Un grupo de dirigentes de todas las provincias propone renovar el peronismo pero no empezando por los nombres sino por las ideas. Esa es la premisa detrás de las Red Federal Peronista, un espacio que empezó a articularse hace dos años pero comenzó a tomar relevancia después de la derrota electoral y de cara a las discusiones internas que están saliendo a la superficie en el PJ.
Mirando hacia el futuro sin renegar del pasado, más de 60 dirigentes de procedencia diversa se ofrecen para dar debates incómodos pero necesarios: desde la democracia interna hasta el federalismo, desde la reforma laboral hasta la reforma tributaria, pero siempre desde una perspectiva progresiva y que tenga en cuenta las nuevas tecnologías, la Red Federal apunta a actualizar la plataforma del peronismo.
“No tiene sentido práctico alguno pasar de un modelo que considera que el problema del país es su sector privado y que por ende debe reducir su peso con intervención estatal en absolutamente todos los temas a otro que considera que el Estado es el origen de todos los malos y que por ende debe librar a suerte y verdad el destino de la Patria”, sostiene el último documento que publicaron, el 1 de marzo.
En la previa del Congreso Nacional Justicialista del mes pasado los representantes de la Red fueron recibidos por el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela. No es el único que comenzó a prestarles atención: también cultivan vínculos con el formoseño Gildo Insfrán y la semana pasada tuvieron un encuentro con el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi.
Uno de los referentes de este espacio, Facundo Moyano, mantuvo varias reuniones con Axel Kicillof en los últimos meses. La más reciente fue la semana pasada en el despacho del gobernador bonaerense, sin foto oficial. Aunque después dijeron que “no se habló de política, ni del PJ”, sí quedó como testimonio un video que grabó con su teléfono el exdiputado y todavía no vio la luz.
En la Red conviven figuras muy críticas del último gobierno, como Moyano, con funcionarios que fueron muy cercanos a Alberto Fernández, como la ex subsecretaria de Asuntos Parlamentarios, Cecilia Gómez Mirada. También el exprecandidato a gobernador de Santa Fe, Leandro Busatto, del equipo de Agustín Rossi, o el exintendente de San Antonio de Areco, Francisco Durañona.
Desde una concepción federal, el espacio avanza en un armado en los 24 distritos. En La Pampa teje Espartaco “Taco” Marín, hijo del exgobernador Rubén Marín y legislador provincial. En Mendoza, la presidenta del bloque de Senadores provinciales del PJ, Adriana Cano. Están construyendo con la cabeza puesta en el 2025, cuando piensan presentar candidaturas en todo el país.
El bautismo de fuego electoral puede adelantarse: uno de los fundadores de la Red, Fernando Gril, dirigente del espacio Peronismo Futura, se postula como candidato en la interna del PJ de la Ciudad de Buenos Aires, que tendrán lugar el 18 de mayo. Allí deberá competir contra el actual titular, el camporista Mariano Recalde, y el candidato del Movimiento Evita, Juan Manuel Abal Medina.
En un texto dieron a conocer durante la campaña presidencial, la Red Federal Peronista delineó alguno de los puntos que buscan poner en discusión. El primero, no casualmente, es la necesidad de “transparentar a través de las innovaciones tecnológicas la selección de candidatos y la democracia interna dentro del partido” y de “utilizar herramientas de participación ciudadana” para avanzar en ese sentido.
A partir de ese debate proponen “actualizar y codificar a la luz de los acontecimientos recientes” las tres banderas del justicialismo: la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. “La inteligencia artificial, la automatización y nuevas tecnologías como blockchain” hacen de “la transformación productiva una responsabilidad inmediata del Estado”, sostienen.
Esa transformación pasa por una “reforma laboral progresista” que retome debates como la reducción de la jornada laboral y la igualdad salarial entre hombres y mujeres, un aumento sustantivo en la inversión en Ciencia y Tecnología, y la inclusión de contenidos curriculares relacionados con la programación y la robótica para fomentar una “revolución educativa tecnológica federal”.
También proponen discutir la “profunda desigualdad productiva” entre las distintas provincias a través de un plan de infraestructura federal que brinde respuestas al “Norte Grande empobrecido”, al “Centro dinámico con grandes problemas estructurales” y al “Sur rico y geopolíticamente vulnerable” a través de “obras que articulen sólidamente” todas las regiones y a la Argentina con los países vecinos.
Asímismo plantean la necesidad de “transformar los planes sociales en un ingreso mínimo vital bien focalizado en poblaciones vulnerables” y avanzar en un programa ambicioso de inclusión financiera que incorpore la tecnología de monedas digitales; un plan federal de arraigo; la despenalización de las drogas como respuesta al problema del narco y una agenda medioambiental compatible con el desarrollo.