Después del “papelón” que hicieron los diputados radicales al dividirse y avalar el veto de Javier Milei a los jubilados, la UCR tiene la intención de votar en unidad en el Senado. Los centenarios surfean entre pedidos de expulsión del bloque en la Cámara Baja y del propio partido. El PRO, en tanto, tenía dos paradas difíciles para este jueves. El presupuesto universitario los mostrará divididos una vez más, pero la postergación del tratamiento de los fondos de la SIDE evitaron un problema.
El espacio centenario se reunió el miércoles a las 15, poco antes de Labor Parlamentaria, donde se definieron los pormenores de la sesión. En ese encuentro de bloque, se avanzó con la idea de acompañar la boleta única de papel, de interés para el gobierno y el PRO, el presupuesto universitario impulsado por el partido, y el rechazo al DNU que incrementó en 100.000 millones de pesos los fondos reservados para inteligencia. Esto último quedará para más adelante. Según explicó un senador, "la mayoría de los bloques" acordó postergarlo al menos siete días.
El Poder Ejecutivo pidió, por intermedio de Guillermo Francos, una sesión secreta - sin transmisión ni asesores - en Senado para que Patricia Bullrich, Luis Petri y Sergio Neiffert expliquen el DNU que incrementó los fondos de inteligencia. En UP apuntaron a los radicales por esta demora, para evitarle dos fracasos al hilo al gobierno, pero en filas centenarias se despegaron.
MÁS INFO
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
El espacio radical tiene la intención de votar en unidad, proporcionando trece votos para cada uno de los debates; boleta única y universidades. Por supuesto, no se descartaron modificaciones con el correr de las horas, pero ese es el plan original y el que esperan cumplir.
La iniciativa más compleja fue la de boleta única, mientras que se consideraron "temas fáciles” el presupuesto universitario y los fondos reservados de la SIDE. Pero la reforma electoral tiene un impacto diferente en cada una de las provincias, de ahí la dificultad para tomar una posición.
Algunos no tuvieron inconvenientes para acompañarla, pero otros lo tuvieron que pensar. La fuerza de los partidos provinciales incidió mucho en esa indefinición porque el diseño de la boleta podría favorecer a los nacionales en detrimento de los locales, entre otros puntos. Por eso, el gobierno no pudo garantizar, hasta el filo, el triunfo.
Después de lo que sucedió en Diputados, las miradas estarán puestas en la UCR para despejar dudas. En la Cámara Baja, el espacio centenario perdió ocho votos en favor de los jubilados.
Hubo seis votos en contra de la ley de movilidad, los de Martín Arjol, Mariano Campero, Pablo Cervi, Luis Picat y Federico Tournier, que visitaron a Javier Milei en la Casa Rosada. El gobierno abrió la época de negociaciones electorales y agenda común. El sexto voto fue el de Pedro Galimberti, que en junio acompañó a los jubilados y esta semana decidió renunciar para cederle el lugar a una dirigente del PRO, convirtieindo su voluntad positiva en una negativa. Además, hubo dos ausencias, las de Gerardo Cipolini y Roxana Reyes.
Arjol es misionero pero con la banca del correntino Gustavo Valdés. Picat, en tanto, es de Rodrigo de Loredo. El enojo en filas radicales es total. La Juventud de la CABA ya pidió la expulsión de quienes acompañaron el veto. Tournier no es afiliado radical, por lo que la sanción no le cabría a él, los dos ausentes tampoco entrarían en la bolsa, pero sí los otros cuatro que votaron junto a Milei.
El caso de estos cuatro será enviado al Tribunal de Ética del partido y se evaluará, incluso, su suspensión preventiva, que es una facultad de la Convención. El suceso Galimberti merece, sin embargo, algunas aclaraciones. Si bien generó mucho ruido político, se aseguró que hace dos meses se conocía la posibilidad de renuncia, por lo que se desligó el episodio de la votación.
Sin embargo, entró otro pedido para expulsar a los ausentes, los que acompañaron al gobierno, a Galimberti y a Rodrigo de Loredo por su responsabilidad política. Debería tratarse en la próxima reunión de la Convención junto con el pedido de Agustín Rombolá para expulsar a Luis Petri.
Las miradas también estarán posadas en el PRO. La postergación del tratamiento del decreto que incrementó fondos reservados para inteligencia dió un respiro. Cuando Diputados discutió este tópico, el macrismo en guerra con Santiago Caputo aportó 20 votos en contra del DNU de Milei, sólo cuatro en favor del presidente, 11 ausencias y dos abstenciones. Fue la primera votación en la que el bloque se dividió en la Cámara Baja.
“Con la posición de diputados, difícil que senadores vaya diferente”, había dicho una fuente de conversación habitual con Mauricio Macri. La posición del PRO sobre este tema era una de las grandes incógnitas, ya que no se dejó de poner en duda el sentido del voto amarillo ante la nueva relación del ex presidente con Javier Milei.
Lo cierto es que el macrismo seguramente se volverá a mostrar dividido. Guadalupe Tagliaferri, que hace tiempo viene moviéndose de forma más independiente, acompañó en disidencia el dictamen para sancionar la ley de presupuesto universitario. Se descuenta que ella votará a favor de este proyecto que ya tiene media sanción de la Cámara Baja. También se la contaba en contra de los fondos reservados de la SIDE.
Tagliaferri es una dirigente del riñón de Horacio Rodríguez Larreta. Es la presidencia del Movimiento al Desarrollo, la corriente ideológica impulsada por el ex jefe de Gobierno porteño para acercar a distintos dirigentes del centro político y pensar una Argentina desarrollista con inclusión.
Larreta empezó a jugar activamente y se hizo visible. Cuando Milei amenazó con vetar la movilidad jubilatoria, se mostró en contra de esta decisión y Álvaro González, diputado larretista, rechazó el veto a los jubilados. Fue el único que había votado en contra de la ley en junio y convirtió su voto para insistir con la norma este miércoles.
El PRO, que incrementó el número de diputados y llegó a 38, proporcionó 34 votos en favor del veto pero no pudo garantizar el 100% de sus voluntades. De los siete ausentes que tuvo el bloque en junio, tres mantuvieron esa posición. Fueron Héctor Baldassi, que tiene un pensamiento parecido al de Larreta pero no es larretista; la chubutense Ana Clara Romero, de Ignacio Torres; y Héctor Stefani de Tierra del Fuego.
Los otros cuatro ausentes de junio convirtieron su voto en favor del veto. Fueron Belén Avico, Silvia Lospennato, Aníbal Tortoriello y María Eugenia Vidal. El rol de los gobernadores fue clave: Rogelio Frigerio, de Entre Ríos, dio un voto a favor de Milei con la renuncia de un diputado de la UCR, pero tuvo la ausencia de Francisco Morchio (de Encuentro Federal). Chubut, en tanto, tuvo dos ausencias, la de Romero y la de Jorge Ávila (de Encuentro Federal) que, se argumentó, fue por un tema de salud.
La otra ausencia del bloque de Miguel Ángel Pichetto fue la de Ricardo López Murphy, que había rechazado la ley de movilidad en junio. Otros cambios respecto a esa votación ocurrieron en bloques tucumanos. Creo, de una banca, pasó de la abstención a acompañar el veto, mientras que Independencia, con tres representantes, mutó de la ausencia a apoyar a Milei.
El espacio Producción y Trabajo, ligado a Omar de Marchi, cambió de dos abstenciones a dos apoyos al veto, mientras que Rocío Bonacci, de La Libertad Avanza, acompañó la medida de Milei cuando en junio había estado ausente. La otra modificación libertaria la hizo Lourdes Arrieta, que había rechazado la ley y ahora se inclinó por la abstención. Los que mantuvieron la posición fueron los espacios de Buenos Aires Libre y el MID, siempre en línea con el gobierno.
El dato, sin embargo, es que la oposición logró articular 153 votos en contra del veto de Mile, aún entre quienes buscaron negociar un veto parcial o algunas dudas importantes desde las provincias, como fue el caso de los santacruceños. Los dos votaron a favor de la ley de movilidad. No es la primera vez que, en forma trasversal, se consigue un número tan importante. Pasó en junio con las jubilaciones, pasó con las universidades y los fondos reservados de la SIDE, lo que abre la puerta a la posibilidad de instalar agenda.