Juana Manso, cuyo nombre completo es Juana Paula Manso de Noronha, fue una escritora, traductora, periodista, maestra y precursora del feminismo en Argentina, Uruguay y Brasil. Nació en Buenos Aires el 26 de junio de 1819 y a lo largo de su vida desempeñó múltiples roles que dejaron una marca indeleble en la educación y la cultura de la región. Juana murió a los 55 años, en Buenos Aires, el 24 de abril de 1875.
Desde joven mostró un gran interés por la educación y la literatura. Durante su exilio en Uruguay, fundó el "Ateneo de Señoritas", donde educaba a las niñas de la elite montevideana, y comenzó a publicar sus poemas en diarios de la Argentina y Montevideo. En Brasil, se casó con un violinista portugués y, tras pasar por Estados Unidos y Cuba en busca de oportunidades laborales, participó como redactora en el exitoso periódico "O Jornal das Senhoras", donde comenzó a reflexionar sobre la esclavitud, el racismo y la necesidad de emancipación de la mujer.
De regreso en Río de Janeiro, Juana fundó su propio periódico, "Álbum de Señoritas", en el que reflexionaba sobre la literatura, las bellas artes y el teatro. Si bien su lenguaje directo y politizado no contó con la aceptación deseada, este proyecto sentó las bases para su carrera periodística y su compromiso con la educación y los derechos de la mujer.
En la primera edición del diario se leía:
"Todos mis esfuerzos serán consagrados á la ilustración de mis compatriotas, y tenderán a un único propósito -Emanciparlas de las preocupaciones torpes y añejas que les prohibían hasta hoy hacer uso de su inteligencia, enagenado su libertad y hasta su conciencia á autoridades arbitrarias en oposición a la naturaleza misma de las cosas. Quiero, y he de probar que la inteligencia de la muger, lejos de ser un absurdo, ó un defecto, un crímen, ó un desatino, es su mejor adorno, es la verdadera fuente de su virtud y de la felicidad doméstica porque Dios no es contradictorio en sus obras, y cuando formó el alma humana, no le dió sexo -La hizo igual en su escencia, y la adornó de facultades idénticas— Si la aplicacion de unas y de otras facultades difiere, eso no abona para que la muger sea condenada, al embrutecimiento, en cuanto que el hombre es dueño de ilustrar y engrandecer su inteligencia; desproporcion fatal que solo contribuye á la infelicidad de ambos y á alejar mas y mas nuestro porvenir.
Y no se crea que la familia no es de un gran peso en la balanza de los pueblos, ni que la desmoralizacion y el atraso parcial de los individuos no influye en bien ó en mal de la sociedad colectiva”.
Si soy tan feliz que consigo la protección de mis compatriotas, devolveré un plan de estudios que creo apropósito para mi objetivo. Conocimientos fáciles de adquirir que estuvieron hasta hoy en el recinto del misterio y en el dominio exclusivo de los hombres y que publicados en este periódico harán más por el desenvolvimiento de la inteligencia de millares de reflexiones y de palabras".
Su cruce con Domingo Faustino Sarmiento
En 1859, Juana Manso conoció a Domingo Faustino Sarmiento, con quien compartió su visión de la educación como vehículo de la alfabetización y la necesidad de una educación para toda la población. Sarmiento la nombró directora de la Escuela Normal Mixta N°1, la primera escuela en que ambos sexos compartían las aulas, lo que generó críticas y resistencias por parte de los sectores más conservadores.
Desde 1865, Juana estuvo a cargo de la revista "Anales de la Educación Común", en la que promovió sus ideas sobre educación popular, la importancia de la creación de jardines de infantes, la profesionalización de la tarea docente y la difusión de sus ideas republicanas. También promovió un fuerte impulso a las bibliotecas.
Además de su labor periodística y educativa, Juana también se destacó por su compromiso con los derechos de las mujeres. Fue una de las precursoras del feminismo en la Argentina, Uruguay y Brasil, y luchó por la igualdad de derechos y oportunidades para las mujeres en un contexto en el que el machismo y la discriminación eran moneda corriente. Sufrió el exilio, la pobreza y las dificultades de mantener sola a sus dos hijas, pero nunca abandonó su compromiso con la educación y los derechos de la mujer.