La película comienza con las llamadas de pánico a los servicios de emergencia ucranianos mientras la primera salva de bombas rusas reverbera en el fondo.
A medida que la guerra se acerca, vemos a civiles desesperados tratando de huir de la capital, Kiev, mientras voluntarios exhaustos ayudan a familias a escapar de Mariúpol, en el sureste de Ucrania, lugar de algunos de los combates iniciales más intensos de la guerra.
Más tarde, la cámara filma a través del parabrisas de un camión que lleva a casa el cuerpo de un soldado muerto, con los espectadores arrodillados junto a la carretera nevada mientras el ataúd pasa de camino a un cementerio abarrotado.
Posteriormente, Zhurba muestra a médicos tratando de identificar a los soldados ucranianos muertos y a investigadores desenterrando el cadáver de una posible víctima de un crimen de guerra. Lo que el documentalista nunca muestra es sangre ni explosiones. Todo eso queda fuera de la vista.
"Si (la película) te muestra cadáveres o destrucción, sólo te impactará, no evocará los sentimientos correctos de lo que es la guerra. Creo que el arte es demasiado débil, y no hay lenguaje para explicar esta experiencia de la guerra", dijo Zhurba.
El documental muestra la resistencia de quienes se ven atrapados en el conflicto, ya sea panaderos que siguen trabajando a pesar de las bombas que caen cerca, o soldados que aprenden a caminar con prótesis nuevas.
También muestra cómo el horror se convierte en rutina, con un niño describiendo con despreocupación cómo recogió la cabeza cortada de un invasor ruso.
"Nos hemos vuelto muy tolerantes con la muerte, lo cual es, en mi opinión, muy horrible", dijo Zhurba.
Con información de Reuters